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Ecuador, el FMI y la traición

Por: Alejandro Navarro | Publicado: 10.10.2019
Ecuador, el FMI y la traición |
Mientras el Presidente Piñera sale en su defensa atribuyendo a “intentos de desestabilización”, ocultando las causas económicas; ¿qué pasaría con el propio Piñera si subiera la bencina de $ 870 en un 135% quedando en $1.960, casi $2.000? Eso es lo que pasó en Ecuador a exigencia del Fondo Monetario Internacional como obligación para un crédito de U$10.000 millones de dólares. Un chantaje a la democracia y una inducción al quiebre institucional.

Ecuador amaneció con una capital sin su presidente y con un nuevo judas incorporado a su historia; porque la novela se repite, y ahora son Lenin Moreno y el Fondo Monetario Internacional (FMI) quienes se concertan para vender a Ecuador al sistema financiero mundial por 10.000 millones de dólares y al costo social que sea necesario.

Con esto, el gobierno del Presidente del Ecuador, Lenin Moreno, pende de un delgado hilo. El pasado fin de semana debió, por temor, escapar del palacio presidencial en Quito y trasladarse a Guayaquil, desde donde hoy apenas gobierna.

Ayer Moreno dio una conferencia de prensa rodeado de los mandos militares (mala señal) y culpó de toda la tensión que vive su país a una conspiración fraguada por el ex presidente Rafael Correa y el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.

De una creatividad sin precedentes, y que por supuesto, es totalmente falso. La causa es otra y tiene que ver con una serie de medidas económicas antipopulares que su gobierno adoptó, entre ellas, la eliminación del subsidio a los combustibles, reformas a la ley laboral y la condonación de impuestos a los más ricos por un monto de 4.500 millones de dólares.

Obviamente, la condonación de los subsidios a los combustibles trajo aparejado un incremento inmediato de los precios de la canasta básica de los ecuatorianos, quienes no tardaron en salir en masa a las calles a protestar.

Moreno adoptó estas medidas como parte de un plan de ajuste concordado con el Fondo Monetario Internacional. Como bien se sabe, las recomendaciones de esta entidad van siempre orientadas a perjudicar a los sectores populares y a proteger los intereses de los poderosos.

Y tras ello, el panorama empeoró, porque ante el solo anuncio de movilizaciones populares, Moreno decretó Estado de Excepción en todo el territorio. Pese a esto, desde el viernes decenas de miles de manifestantes, especialmente indígenas, comenzaron a movilizarse desde los cuatro puntos cardinales hacia Quito, con la evidente intención de copar el Palacio Presidencial y exigir la derogación del decreto 883, que elimina los subsidios a la gasolina extra y al diésel.

La respuesta fue excesiva; tanquetas blindadas rodearon el Palacio de Carondelet, sede del gobierno, mientras el centro de Quito luce totalmente militarizado y rodeado de alambre de púas.

La represión de las fuerzas policiales y  del ejército contra los manifestantes no tiene parangón en fechas recientes, pues exhibe una brutalidad sin límites. Hay cientos de detenidos y una multitud de heridos. Ayer mismo, videos aficionados mostraron a policías lanzar a tres jóvenes desde un puente causándole la muerte a uno de ellos.

Es preciso proteger los derechos humanos de los ecuatorianos y su derecho a manifestarse libremente, como en toda democracia.

Como respuesta, Moreno ha tildado despectivamente a los manifestantes como “zánganos correistas”, pero está claro que el mismo presidente ha obrado el milagro de unir en su contra a los hombres, mujeres y jóvenes del campo y la ciudad, de las tierras altas y de la costa. Todos unidos bajo la consigna de “Renuncia Moreno”.

El panorama actual tiene a la asediada ciudad de Quito con su comercio y servicios paralizados. Ahora mismo los manifestantes se han congregado en una cifra cercana a los 50.000, en un sitio cercano al palacio de gobierno llamado El Arbolito, y preparan una nueva gran marcha nacional.

¿Qué pasará en Ecuador?

Difícil pronosticarlo. Pero lo que es claro es que el pueblo ecuatoriano se cansó del tirano y traidor Lenin Moreno, quien fuera electo por la izquierda y que hoy gobierna con la derecha, con los grupos económicos, los banqueros y con la oligarquía ecuatoriana.

El ex Presidente Rafael Correa hizo un llamado desde Bélgica donde reside, para insuflar ánimo y fe a quienes se manifiestan en las calles y para condenar la salvaje represión de la que son víctimas.

En las últimas jornadas se conoció de un llamado de los gobiernos de Argentina, Brasil, Colombia, El Salvador, Guatemala, Paraguay y Perú, manifestando su apoyo a Moreno, mientras que el gobierno de Chile que no aparece firmando, ya se pronunció a favor de las medidas represivas del presidente del Ecuador.

Seamos francos. En Perú, las FF.AA. se ponen detrás de Vizcarra y es constitucional y normal que el Presidente disuelva el Congreso, pero no es un Dictador.

En Ecuador, Lenin Moreno huye de las movilizaciones populares y cambia de Ciudad el Palacio de Gobierno mientras la policía arroja a tres jóvenes manifestantes desde un puente causando la muerte de uno, pero Moreno no es un asesino.

Mientras el Presidente Piñera sale en su defensa atribuyendo a “intentos de desestabilización”, ocultando las causas económicas; ¿qué pasaría con el propio Piñera si subiera la bencina de $ 870 en un 135% quedando en $1.960, casi $2.000? Eso es lo que pasó en Ecuador a exigencia del Fondo Monetario Internacional como obligación para un crédito de U$10.000 millones de dólares. Un chantaje a la democracia y una inducción al quiebre institucional.

Este paquetazo redujo además 30% el sueldo de los trabajadores, por ello el pronunciamiento del Presidente de Chile es irresponsable y poco coherente, porque deja entrever que hay quienes actúan desde las sombras cuando el real responsable en las sombras es el FMI, que sabe exactamente cómo reaccionan los pueblos a estas medidas, más aún en Ecuador donde en los últimos 20 años sólo Rafael Correa ha terminado sus mandatos y todos los otros han sido echados del poder por las movilizaciones, especialmente de los indígenas.

Y luego buscan la más ramplona e indignante explicación frente a la movilización popular masiva y decidida: que Rafael Correa y Nicolás Maduro son los responsables y están detrás de todo esto. Y presidentes ramplones y oportunistas como Sebastian Piñera le siguen el amén sin pudor alguno.

Vizcarra y Moreno firmaron el TIAR contra Venezuela. Son parte de una campaña permanente y criminal contra el pueblo venezolano. Ahora saben que los problemas internos de una nación se resuelven dentro de esa nación.

Les llegó la hora de responder por sus dichos y sus actos.

Alejandro Navarro