Increíble caso de abandono masivo de abuelitos en la llamada «Casa del horror» en Canadá

Una de las noticias más conmovedoras que ha dado la vuelta al mundo durante la última semana, tiene que ver con lo ocurrido en una residencia para ancianos emplazada en una zona cercana a Montreal, en Canadá. Específicamente, las informaciones apuntan a un colectivo de adultos mayores a los que nadie fue capaz de asear ni menos alimentar en tiempos de crisis sanitaria.

Y es que en medio del shock y el temor frente a las consecuencias que está generando el coronavirus a todo nivel, surge la noticia de este recinto cuyos habitantes fueron encontrados completamente descuidados, entregados a su suerte. Así lo reportan los medios que hablan de que el personal de servicio abandonó masivamente sus responsabilidades, a lo que se adiciona un dueño con un pasado delictivo y la no despreciable suma de 31 decesos acumulados en escasas semanas.

La realidad corresponde a revelaciones surgidas en el entorno cercano del geriátrico cuya situación ha dejado a Canadá en shock. Y a sus residentes, completamente a la deriva, reporta Agencia AFP.

La residencia Herron se ha transformado en el ícono de la debacle que azota a las casas de ancianos en este país, un fiel reflejo de la cara más adversa del coronavirus, que en innumerables lugares de Europa ha golpeado severamente a recintos de adultos mayores, donde los decesos generados como consecuencia del COVID-19 están a la orden del día.

Lo ocurrido en el caso de este geriátrico ha dejado impávidas a las autoridades del país, tanto así que el primer ministro de Quebec, François Legault, calificó de «horroroso» el hecho derivado de la que, a su juicio, corresponde a una «gran negligencia».

Tras enterarse de lo sucedido a través de los detalles del caso proporcionados por un reportaje publicado por el periódico Gazette, la autoridad anunció un exhaustivo sumario en distintos niveles, incluido el solicitada a la policía local.

De acuerdo a este medio, funcionarios de las entidades sanitarias de gobierno que participaron del rescate de los adultos mayores, se encontraron con un escenario desolador al llegar al lugar. Se habla de pacientes que se mantenían a duras penas tras no haber sido alimentados durante varios días, algunos de ellos con pañales saturados de excremento y enfermos tirados en el piso tras haberse caído. Todo esto producto del abandono del que fueron objeto de parte de quienes eran responsables de su cuidado.

Según el reporte de Gazette, parte del personal del lugar se desentendió de sus labores de un día para otro ante el miedo de contagiarse de coronavirus. «Realmente sentí náuseas», admitió Moira Davis, hija de Stanley Pinnell, uno de los adultos mayores fallecidos en el hogar el 8 de abril último.

«De pronto muchas preguntas se me cruzaron por la cabeza: ¿Qué podríamos haber hecho diferente? ¿Por qué nadie nos dijo nada? ¿Por qué?», se cuestionó Davis perturbada por el triste final que tuvo su padre.

Stanley, lamentablemente, no es la única víctima fatal constatada en esta residencia en la que se habla de a lo menos cinco fallecimientos producto del virus. De un total de 31 muertes en el centro donde los sumarios avanzan para esclarecer lo más pronto posible las circunstancias  y responsabilidades de los hechos.

«Los reflectores del mundo entero están apuntando a Herron, el ejemplo perfecto de lo que está mal en los servicios de salud para personas ancianas», aseguró Davis sobre el caso al que ya varios aluden como «la casa del horror».

«Me asusta, me da terror. Tengo 60 años y un día podría terminar en una de estas residencias», aseguró Moira mientras las lágrimas corrían por sus mejillas en una imagen de evidente desconsuelo frente a lo sucedido.

El «trato inhumano y degradante» que recibieron los 130 residentes del centro redundó en una demanda colectiva  presentada ante la justicia canadiense, un recurso legal que además busca una indemnización económica equivalente a casi 3,6 millones de dólares.

En relación al dueño de la residencia, el diario La Presse, de Montreal, transparentó que Samir Chowiera, presidente del grupo propietario de Herron, cumplió una pena de cárcel por tráfico de drogas y fraude.

«El 7 de abril, a mi madre la dejaron en su silla de ruedas con sus pañales sucios, por horas porque nadie respondía» a sus solicitudes de ayuda, dijo Peter Wheeland, otro de los que entregó un testimonio de lo que durante semanas ocurrió en el recinto.

Peter contó además que Connie, de 87 años, tenía diarrea, uno de los síntomas más evidentes del coronavirus. La adulta mayor, en efecto, tras ser hallada en ese estado fue rápidamente trasladada a un hospital, donde un examen de COVID-19 ratificó las sospechas que se tenían al confirmar el diagnóstico que amenaza seriamente a la tercera edad.

En medio de la conmoción generalizada causada por el abandono en el que quedaron los residentes de este geriátrico, el primer ministro de Quebec llamó a la comunidad médica a «realizar el trabajo de los enfermeros» en estos establecimientos en los que se calcula en 2.000 el déficit de funcionarios.