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Barrismo y estallido social, a un mes de la muerte de los hinchas de Colo Colo

Por: El Desconcierto | Publicado: 28.02.2020
Barrismo y estallido social, a un mes de la muerte de los hinchas de Colo Colo Plaza de la Dignidad | Fotografía de Agencia Uno
Para explicar brevemente qué son las barras bravas, en tanto actor social, sólo mencionar que la gran adhesión se debe a una cuestión inherente al modelo de sociedad actual. La falta de “identidad” y la falta de relatos en la juventud de extracción popular permiten que actores, como un equipo de fútbol, recojan a quienes deambulan entre identidades insustanciales y carencias materiales. Aquí se encuentran con otros, igual que ellos, sin futuro, pero ahora “somos”, ya no se está sólo .

Entre las principales características del actual conflicto social, destaca la presencia de las barras bravas como uno de los actores más visibles en las movilizaciones. La presencia permanente de barristas en la Plaza de la Dignidad y con gran capacidad de “fuerza”, tiene causas muy puntuales, y también consecuencias.

Para explicar brevemente qué son las barras bravas, en tanto actor social, sólo mencionar que la gran adhesión se debe a una cuestión inherente al modelo de sociedad actual. La falta de “identidad” y la falta de relatos en la juventud de extracción popular permiten que actores, como un equipo de fútbol, recojan a quienes deambulan entre identidades insustanciales y carencias materiales. Aquí se encuentran con otros, igual que ellos, sin futuro, pero ahora “somos”, ya no se está sólo .

La unidad que agrupa a estos jóvenes es el “piño”; una mezcla de vecinos, amigos y familiares. El piño puede llegar a alcanzar dimensiones numericas importantes. Además, cuentan con ritos e identidad propia (conmemoran el aniversario del piño, celebran la navidad para niños y ninñas, etc.). En su interior, a su vez, pueden cohabitar células delictuales, las cuales aportan protección y reciben a cambio “identidad y pertenencia”. Al mismo tiempo que también pueden cohabitar identidad políticas e ideológicas. En este sentido, la “cercanía” entre barras que se ha observado, se debe considerar que ésta siempre será momentánea y circunstancial, nunca definitiva. La pésima gestión del conflicto por parte del Gobierno y el “enemigo común”, es decir Carabineros, han permitido esta especie de “amistad cívica”.

Por otra parte, la acción de la policía facilitó mucho esta “alianza”. Innumerables veces la falta de profesionalismo de Carabineros ha detonado los conflictos. Esto era y es pan de cada día en los estadios. Este hecho también acerca a las diferentes barras. Todos han sufrido represión innecesaria, agresiones gratuitas y han acumulado muchas “cuentas pendientes”.Dicha falta de profesionalismo, cotidiana en los estadios, ha quedado patente en numerosas ocasiones por parte de las Fuerzas Especiales. Detener a cualquiera, enderezar una fila a caballazos, el lumazo “por si acaso”, “pa’ que sepai”, etc.; ha quedado en evidencia atraves de los medios desde Plaza Ñuñoa hasta la ex Plaza Italia. En los hechos, la policía en numerosas ocasiones se transformó en la “tercera barra”, con las mismas lógicas identitarias, estilo matonesco y actitudes de “patota”. No debe extrañar entonces que la existencia de este excelente adversario común lograra esta cercanía entre barras. El fútbol lo hace a diario, da una identidad (mi equipo), da relatos (ganamos, perdimos) y te entrega alguien a quien odiar (la barra de enfrente). En este caso, el objeto a odiar es la policía.

Este dato cobra importancia luego de la muerte de dos barristas de Colo-Colo, uno en las afueras del Estadio Monumental (Jorge Mora) y el otro en la comuna de Padre Hurtado (Ariel Moreno), al día siguiente, precisamente protestando por la muerte de Mora. En el caso de Moreno, el joven de 24 años murió por un balín que lo impactó en la cabeza. La familia responsabilizó directamente a Carabineros.

Si bien el mundo del fútbol no tiene capacidad para desestabilizar un gobierno, la disposición y potencialidad de los barrabravas para volver a revitalizar las movilizaciones, desde los “territorios”, sí puede potencialmente retomar la senda de octubre. Las muertes de el Neco y de Moreno, terminaron por comprometer totalmente a las barras en el estallido social, que si bien no se interesan a menudo por reformas constitucionales, sí entienden que ahora “les toca a ellos” y que los “pacos” se la tienen bien merecida.

Hasta el momento, las manifestaciones se reducían a cánticos en las graderías. Más aún, las torpezas de Estadio Seguro y de las autoridades del gobierno terminaron por encender la pradera. Medidas tan torpes como el bloqueo a la compra de entradas a TODOS los y las hinchas que estaban en la tribuna sur del Nacional durante un partido de la U. de Chile en que hubo disturbios, demuestra la falta de capacidad técnica para entender el problema por parte del Ministerio del Interior y la ANFP. No tienen la más mínima capacidad e intención de entender el fenómeno barrabrava, ni de abrir espacios de participación a un actor que les da miedo. La apuesta es desparramar bencina. Por ejemplo, la aparición de guardias privados vestidos de fuerzas especiales, los robocop, es una solución al menos peligrosa. ¿Qué va a pasar cuando uno de esos guardias golpee a un barrista?, porque en algún momento “se van a encontrar”. ¿El objetivo es reemplazar a Carabineros?.

Este viernes 28 se cumple un mes de la muerte de los dos hinchas de Colo-Colo, Jorge Mora y Ariel Moreno. Justo en el ya tradicional “viernes santo” de la movilización. La inmovilidad de Estadio Seguro y, por ende, del Ministerio del Interior, solo se traduce en indolencia e impunidad. Si se diseminan las manifestaciones de marzo, como en los primeros días del estallido social, atenderán quizás, a “este problema”.

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