| Agencia Uno
Frente a la «desconexión» -según ellas- de la titular de la cartera con la sociedad, para este año proyectan lograr que deje la titularidad del ministerio de la Mujer y la Equidad de Género. En paralelo, promoverán un proceso constituyente paritario y plurinacional.
Durante estas tres semanas que van del año, ya se ha registrado un total de tres femicidios en el país. Más allá de que se realicen marchas, encuentros y eventos feministas, pareciera ser que erradicar la violencia es un objetivo igual de lejano que hace unos años atrás, previo a que estallara el movimiento feminista.
El primer femicidio fue a cinco días de comenzar el año: La víctima se llamaba Gladys Gallegos (54) y falleció a manos de su pareja. El agresor se encontraba en libertad, después de haber cometido un doble homicidio en el 2012. El segundo caso no es distinto: a Alejandra Castro (32) también la mató su pareja el 10 de enero. El tercer caso se conoció durante esta última semana: a Uberlinda Leiva (59) la asesinó su hijo. Este último ya contaba con una condena de homicidio y robo.
Las situaciones anteriores vislumbran el sistema judicialque la directora de la Corporación Miles, Anita Peña, califica como una falla del Estado: “No hay una buena implementación de políticas preventivas y también hay una falla porque no hay una fiscalización de como se implementan hoy día las políticas y programas en materia de violencia”.
En ese sentido, las organizaciones apuestan fundamentalmente por un cambio cultural a la hora de erradicar la violencia de género. Es el caso de la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres, desde donde su vocera, la abogada Silvana Del Valle, entrega más detalles: “No es solamente la ley; no es solamente el Estado el que tiene que cambiar. Lo que tiene que cambiar es la cultura, la sociedad completa. En ese sentido, más allá de las leyes, el cambio cultural se tendría que conseguir a través de un cambio más sustantivo en la estructura social”, indica.
Para este año, el movimiento feminista contempla aspectos clave que significarían un avance importante en materia de igualdad de género. En ese sentido, las dos organizaciones anteriores ven el cambio constitucional como «la verdadera oportunidad de igualdad para la sociedad chilena».
Peña adelanta parte del trabajo: “La Constitución debe tener un mecanismo participativo, debe tener paridad y sobre todo una participación súper visible de las disidencias sexuales, de los pueblos originarios y de la comunidad migrante. Todes tenemos que estar incluidos en este proceso”.
Esto es principalmente la demanda de un proceso constituyente del que las mujeres anteriormente habían sido invisibilizadas o excluidas. En ese sentido, Del Valle también considera que un eje importante es la participación plurinacional, que contenga la incorporación de todos los pueblos e identidades del país: “Una nueva Constitución puede lograr cambios sustantivos en la vida de las personas y así establecer las bases de una institucionalidad para una convivencia social que realmente tenga las cuestiones que son vitales para la vida de las personas”.
El último punto fundamental es la renuncia de la ministra de la Mujer y Equidad de Género, Isabel Plá, que para ellas no representa realmente las demandas del feminismo en el país. En ese sentido, la representante de Miles declara: “Cuando escuchas a una ministra de la Mujer que desconoce la violencia político-sexual que ejercen los agentes del Estado o cuando esa misma ministra no se pronuncia cuando van tres femicidios, demuestra una ausencia. Pero también, demuestra una negligencia por parte del Estado donde no presentan de manera más clara una posición respecto de la violencia en contra de las mujeres”.
Para estas organizaciones es imposible generar cambios estructurales en el gobierno de Sebastián Piñera manteniendo a la ministra Plá en esta cartera. Es por eso que Silvana del Valle agrega: “No tienen las capacidades de comprender los temas sociales en los que nos encontramos, ni tampoco comprenden que el sistema que nos rige, que es violento en sí mismo y que nace de una mezcla del patriarcado y el capitalismo”.
