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Polémico vestido en Festival de Viña: ¿Quién es la cantante que lo vistió?

Por: Fernanda Salazar | Publicado: 03.03.2020
Polémico vestido en Festival de Viña: ¿Quién es la cantante que lo vistió? Cantautora muestra vestido en protesta | Foto: Rodrigo Garrido
Chilena, cantautora, activista cultural permanente en los cerros de Valparaíso y devota a la música, en especial al rock. Vive en la toma Violeta Parra y ha trabajo en la biblioteca del mismo lugar por más de seis años. El lunes 24 de febrero, bajo un enorme vestido, escondió la falda de protesta y su pañoleta verde para cantar codo a codo con 50 músicas.

El lunes 24 de febrero fue la noche en que Mon Laferte subió al escenario del Festival de Viña a 50 cantautoras que la acompañaron entonando dos cuecas feministas, cánticos y payas.  Cada una con sus colores, potente voz y consignas, llenó el semicírculo oscuro en la noche viñamarina.

Pañoletas, dibujos en las piernas y cánticos aparecieron en el escenario. Sin embargo, fue una gran falda la que incomodó las cámaras que hicieron lo posible por mantenerla fuera de encuadre. Tomándola de los dos costados, fue una de las 50 quien mostró mensajes como «Si po, apruebo», «No+ abusos», «Ni una menos» y hasta con ojos ilustrados en blanco, aludiendo a los más de 400 heridos oculares por violencia policial.

Su nombre de la bailarina es Taira, y luego de viajar por Europa a los 15 años con su canto, en 2009 decidió acercarse a los cerros de Valparaíso para vivir a la Toma Violeta Parra. En este lugar ha creado talleres, organizado voluntades, levantado proyectos hasta la actualidad. Es una mujer, dice, devota a la música y en especial al rock que toca sola con su guitarra, una decisión que tomó al independizarse de músicos y bandas. «Mi música es en esencia folk. Diría que tiene raíces de todo lo que conozco y lo que más me gusta de cada ritmo, de cada melodía», indica a El Desconcierto.

Se define como una  activista cultural en emancipación constante. Es por ello que el episodio del festival y su falda, si bien es una intervención, siente que la refleja e identifica, según comentó en esta entrevista.

-La falda que usaste en la Quinta Vergara ha sido ampliamente viralizada por internet. ¿Cuál es la historia?

Cuando Mon Laferte nos hizo la invitación (junto con Charawilla) quise que la falda que yo usara tuviera alguna leyenda. Me comuniqué con la Coordinadora 8M de Valparaíso y fue Daniela Gallardo la diseñadora que ideó, y junto a otras mujeres de la coordinadora, hizo el vestuario. Lo estaban haciendo hasta el último minuto en que me tenía que subir al escenario. Ellas tenían también la reunión por la huelga feminista del 8 de marzo.

Decidimos que yo llevara la falda escondida bajo un vestido. Hubo varias mujeres que se rayaron las piernas, una también pasó un cartel. Cada una llevó el mensaje que creía importante. En mi caso, quería representar a la Coordinadora, subir conmigo a más mujeres en el vestido, representar a las que no pudieron estar ahí. 

-¿Qué significó el gesto de Mon Laferte al invitar a las Cantoras al festival?

Importante. Muy importante que estemos mujeres que trabajamos en las comunidades, en las calles, visibilizadas en un escenario históricamente representado por el patriarcado. Nosotras, las hijas de Mon Laferte, las chicas del barrio, nos sentimos muy inspiradas por el trabajo de esta gran artista que en toda su trayectoria ha mostrado consecuencia. Ella sabe de dónde viene y es donde nosotras estamos. Ella convocó a sus pares: cantautoras, profesoras, mujeres admiradas. La lista es alucinante.

-Eres dirigenta social, tienes un fuerte trabajo comunitario en una toma de Valparaíso. ¿Cómo partió eso?

Conocí la Toma hace varios años. Pero en ese momento las prioridades de la gente iban más por los comités, resolver temas estructurales o urbanos. Sentí que faltaba poner la intensidad en los niños, en la cultura. Por eso me vine a vivir acá, porque siempre tuve el sueño de hacer una escultura en una población. La escultura era un ojo grandote como un resbalín grande donde los niños pudieran jugar en este tercer ojo de la humanidad bien abierto. Y aunque la escultura aún no está en la plaza, hemos ido construyendo ese tercer ojo con una biblioteca, con talleres, festivales pero sobre todo con harto cariño.

-Tienes dos hijas y ellas estarán en el futuro Chile. ¿Qué esperas de esa generación?

Tengo dos de diferentes padres, toda una hazaña. Vivimos las tres mientras yo trabajo y hago arte. Siento que eso no era algo posible hace algunos años. Quiero que construyamos Chile desde el amor, que sanemos las heridas con justicia, que la tierra sea de todos y todas, que se acaben los dueños de todo. Es un proceso enorme, pero que habrá que soportar, que la gente parta dejando sus costumbres neoliberales poco a poco. «Ni una menos, 450 ojos, Si po Apruebo, No más abusos», en el Chile feminista somos todos y todas iguales y la infancia es responsabilidad de cada ser adulto responsable. En el Chile que queremos, deben caer varios para dejar limpio el panorama y hacer justicia.

Foto: Rodrigo Garrido

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