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El poder femenino en la cueca chilena: Las agrupaciones que reivindican el rol de la mujer en el folclore popular

Por: Gonzalo Espinoza | Publicado: 18.09.2019
El poder femenino en la cueca chilena: Las agrupaciones que reivindican el rol de la mujer en el folclore popular Las Primas1 | Las Primas
Las Primas, Las Chinas Cholas, Calila Lila y Las Mononas, son algunos de los grupos que se han tomado la escena local para levantar el canto femenino. El Desconcierto conversó con algunas de sus integrantes para conocer sus motivaciones y los desafíos que tiene la cueca femenina en Chile.

Durante toda su historia, el folclore chileno ha contado con importantes figuras femeninas. Violeta Parra, Margot Loyola, Hilda Parra, Gabriela Pizarro y Silvia Infantas son solo algunos de los nombres que han nutrido esta tradición, que cada vez cuenta con más exponentes que buscan reivindicar la labor de las cantoras en la música nacional.

La cueca chilena no ha estado fuera de este proceso y ya existen agrupaciones que están dando que hablar en los escenarios nacionales. Dentro de los lotes que han destacado en la última década se encuentran: Las Primas, Las Chinas Cholas, Calila Lila y Las Mononas.

Todos estos proyectos se han formado con la idea de levantar el canto femenino. Es por esto que estas agrupaciones sólo cuentan con mujeres en el escenario y buscan que ese sea el sello que las identifique.

Así lo afirma Vania Mundaca, guitarrista y cantante de las Chinas Cholas, agrupación que se formó en el año 2014 y que tomó su nombre de la muletilla cuequera “zamba china chola”, que está presente en muchas cuecas bravas.

Según Mundaca, “siempre estaba este estereotipo de que la mujer era cantante y que los hombres tocaban los instrumentos en los antiguos conjuntos folclóricos. Por ejemplo, cuando cantaba Ester Soré o Silvia Infantas, detrás de ellas estaban Los Cóndores o Los Baqueanos, que eran grupos de hombres, en donde ellos eran los músicos, y las mujeres cantaban”.

Las Chinas Cholas

“Entonces dijimos, ‘pucha, nosotras también somos músicos, tenemos amigas que también tocan, sería bacán poder formar algo donde nosotras hagamos nuestro trabajo”, agrega.

Esta visión es compartida por Katy Soto, actriz y cantante que pertenece colectivo Calila Lila, agrupación formada en el año 2015, que se destaca por rescatar las raíces de la cueca a través de la música y el teatro.

La artista cuenta que estos esfuerzos se ven reflejados en espacios como Cantoras a la Rueda, organización que realiza un encuentro anual de cantantes de todo el país.

“Era fundamental poder rescatar ese canto hecho por nosotras, con creaciones propias y que diera cuenta que también existe interés desde las mujeres para cantar y llevar a cabo la cueca”, afirma.

Calila Lila

El rol de la mujer en el canto popular

Una de las personas que se ha dedicado a estudiar la relación de la mujer con la cueca, es la profesora de Historia, Leslie Becerra, quien en el año 2009 fundó el elenco femenino Las Primas.

Con su investigación, Becerra ha aportado una interesante visión histórica del rol de la mujer en el canto popular. Esto queda demostrado en su artículo llamado, “De la chingana a la Picá. La mujer popular y los espacios de la fiesta en Chile”, que indica que “las mujeres del pueblo chileno, cultivaron el ‘oficio’ de la entretención a través del canto y del baile, desde los primeros tiempos de formación de nuestra raza mestiza, y lo hicieron tanto por herencia como por necesidad”.

Además de esto, Becerra cuenta que con sus estudios comenzó a incursionar en los códigos y lenguajes que tiene el canto popular femenino

“En ese sentido -dice Becerra- surgió el cuestionamiento de que nosotras éramos mujeres de una época muy moderna, en la cual los contextos del desarrollo del arte popular habían cambiado y, por lo tanto, surgió el desafío de reinterpretar los códigos del folclore femenino y volverlos vigentes en nuestra época”.

Junto con esto, la docente afirma que las cantoras desde siempre han cumplido con el rol de animar el espíritu de las personas: “en distintas culturas se puede ver que la mujer ha tenido un rol sagrado, ha sido un personaje absolutamente respetado en el canto. Eso no se perdió. Se va a seguir conservando porque no es que alguien lo imponga, es innato a la mujer”.

“Ahora, en un contexto distinto, han emergido varias agrupaciones de cueca que recogen esta sabiduría y se la transmiten al público”, agrega la docente, dándole una perspectiva histórica al proceso que ha vivido la cultura cuequera en la última década.

Cada vez se abren más puertas

Otro de los lotes que ha dado qué hablar dentro de la escena cuequera son Las Mononas, agrupación que se formó en agosto de 2016 tras una presentación en una fonda de funcionarios de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE), plantel donde estudiaban algunas de sus integrantes.

Durante este año, el grupo lanzó su primer disco, “A pasar noches con canto”, en el Museo Violeta Parra, el cual ha contado con una buena recepción por parte del público y la crítica.

Las Mononas

Según su guitarrista, Magdalena Espinoza, en la actualidad no existen tantas dificultades para que las cuequeras saquen adelante sus proyectos. “Aún así, hay una que otra puerta que sentimos que cuesta más abrirla, pero, en general, hemos recibido una muy buena acogida de parte del público y de parte de nuestros pares. Sentimos que cada vez hay más grupos de mujeres haciendo folclore y haciendo música. Se ha comenzado a abrir una flor”, afirma.

Este sentimiento es compartido por Vania Mundaca, quien señala que “de a poco estamos saliendo adelante, igual que otras compañeras que tienen grupos de cueca. En una fonda surgió la inquietud de que sólo se iban a presentar grupos de hombres y, ahora, se está considerando tener grupos femeninos en algunos espacios”.

Katy Soto, por su parte, cree que aún hay trabajo que hacer para que se empareje la cancha entre hombres y mujeres. “El machismo está presente en todos lados, no solo en la cueca chilena. Está presente en la sociedad y es tarea de todos hacernos cargo para poder erradicarlo. Hay que abrir camino para darle el espacio a las nuevas generaciones, que tienen el mismo impulso que tuvimos nosotras”, sentencia.

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