Javiera Olivares por restricción a pancartas en Viña: «No hay coherencia con lo que el país está viviendo»

Polémica ha causado la determinación de la producción del Festival de Viña del Mar, que este domingo anunció que prohibirán el ingreso de pancartas a la Quinta Vergara, a menos que sean las que las propias marcas organizadoras elaborarán para los asistentes.

Una decisión que se enmarca en el contexto de otras medidas de seguridad extras, que incluyen detectores de metales, iluminación de un cerro aledaño, y aumento en el número guardias y cámaras.

Un escenario de alto resguardo que podría estar transgrediendo la libertad de expresión de los asistentes, y que cobra aún más relevancia si se considera que durante la semana pasada la organización del festival le solicitó a los humoristas del certamen no «imputar delitos a autoridades e instituciones».

El Desconcierto conversó con la ex presidenta del Colegio de Periodistas y coordinadora del Programa de Libertad de Expresión del Instituto de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile, Javiera Olivares, quien criticó duramente no solo estas medidas -que a su juicio atentan contra la libertad de expresión-, sino además el Festival mismo, el que rechaza por su intento de «instalar a la fuerza una especie de pseudo normalidad«.

«Desde mi punto de vista no debió haberse hecho el Festival o, de haberlo hecho, hacerlo con unas características completamente distintas, con otras prioridades, objetivos, otro tipo de actividades, de performance, de expresiones artísticas», afirma Olivares, quien llamó a los organizadores a tener «coherencia con lo que el país está viviendo«.

En esa línea, Olivares agregó que «es todavía más grave aún, que se busque instalar maneras de reprimir legítimas manifestaciones sociales, que no son  más que el uso de un Derecho Humano que nos pertenece a todos como la libre expresión«.

La ex presidenta del Colegio de Periodistas enfatizó que «aquí se está replicando un modelo de coerción a este derecho -que ha sido la tónica en este último tiempo- pero que me parece más grave aún en el contexto de un festival que intenta instalar una especie de normalidad, pero además reprimiendo, o sea, institucionalizando esto que ya se ha producido en otros espacios que es la censura, la coerción a la libre expresión de la ciudadanía».

Por estas razones, Olivares planteó su tajante rechazo a la medida, criticando que se deje entrar «solamente algún tipo de pancartas que, además, según entiendo, son aquellas que serán producidas por empresas privadas, por auspiciadores, lo que es doblemente grave, porque se están condicionando determinados mensajes«.