SML confirmó tres orificios en el tórax de cuerpo calcinado en Kayser que la autopsia no consideró relevantes

En un reportaje del portal informativo Interferencia, se establece que el Servicio Médico Legal (SML) describió tres lesiones, agujeros en el tórax, en una de las víctimas del incendio en la fábrica de Kayser, heridas que no fueron ahondadas por el personal del servicio al momento de realizar la autopsia.

La autopsia de Joshua Osorio Arias, tuvo lugar el pasado 21 de octubre en las dependencias del SML, y fue realizada por dos técnicos, una fotógrafa y la médico legista Karen Torres Sáez, además de otra médico que no fue identificada.

En este procedimiento, se ecnontraron tres orificios ubicados en la parrilla costal posterior derecha, entre las costillas número 10 y 11, que exponían una “fractura doble a nivel de 10ª costilla, la que muestra astillamiento y bordes irregulares por cara muscular externa siendo más regulares y con pérdida de segmentos”, como dice el registro de la autopsia.

Uno de los especialistas forenses consultados por el medio fue el médico legista Luis Ravanal, quien estableció que la autopsia le generó “más dudas que certezas”.

«El estudio no analiza los orificios en la espalda, no envía muestras para estudio de residuos de pólvora o de disparo. ¿Cuál es el origen de los orificios en el tórax, que ni siquiera se miden?”, preguntó Ravanal, quien además constató que no se realizó ninguna descripción radiológica.

Sin embargo, el otro médico consultado por Interferencia – quien pidió reserva de su nombre – “la autopsia está bien, es completa, faltaría ver las fotos para corroborar lo que se dice”.

Respecto de las heridas en el tórax, este último especialista explicó que “se deben interpretar como secundarios a la temperatura. El clásico ejemplo es cuando pones huevos a hervir y se revientan. El aumento de la presión hace que explote tanto el abdomen tórax y/o cráneo”.

Ravanal no estuvo de acuerdo con esta afirmación. “Es atípico que exista un orificio con una fractura aislada sin que se afecten simultáneamente el resto de las costillas expuestas a las mismas condiciones de calor y fuego”, dijo el forense, quien además señaló que “no es posible descartar con certeza a través del examen directo de un cadáver carbonizado que un orificio torácico tenga un origen distinto al causado por el fuego”.

“Es una omisión inaceptable, más si no se puede descartar otra causa; era obligado el diagnóstico diferencial de causa”, sostuvo Ravanal, asegurando además que “el tórax no estalla, ya que no es hermético como el cráneo”.

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