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Angustia en Italia: «Si mi hija no puede comer un trozo de pan iremos a asaltar los supermercados»

Por: Carolina Ceballos | Publicado: 29.03.2020
La emergencia social en el sur del país europeo, ya es una realidad. De hecho, el temor frente al surgimiento de serias protestas crece cada día luego de que ya se hayan empezado a registrar los primeros saqueos en algunas zonas, lo que ha obligado a la administración de los supermercados a disponer de una vigilancia especial. Mientras, las convocatorias a la revuelta social se esparcen como reguero de pólvora en redes sociales.

La emergencia sanitaria en Italia, país que encabeza el listado de víctimas fatales por concepto de la pandemia del coronavirus, ha redundado en un serio conflicto que amenaza con extenderse de un par de zonas particulares, a otros sectores del territorio europeo.

Y es que la emergencia social en el sur de Italia ya es una realidad. De hecho, el temor frente al surgimiento de serias protestas sociales crece cada día luego de que ya se hayan empezado a registrar los primeros saqueos en algunas zonas, lo que ha obligado a la administración de los supermercados a disponer de una vigilancia especial.

«Desde el sur emerge con fuerza un grito de alarma del que se hacen eco los alcaldes y los servicios de información italianos que advierten al gobierno: ‘La gente tiene hambre’. Las señales son muchas y dramáticas, convirtiéndose en virales en pocas horas. Una de ellas es un video de un padre y su hija que muerden una rebanada de pan con Nutella; él en tono amenazador se dirige al primer ministro Conte y al alcalde de Palermo en tono amenazador: ‘Si mi hija no podrá comer un trozo de pan iremos a asaltar los supermercados'», ilustra el sitio ABC en una detallada crónica acerca de la compleja situación que comienza a encender las alarmas en este país, que ya se enfrenta a una de las consecuencias más temidas de la inmisericorde pandemia.

En el caso de Palermo, un grupo organizado de unas 20 personas, relata este medio, se instaló frente a las cajas de un supermercado Lidl, uno de los más grandes y frecuentados de la zona, con sus carros llenos, negándose a cancelar la cuenta. «Basta de estar en casa, no tenemos dinero para pagar, tenemos que comer», gritaban los desesperados «compradores», mientras los empleados del local llamaban a la policía y carabineros y el pánico se instalaba entre los clientes que aguardaban en la calle para hacer sus compras.

El caos que se desató en el lugar se prolongó durante horas. Para evitar lo peor, actualmente las fuerzas del orden vigilan los supermercados en Palermo y de otras ciudades.

Llamadas a la revuelta

Por si fuera poco, las convocatorias a la revuelta se extienden como reguero de pólvora en redes sociales. En Facebook un nuevo perfil de un grupo llamado «Noi», invita a «Recuperar lo que nos quitan». Con cientos de seguidores en pocas horas algunos ya se organizan a través del chat. «Quienes estén listos para la guerra el día 3 (fecha en el que se estima el final de la emergencia, aunque se da por seguro que habrá prórroga), lo debe escribir aquí abajo», señalan. «Debemos romper todos los supermercados», responde alguien. «El problema es inmediato, los niños deben comer», se lee a continuación.

«Yo no espero a abril, estoy sin un euro, mi familia debe comer», dice otra persona. «En casa pueden estar los que tienen un salario fijo, si nosotros debemos estar encerrados, el Estado nos tiene que llevar la comida y debe pagar los alquileres, no somos Cristiano Ronaldo: Aquí tres cuartas partes de italianos trabaja en negro; ¡rebelaros!», dice otra persona en un video.

Y en la calle los robos se hacen cada vez más cotidianos. En Campania, en algunas zonas de la provincia de Nápoles, los robos en la calle se incrementan, «con gente que quita las bolsas con los productos que algunos clientes acaban de comprar en los supermercados. Raro es el día donde en algunas provincias del sur no hay algún asalto a una farmacia. Hay gente que grita su angustia y su hambre desde el balcón», se lee en el reportaje de ABC.

«Ya no tenemos dinero, no tenemos nada. Venid a verlo», claman algunos desesperados. Es el contexto social que está generando la pandemia del coronavirus, que en Italia se ha hecho sentir con particular dolor. La muerte y la pobreza se cruzan en un país que clama por mejores días mientras la esperanza se oculta perversamente.

Así lo evidenció el dramático discurso que la noche del viernes último el presidente de la República, Giorgio Mattarella, dirigió al país. «Estamos viviendo una página triste de nuestra historia. Hemos visto imágenes que será imposible olvidar. Algunos territorios, y en particular las generaciones más ancianas, están pagando un precio altísimo. Europa debe comprender la gravedad de la amenaza, o será demasiado tarde. Son indispensables ulteriores iniciativas comunes, superando viejos esquemas que ya están fuera de la realidad de las dramáticas condiciones en que se encuentra nuestro Continente».

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