A seis meses del estallido: Ese virus que nos confirmó que con el tiempo volveremos a la calle

Esta es una  reflexión que publiqué en mi cuenta de Instagram y generó una interesante conversación con mis seguidores. La mayoría de las respuestas fueron emoticones,  aplausos y corazones, pero también apareció una silenciosa minoría, esa que aunque no cree que las cosas estén bien (supongo que los privilegiados que hoy resguardan el statu quo no son mis seguidores), sí creen que es mejor dejar pasa todo no “contaminarse con el odio”, apoyarse “con amor”, como si se pudiera comer de “amor”, pagar con “amor”, las deudas que se acumulan. Están convencidos que si los de arriba se salvan, nos salvarán a nosotros con más trabajo, aunque seguirán estando mal pagados y desprotegidos como hasta ahora. Sin embargo, parecen haber olvidado que Chile despertó y que la mayoría de los chilenos abrieron los ojos el 18 de octubre.

Este sábado se cumplieron seis meses del estallido social, de esos primeros días llenos de esperanza, cuando salimos millones a la calle, cuando sentíamos que juntas, juntos y juntes nadie nos detendría. Después fuimos testigos de las violaciones a los Derechos Humanos por parte del estado, el miedo, los militares en la calle, la injusticia, la represión, las discusiones con los familiares que le daban más importancia a un supermercado que a la vida de un ser humano. También comenzaron las mutilaciones.

Tuvo que venir  un virus letal para los más débiles, para que terminaran de abrir los ojos todos aquellos que no querían ver quiénes nos gobiernan. Esos que  piensan en sus bolsillos y no en la salud de la clase trabajadora de su país. Esos a quienes no les importan los que no pertenecen a su clase social.

La cuarentena dinámica tiene a las comunas privilegiadas de la Región Metropolitana con un mínimo aumento en los casos, y a las sin cuarentena con altísimo aumento ( revisar el documento de posición de la Escuela de Salud Pública, Universidad de Chile). ¿Estamos preparados para que los niños vuelvan a clases? ¿Estamos preparados para que los trabajadores públicos vuelvan a atender gente aglomerada? ¿Estamos listos para que abran los malls?

El coronavirus nos enrostró que era cierto todo lo que veníamos viendo hace tiempo: que este sistema neoliberal es cruel, porque ante eventualidades como esta pandemia, los ricos se arman un estado socialista para las grandes empresas y dejan lo peor del neoliberalismo para el trabajador, ese que se tiene que pagar el sueldo con sus propios ahorros, ese que terminará más empobrecido cuando todo esto pase.

El mensaje es claro: El resto que se las banque como pueda, con ollas comunes, con pancitos amasados, saliendo a la calle y poniendo en riesgo su vida y la de los suyos, para abastecer a esos privilegiados que sí se pueden encerrar.

No sé ustedes, pero yo- en medio de este túnel-  estoy aprovechando de tomar aire y juntar energías para seguir batallando, para que tengamos una nueva Constitución, una carta magna, una hoja de ruta confeccionada por primera vez por todas, todos y todes, para que cuidarse no sea nunca más un privilegio, para que nos gobiernen líderes que entiendan que la salud de una persona es más importante que la economía. La economía mundial se volverá a levantar, ya lo ha hecho en distintas ocasiones. Un ser humano, en cambio, aún no ha logrado renacer de entre los muertos.