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Cuando un presidente miente no es presidente

Por: Pablo Varas Pérez | Publicado: 29.12.2019
Cuando un presidente miente no es presidente Presidente Piñera | AgenciaUno.
Chadwick primero y Blumel ahora han lanzado a los militares y carabineros en estado de manada para calmar la calle, para que la anhelada paz social que reclaman los grupos económicos que se haga pública la precariedad con la que transita el modelo que venden al mundo como si de un departamento piloto se tratara.

El principal responsable de las miles de agresiones que se han sucedido en Chile desde que iniciaran las manifestaciones es Sebastián Piñera, el presidente, el ciudadano elegido con una magra cantidad de votos pero elegido.

Ha sido política gubernamental jugar a dilatar los conflictos, no dar la cara, eludir las responsabilidades sin importarle las consecuencias, finalmente se trata de que el gobierno funcione, si hay harina se hace pan, así de sencillos. La huelga de profesores es el mejor ejemplo de la política dilatoria. Una huelga justa por sus demandas y necesaria, mientras su ministra Cubillos vendiendo flores a María.

Pero en esta alzada nacional se deja al descubierto la fragilidad en la que se sostiene el modelo. Toda una suma de números y porcentajes que se instalan cómodos en los grupos económicos que tardarán mucho tiempo para encontrar alguna explicación de lo que Chile conoció desde el 18-O.

Resulta extremadamente extraño que sencillamente miles y miles en las calles hayan logrado hacer crujir un sistema del que se ufanan los que lo defienden y los que lo mantienen en la política de acuerdos. El sistema no se sostiene, es por aquello que es el momento.

Acostumbrados al beneficio y la ganancia tuvo que salir la calle desde los colegios, las poblaciones para dejar de ser invisibles. Hay un país que vive en la neblina constante al que se le prometió más dinero en el bolsillo, tiempos mejores y todos los corazones en alto. Los paraísos fiscales no aceptan chilenos pobres y endeudados.

Para el 1% de la población perfumada, existen millones de hombres y mujeres que se debaten diariamente entre el precario y pésimo sistema de transporte, hasta el asalto a los bolsillos que hacen las AFP, ese dinero para pensiones y tratar de alargar la vida con un sistema de salud privatizado. 

Piñera miente y ese entre tantos es un problema serio.

No es necesario salir a buscar imágenes de la forma que reprimen a millones de manifestantes los militares y carabineros que salen según el gobierno con protocolos, la dura y violenta realidad deja constancia que los uniformados no les obedecen y actúan sencillamente con una manada.

Y en aquel listado de falsedades también sostener que Chile es víctima de un enorme contubernio mundial, demuestra el absoluto desconocimiento de las paupérrimas pensiones con las cuales deben de vivir millones de chilenos. Es quedarse con lo que dicho un ministro de salud piñeirano: la gente hace vida social en las filas de espera de los hospitales.

Chadwick primero y Blumel ahora han lanzado a los militares y carabineros en estado de manada para calmar la calle, para que la anhelada paz social que reclaman los grupos económicos que se haga pública la precariedad con la que transita el modelo que venden al mundo como si de un departamento piloto se tratara.

Si aquí nació el modelo es aquí en la calle donde debe derrumbarse.

Los costos han sido elevados miles de detenidos, apaleados, asesinados y mutilados. Las violaciones a los Derechos Humanos son incontables y absolutamente todas mientras gobierna Piñera, entonces es él responsable, es quien debe pagar por haber ordenado la represión y colocar a uno de los mismos en la Intendencia de Santiago.

Todas las imágenes que han aparecido en las televisiones del todo el mundo son de las calles de Chile. No es necesario buscar imágenes en Ecuador donde el otro adalid neoliberal mandó para que la población indígena sea apaleada.

Y salieron sus piñeiranos a una defensa patética. Insistir que el presidente no miente y que las imágenes no son nacionales. Falso, toda una cáfila de mentirosos, mala estrategia.

Piñera está perdido, teniendo un solo digito de aprobación insiste en aferrarse a lo que ya no le queda, rodeado de Pierrot que salen desaforados a justificar lo que en estado de extravío pronuncia lo que hace profundizar el descalabro que recorre la patria.

Recuerden cuando hace algún tiempo a coro Piñera y sus ministros vociferaban que en este gobierno la Constitución del 80 no era la preocupación para este periodo. Ellos habían fijado su agenda que se le cayó con el asesinato del Peñi Catrillanca, eso marca el inicio del derrumbe del castillo de naipes en el juego de Piñera, evidentemente con cartas marcadas.

Nadie quiere mostrar esas primeras fotos a los primeros convites de Piñera para su proyecto de gobierno que hoy está en el suelo. Los que fueron esos días y defendieron su presencia no hablan, olvidan esa tan deseada foto mercurial, todos risueños vociferando que cada uno era dueño de sus actos y protagonismo, en fin allá ellos.

Se vendía un modelo sólido y con crecimiento sostenido….mentira.

Allí está Piñera firmando fecha para la consulta para una nueva Constitución. Le ganó la calle, los más sencillos, los hijos de los hijos que también levantaron sus huelgas y manifestaciones. Le vencieron las mujeres organizadas, ordenadas y rebeldes. Los secundarios que reventaron los torniquetes.

Que esta lucha, que estas batallas no se las robe ni el parlamento entregado y acostumbrado a las migajas. Todo es ahora y si hay alguna pausa, marzo llegará más contento.

Pablo Varas Pérez