Lo que el gobierno no mostró: Jóvenes del Sename de Limache también protestaron contra PSU

«Esta noticia es muy alentadora, porque nos demuestra que sí es posible abrir oportunidades reales». Con esa cita, el secretario regional ministerial de Justicia y Derechos Humanos de Valparaíso, José Tomás Bartolucci, celebraba en la cuenta en Twitter de su cartera a tres jóvenes del Centro de Justicia Juvenil de Limache, dependiente del Servicio Nacional de Menores (Sename) de Valparaíso. En la imagen que acompaña el texto se ve a los menores participando de la Prueba de Selección Universitaria (PSU). Pero ese fue solo un encuadre de todo lo que allí pasaba.

Un gran saludo y nuestros deseos de éxito a los jóvenes del Centro de Justicia Juvenil de Limache @SenameValparais que continúan hoy rindiendo la PSU💪

✳️Seremi @jtbartolucci:
«Esta noticia es muy alentadora, porque nos demuestra que sí es posible abrir oportunidades reales» pic.twitter.com/P2Y7GnIQgt

— Seremi Justicia y Derechos Humanos Valparaíso (@MinjudhValpo) January 7, 2020

Afuera de la sala de donde se realizaba la prueba, a un costado de la puerta de entrada, en un pequeño trozo de cartón, alguien escribió: «PSU = Discriminación». Más allá, en las rejas divisorias del mismo centro, otros escribieron y colgaron en una cartulina verde: «No + PSU / No + Discriminación / Educación Gratis / No + AFP / No + Comida mal hecha». Era su forma de protestar, conscientes de su situación particular y también del pulso actual del país. Todo, registrado en fotos que la subsecretaría no mostró.

Si los tres postulantes a la educación superior lograron rendir el examen, fue por el programa de «sistema de educación especial para adultos, con funcionamiento especial dado que no son adultos», según cuenta Javier Flores, presidente de la Asociación Nacional de Funcionarios del Sename (Anfur) de Marga Marga. Todo, como parte de un decreto ministerial «que se adapta a la realidad» del lugar. Pero el dirigente no demora en aclarar: «Suceden tantas cosas que van en contra de la entrega de contenidos, que se ve afectado el proceso (educativo) de los jóvenes».

Las aspiraciones de los postulantes, cuenta Flores, tienen un sentido de realidad: no aspiran a más de 550 puntos ponderados. En esa línea, sus proyecciones no descansan en carreras largas ni de alta complejidad, mucho menos optar a una universidad estatal. En cualquier cosa, dependen de las becas o ayudas estatales.

Si los distintos estudios y mediciones han mostrado las diferencias de puntajes entre comunas de mayores y menores recursos, a los aspirantes del Sename se les suman «los conflictos entre jóvenes, la dotación de funcionarios, las metodologías de enseñanza, la baja capacidad que tienen para estar concentrados, además de la desescolarización, los hábitos, etcétera», agrega el funcionario. Con todo, aterrizan sus ideales en algún instituto o alguna universidad privada.