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Este miércoles el preuniversitario enfrenta uno de los procesos más complejos en sus 40 años de vida: la votación de una huelga. Tras casi dos meses de negociaciones infructuosas, en la que los trabajadores denuncian malas condiciones laborales, el sindicato de la empresa se prepara para levantar dos días de votaciones, mientras la administración dice ya cumple con un “paquete importante de beneficios”.
El ambiente que se vive al interior de las sedes del conocido Preuniversitario Pedro de Valdivia (PDV), no es precisamente de distensión. No cuando el sindicato liderado por Sergio Aedo, entidad que agrupa a cerca de 320 trabajadores (lo que representa a, prácticamente, el 50% de la planta de la Región Metropolitana), se encuentra en plena etapa de negociación con la administración de esta casa de estudios, líder en el mercado. Para los funcionarios, lo que la opinión pública logra visualizar desde afuera -una institución sólida y consolidada- no tiene un análogo en condiciones laborales.
Como es habitual, el ítem remuneraciones constituye una de las puntas de lanza del conflicto que hoy tiene confrontados al sindicato y al preuniversitario. “En materia de sueldos, la empresa argumenta que están ‘acorde al mercado’, lo cual no es efectivo. Algunos administrativos y profesionales tienen remuneraciones más bajas. Además, hay personas con grados de magíster y doctorado u otra especialización, que no son reconocidos. A este ítem de sueldos bajos, se suma la existencia de serias desigualdades entre los ingresos de unos y otros, aun tratándose de un mismo cargo”, comenta una fuente en conversación con El Desconcierto.
Estas diferencias no se explicarían, necesariamente, por el nivel de productividad. Se trata más bien de otro tipo de desigualdad. “Ha habido diferencias arbitrarias por género o por el tipo de relación entre autoridades y trabajadores”, dice un administrativo, quien también conversó con este medio bajo exigencia de anonimato, por posibles represalias. “De hecho, muchas veces el que gana menos es el que trabaja como hormiga”, agrega.
Otra de las fuentes consultadas por este medio, complementa este testimonio apuntando, concretamente, a las demandas del colectivo sindicalizado: “una de las peticiones de los trabajadores, es que se homologuen algunos beneficios, por ejemplo, los bonos de locomoción y colación. ¿Cómo es posible que algunos los tengan y otros, con igual cargo, no? Esto nos parece injusto y urgente de enmendar”.
Denuncias como estas se acumulan en el sindicato, el cual promueve una votación que definirá una eventual huelga para este miércoles y jueves. “Los acuerdos contractuales –dice uno de los trabajadores- son absolutamente individuales, lo que posibilita la desigualdad de condiciones. Incluso, a veces influye la relación personal del empleado con los directivos”.
El matiz de las acusaciones se mantiene cuando le consultamos a uno de los trabajadores acerca del vínculo de la administración con los funcionarios del recinto. “En general, hay mucha verticalidad y, lo más grave, es que muchos consideramos que existe una serie de decisiones técnico-pedagógicas que, últimamente, se están tomando sin consultar a los especialistas, a los estamentos especializados, por ejemplo, en materias pedagógicas. Vemos que se está privilegiando más en función de objetivos comerciales de una superestructura gerencial y comercial. Si bien este preuniversitario es pagado, siempre se ha caracterizado por la búsqueda de un liderazgo académico, lo cual a veces se logra a contrapelo de los lineamientos gerenciales. Eso nos preocupa”, dice el administrativo, poniendo sobre la mesa otra arista de un conflicto que se respira en los pasillos de la institución.
“La empresa puede decir que sí consulta, pero las consultas no son vinculantes y, en muchos casos, no son consideradas a la hora de diseñar programas de estudio. Si el liderazgo y excelencia, siguen siendo nuestro sello, pienso que esto ocurre más por la vocación de los profesionales que por lineamientos gerenciales”, argumenta otro entrevistado.
El sindicato en alerta ante eventual huelga
Desde 1994 ha habido distintos intentos frustrados por formar un sindicato, lo que no se logró hasta 2016, gracias, precisamente, a la acción de la administración del preuniversitario, desde donde hoy se ve con muy malos ojos la consolidación de la directiva que actualmente negocia una mejora de las condiciones de la llamada «familia pedrovaldiviana».
A tal nivel ha llegado la indignación de parte de la gerencia por la fundación de este estamento negociador, que incluso, comentan personas que han estado al tanto de la negociación, hablan de «traición».
