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En el primer día de Huelga General en el país, recordamos el erróneo análisis que el ex director del Metro, Clemente Pérez, hizo del movimiento estudiantil que llamaba a la evasión, la mecha que incendió el movimiento social. «La gente está en otra», sentenció en dicha oportunidad.
El pasado miércoles 16 de octubre, hace una semana exacta, el abogado Clemente Pérez, en su calidad de ex presidente del Directorio de Metro durante el primer gobierno de Michelle Bachelet, fue invitado al canal de noticias 24 Horas para comentar los entonces tres días consecutivos que llevaban los estudiantes –principalmente secundarios– evadiendo los torniquetes del tren subterráneo, en respuesta al alza de $30 en el pasaje, que se había llevado acabo tras el reajuste estipulado por el panel de expertos.
En la ocasión, el también empresario y académico realizó una lectura de la protesta (manifestada bajo el eslogan #EvasiónMasiva) que, ante la luz de los hechos, estuvo diametralmente equivocada. Lo primero que señala Pérez, en los quince minutos de entrevista, es que el movimiento representaba “una milésima parte de los usuarios que usan Metro”, comparando las cifras que hasta ese minuto se manejaban: alrededor de unas 3.500 evasiones versus los tres millones de usuarios que diariamente usan el Metro de Santiago. “Siguen siendo grupos marginales, aunque se vean masivos”, comentaba con seguridad y tranquilidad.
Además de minimizar la protesta con sus dichos, Pérez inmediatamente trata de antagonizar a los estudiantes movilizados con la ciudadanía, siendo enfático al respecto: “sí es importante que son muchos los perjudicados, porque han tenido que cerrar estaciones, accesos. Estos son cabros jóvenes que lo que hacen es perjudicar a señoras o gente que viene del trabajo cansada”, para más adelante señalar abiertamente que “lo que hacen los estudiantes es generar rechazo porque le genera molestia a los usuarios”. También, le da un carácter negativo a la acción de los estudiantes, señalando que “son delictivos, porque hay una evasión, y son violentos”, rematando con la frase que demuestra la miopía del ex director del diario La Hora: “sobre todo me parece tonto, me parece que tiene poco sentido”, argumentando que esta protesta no genera “simpatía en la población” como otras manifestaciones como las del Día de la Mujer, de la diversidad sexual o las de la activista medioambiental Greta Thunberg.
“Poco justificada”, remata Pérez en la primera parte, antes que el periodista Nicolás Vial haga contexto y le señale que estas protestas manifiestan algo más de fondo: un descontento social ante el alza reiterativa del pasaje, a lo que le pregunta si es Metro S.A. quien debe asumir el alza (justificada por el aumento en el valor del dólar) y no los usuarios. “El perjuicio que produce esta evasión es a todos los chilenos”, responde, para nuevamente hacer un juicio de valor y enemistar a los manifestantes, esta vez, con la gente de regiones: “lo encuentro bastante vergonzoso como santiaguino, porque el país le pone 850 millones de dólares al año en subsidio (al Metro) […] tenemos que tener noción que con cada peso que malgastamos en Santiago estamos perjudicando a las demás ciudades”.
Luego, hace énfasis en que el pasaje estudiantil no subió en esta pasada y hace una comparativa con la clara intención de deslegitimar y criminalizar el movimiento secundario ante la opinión pública: “el pase escolar ha subido solo $100 en los últimos 12 años […] y en las últimas alzas ha tenido muy poco. O sea, lo que termina habiendo acá es una especie de matonaje”, además, haciendo ver que han sido beneficiados frente al resto de usuarios, a quienes se les ha aumentado $400 en la última década, según las mismas palabras de Pérez. “Aquí hay una cosa evidentemente injusta: fruto de este tipo de protestas, se está provocando que las autoridades digan «no, no subamos el pase escolar», y al final ¿quién tiene que pagar esto? El resto de los santiaguinos. Más aún: el pase funciona en enero y febrero, cuando están de vacaciones”.
“Estas manifestaciones terminan erosionando una de las cosas de las que nos sentimos orgullosos”, dice Pérez continuando con su discurso, haciendo nula crítica a las alzas bruscas y consecutivas implementadas por Metro que, en varios puntos, no se condicen con una mejora en el servicio (no así en cobertura, dicho sea de paso). “Lo que uno debiera tratar de transmitir es condena social”, prosigue, aprovechando de instalar un liderazgo en el movimiento, adjudicándoselo a estudiantes del Instituto Nacional (a los que trata de «privilegiados»).
La conclusión final llega cuando Vial le pregunta por el pronóstico de un posible impacto financiero de Metro si las protestas continúan, a lo que el ex directivo responde mirando fijamente a la cámara: “Cabros, esto no prendió. No se han ganado el apoyo de la población. Ni siquiera en Twitter, donde se supone este tipo de movimientos tienen más apoyo, no lo hay. La gente está en otra, el chileno es bastante más civilizado. Lo único que he visto es un gran rechazo a este tipo de actitudes”.
Hace pocos días, a través de su cuenta en Twitter, Clemente Pérez hace alusión a esta entrevista haciendo una especie de mea culpa: “Obviamente me equivoqué en mi pronóstico […] Creo que fue una sorpresa para todos”, compartiendo una foto de un insólito titular de prensa escrita que titula “La crisis que nadie previó”.
Hace algunos días en TV dije que evasiones masivas en el Metro iban a fracasar, que “no habían prendido”. 1. Obviamente me equivoqué en mi pronóstico. 2. Una pena que hayan prosperado. Enorme daño provocado al Metro y sus usuarios. 3. Creo que fue una sorpresa para todos pic.twitter.com/7jhF4B6BpV
— Clemente Pérez (@ClementePerezE) October 21, 2019
