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Crisis en Chile: un modelo que no queremos, ni nos sirve más

Por: Catalina Baeza | Publicado: 25.10.2019
Crisis en Chile: un modelo que no queremos, ni nos sirve más foto amor | Foto: Elena Bulet, fotoperiodista en Santiago.
La crisis es un quiebre, un quiebre concreto en la vida y para salir de ella debemos reconstruir con nuevos elementos, nuevas ideas, nuevos modelos. Intentar salir de la crisis utilizando modelos de visión de mundo que fueron quebrados, no nos hará alejarse de ella y lo que es peor, aumentaran las sensaciones de inseguridad, desesperación, tristeza y rabia. En este momento Chile vive una crisis de la cual podemos salir, siempre y cuando cambie el modelo de país que veníamos utilizando. En crisis, Chile está en un momento acertado para observar el entorno y escuchar, de verdad, las voces que demandan nuevos modelos porque el que veníamos utilizando ya no nos sirve más.

La crisis se define desde la filosofía como un estado temporal de trastorno y desorganización, caracterizado principalmente por la incapacidad de la persona para abordar situaciones particulares, utilizando métodos acostumbrados para la solución de problemas.

Las crisis son inesperadas, provocan una sensación de incertidumbre y se sienten como una amenaza para lo que consideramos importante, pero las crisis también son un estado donde sabemos que necesitamos realizar un cambio. Al estar perdidas en esta sensación de no saber para dónde ir, tampoco sabemos cuál es el cambio que debemos realizar.

Las crisis nos afectan en todos los ámbitos de la vida incluyendo en nuestro cuerpo que reacciona con ansiedad, miedo e incluso pánico. Sentimos culpa, rabia, rencor y desesperación.
Nuestro pensamiento recurrente es de preocupación constante con lo que estamos viviendo y la pérdida del control (y de poder), que imaginábamos tener ,tener, nos hace, muchas veces negar los hechos.

Sentimos impotencia.

Es común que en estados de crisis, algunas personas pasen a abusar de drogas lícitas e ilícitas para poder soportar el insomnio, la tensión muscular, las cefaleas y el malestar general. Como seres humanos, vivimos con convicciones que nos ayudan a caminar y a tomar decisiones. En una crisis lo que sucede es que estas convicciones se quiebran, desaparecen; no nos sirven más.

La crisis es un terremoto en nuestras vidas, donde lo que habíamos construido y desde donde nos parábamos a mirar el mundo, se destruye y nos obliga a construir algo nuevo, diferente, para poder volver al estado de tranquilidad, imaginario o no, de un mundo conocido.

Cuando sentimos que el mundo, la vida, el entorno, ya no es el conocido y el modelo que conocíamos ya no nos sirve más, estamos enfrentando una crisis. La crisis nos exige cambios de mirada, de ambiente, de modelos. En este sentido también consideramos las crisis como un importante momento donde aprendemos de nosotras mismas, de la experiencia propia y desde las otras. La crisis es una oportunidad de revisar lo conocido y aparentemente estable. Revisar nuestros modelos, metas y el sentido que ellas toman.

La crisis es un quiebre, un quiebre concreto en la vida y para salir de ella debemos reconstruir con nuevos elementos, nuevas ideas, nuevos modelos. Intentar salir de la crisis utilizando modelos de visión de mundo que fueron quebrados, no nos hará alejarse de ella y lo que es peor, aumentaran las sensaciones de inseguridad, desesperación, tristeza y rabia.

En este momento Chile vive una crisis de la cual podemos salir, siempre y cuando cambie el modelo de país que veníamos utilizando. En crisis, Chile está en un momento acertado para observar el entorno y escuchar, de verdad, las voces que demandan nuevos modelos porque el que veníamos utilizando ya no nos sirve más.

En este momento de crisis, chilenas y chilenos tenemos la oportunidad y la obligación de incluir en la cotidianidad conversaciones que nos ayuden a encontrar otras salidas, nuevos caminos porque de hecho, los actuales, se agotaron. Tenemos la obligación, como país, de abrirnos para un diálogo que incluya a la sociedad

Un pacto social que no incluya a todos y todas, no es un pacto social, es una imposición de un modelo que ya no queremos ni nos sirve más.

Catalina Baeza