«De 26 puntos que dan cuenta de las sentidas aspiraciones de los trabajadores, la empresa luego de cuatro encuentros sostenidos en la mesa de negociación, no ha dado lugar a que se pase siquiera del primer punto al segundo. Una negociación, tal como la enfrenta la empresa, no es lo que se espera de una institución moderna, que plantea estar siempre abierta al diálogo y a escuchar a sus trabajadores. Este modo en que la institución ha llevado adelante el proceso, ha hecho que se estanque”, dice Sergio Aedo, presidente del sindicato, a El Desconcierto.
Cuestionado respecto de las demandas de los trabajadores, el dirigente es claro. «Las principales aspiraciones de los sindicalizados son contar con días administrativos que permitan desarrollar trámites personales que quedan pendientes, dado que no disponemos, suficientemente, de estos permisos; incremento de remuneraciones, pues en 2015 se reajustó la remuneración solo para un pequeño grupo de colaboradores; aguinaldo de Fiestas Patrias y de fin de año para todos los trabajadores y bono de locomoción y colación para todos también”, agrega, evidenciando con ello que los beneficios no operan a nivel transversal y solo alcanzan a un porcentaje de la planta de funcionarios del preuniversitario.
El proceso de negociación se inició el 13 de agosto y, hasta ahora, explica Aedo, la empresa se ha mostrado renuente a dar respuesta a sus aspiraciones. De hecho, en la última reunión la empresa ofreció poco más de $7 millones para repartir en beneficios entre los más de 300 sindicalizados, lo que fue calificado como “denigrante” por el dirigente en un video que se hizo público. Por ello, la opción de acciones más radicales no se descarta.
«La huelga es una instancia que el ordenamiento jurídico propone, como una herramienta legal, cuando el diálogo entre la empresa y los trabajadores se encuentra estancado. Es una acción respaldada por el Código del Trabajo en una negociación reglada. Por lo tanto, de persistir la actitud de la empresa en no avanzar en la negociación, se configura como una posibilidad cierta. De ser así, sería la primera huelga que enfrentaría el Preuniversitario Pedro de Valdivia en sus 40 años de historia», anuncia Aedo.
El dirigente sindical también aclara que la relación con la administración del Pedro de Valdivia no ha sido armónica, en el marco de esta negociación. Más bien, todo lo contrario. Y ello queda reflejado en un hecho que Aedo relata de la siguiente forma:
“Una persona que se encontraba afuera de la sede de Agustinas, repartiendo volantes que informaban del proceso de negociación, habría sido conminada a dejar de realizar esta acción y se habría llamado a funcionarios de Carabineros para impedir esta actividad”, cuenta Aedo. “Sin embargo, ellos habrían constatado que la distribución de los volantes no afectaba el orden público ni el normal funcionamiento de la sede, ya que era una actividad que se estaba realizando en la vía pública”.
La versión de la gerencia de RRHH
Virginia Seyler, gerenta de desarrollo de personas del Preuniversitario Pedro de Valdivia y encargada de la empresa para llevar a cabo las negociaciones con el sindicato, accedió a conversar escuetamente con El Desconcierto, medio al que descartó categóricamente que el episodio de la sucursal Agustinas, donde se hizo presente personal de Carabineros, haya pasado a mayores.
«Si bien llegó Carabineros a la sede, no es real que haya quedado alguna persona detenida, ni que se haya generado algún disturbio», dijo la ejecutiva, en un breve diálogo con esta redacción.
«Durante estos 40 años formando y preparando a jóvenes para el ingreso a la universidad, hemos vivido distintos procesos de negociación colectiva y siempre hemos llegado a un acuerdo con nuestros colaboradores. Confiamos en que esta vez también lleguemos a una solución satisfactoria para ambas partes. En esta etapa, y como ha sido la tónica en todas las negociaciones con el sindicato, hemos respetado los tiempos y las formas de negociación, es decir (lo hemos hecho) por medio de reuniones de negociación periódicas, por lo que estamos trabajando y haciendo un esfuerzo para llegar, cuanto antes, a un acuerdo», dice Seyler, refiriéndose, en general, a la actitud con la que la empresa enfrenta este complejo periodo.
Específicamente, en relación al ítem que hace alusión a los aguinaldos, la ejecutiva comenta que en el preuniversitario se dispone de «un paquete importante de beneficios para todos los colaboradores. Respecto de los aguinaldos, los administrativos los reciben en Fiestas Patrias y Navidad y (en el caso de) los docentes, se entiende que estos se encuentran incluidos en el valor curso. La negociación colectiva está en pleno proceso y estamos trabajando para llegar a acuerdos», enfatiza la integrante de la gerencia de Preuniversitario Pedro de Valdivia, quien al cierre de este reportaje, no contestó la totalidad de preguntas que se le hicieron llegar.
