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Barraza, ex ministro de Desarrollo Social y medidas económicas por COVID-19: «Es un factor que genera mucha angustia en la población»

Por: Carlos Jara | Publicado: 24.04.2020
Barraza, ex ministro de Desarrollo Social y medidas económicas por COVID-19: «Es un factor que genera mucha angustia en la población» Marcos Barraza |
En conversación con El Desconcierto, el ex ministro de Desarrollo Social y actual director de la Escuela de Psicología de la Universidad de Santiago, Marcos Barraza, se refirió a las medidas que se pueden tomar en lo cotidiano para atenuar el estrés psicológico que implica la cuarentena, y el contexto de pandemia. En ese sentido, Barraza enfatizó que gran parte de las angustias que hoy vive la población no son causadas directamente por el COVID-19, sino que por la negligencia del gobierno en materia de seguridad social.

Desde hace algunas semanas distintos estudios y reportes de parte del gobierno han venido dando cuenta de aumentos en las cifras de casos de violencia intrafamiliar y violencia de género. Según cifras del Ejecutivo, en el último mes las llamadas al Fono de violencia contra la mujer (1455) han subido 70% en nuestro país, dando cuenta de que el contexto actual de cuarentena, sumado a la incertidumbre general, estarían teniendo un efecto negativo sobre la calidad de vida en los hogares, y particularmente sobre las mujeres.

El Desconcierto conversó al respecto con el director de la Escuela de Psicología de la Universidad de Santiago, Marcos Barraza, quien enumeró una serie de consejos prácticos para abordar las problemáticas que han surgido en estas semanas de encierro, relevando que muchas de las angustias que se viven hoy no solo tienen que ver con el COVID-19, sino que en muchos casos, con la falta de protección social.

Miedo al COVID-19 y miedo a perder la calidad de vida

Barraza comenzó explicando que desde su perspectiva existen dos grandes variables que estarían generando incertidumbre.

«Evidentemente que está el temor por la crisis sanitaria y, particularmente, el miedo a contagiarse de COVID-19 y que la cobertura en salud no sea suficiente para que te puedas mejorar y no seas una víctima fatal. En ese sentido, indistintamente de los reproches al gobierno, me parece que la ciudadanía ha actuado mayoritariamente con niveles de responsabilidad importante», dice respecto de la primera variable.

La segunda, agrega, tiene que ver con el sistema político y económico, que, a su juicio, fracasó.

«A ese temor por el contagio, hay que agregar que la pandemia desnuda con mucha fuerza las deficiencias, las debilidades y el fracaso del neoliberalismo en términos de modelo económico. Así como no hay garantías de salud oportuna que le den tranquilidad a la población, la crisis sanitaria ha dado paso a un incremento de la crisis económica, lo que tiene a muchas personas enfrentándose al dato real de que han perdido o han disminuido significativamente sus salarios. De hecho, las filas para el Seguro de Cesantía o para firmar el finiquito son ilustrativas de esa angustia económica. Ese es un factor que genera mucha angustia en la población, adicional al sanitario, y que perturba en el bienestar psicoemocional«, sostuvo Barraza. «Con el agravante de un gobierno que ha optado por medias erráticas, inoportunas o claramente sesgadas en términos de protección a grupos sociales distintos«, agregó.

La información y los niños

En esa línea, al ser consultado por cómo controlar la incertidumbre que generan las múltiples fuentes de información que existen en la actualidad, el también ex ministro de Desarrollo Social del gobierno de Michelle Bachelet afirmó que «lo que se requeriría en este cuadro es información que permita a las personas adaptarse a las medidas de autocuidado y del mismo modo ser críticos de la realidad imperante. Y en ese sentido, discriminar cuáles son las fuentes de información, cuáles son los medios de comunicación no complacientes con las políticas del gobierno. Es clave a objeto de tener cierta estabilidad emocional».

En tanto, en lo respectivo a los niños, Barraza recomendó la «Guía para resguardar la salud mental en cuarentena por COVID-19«, elaborada por la Universidad de Santiago, donde los académicos plantean consejos, tales como «ponerse en el lugar de los niños y niñas, no pretender hacer replicable o equivalente el aprendizaje en casa al aprendizaje en la escuela, tener la tranquilidad de que los contenidos que no logren ser vistos en el hogar, podrán ser vistos en los establecimientos cuando termine la pandemia, llevar a cabo pautas de estudio que promuevan el vínculo entre los adultos y los niños y niñas, realizar tareas colectivas, juegos familiares, pero sin forzar el sistema familiar más allá de pautas que antes no estaban presentes, porque eso puede generar más estrés durante la pandemia».

«En los niños en situación de aislamiento, los más pequeños, su comportamiento muchas veces deviene en conductas regresivas, más infantilizadas, con menos tolerencia a la frustración, más dependencia de los adultos, ya sea mamá o papá, y evidentemente que también surgen conflictos entre los niños por el encierro. Y allí lo recomendable es realizar juegos colaborativos, que de alguna manera le permitan a los niños ver todos los días algo nuevo, que los niños sientan que todos los días dentro del espacio de aislamiento hay cambios cotidianos«, agregó en ese sentido Barraza, explicando que «suena fácil, pero es difícil, porque hay muchos papás siguen trabajando».

La violencia

En este aspecto Barraza sostuvo que «por lo general las manifestaciones de violencia dentro del hogar son de hombres hacia mujeres, mayoritariamente. Lo que ha quedado en evidencia es que el esfuerzo por desvitalizar políticas con enfoque de derecho que ha hecho el Presidente Piñera, hoy día está pasando la cuenta, porque la institucionalidad tiene débiles capacidades de respuesta. En el caso de las políticas orientadas a la protección de género, es evidente que este gobierno ha desvitalizado el enfoque de derechos que existía, por ejemplo, en el gobierno anterior. En esta realidad y en esta coyuntura, es clave tener algunas pautas de autocuidado por parte de las mujeres que tienen que estar a la vista. Si hay manifestaciones de violencia familiar, primero tener contactos de dos o tres teléfonos por si hay que hacer una llamada urgente para buscar ayuda. Teléfono de Carabineros, tener un bolso con una muda por si hay que salir abruptamente, por si el agresor aumenta la violencia. Si es necesario salir, pedir ayuda a un tercero para conectarse con el sistema policial y el sistema jurídico. Lo que importa acá es tener una alternativa de emergencia para que esto no se convierta en una tragedia de magnitud».

Ante esta problemática, Barraza llamó a que «el gobierno impulse una medida, política, en el presente, ahora, que permita que las mujeres que son víctimas de violencia intrafamiliar estén separadas del agresor. Residencias para mujeres, eso es muy importante, y el gobierno está en condiciones económicas de implementarlo, no puede quedar al arbitrio de las capacidades de la mujer, tiene que ser una política de Estado. Uno esperaría que el gobierno, así como ha instalado hoteles para cuarentena para personas que han sido contagiadas con el COVID-19, también sería razonable que tuviese residencias para mujeres, en la cantidad que sea necesaria, que han sido violentadas especialmente en esta situación de asilamiento o cuarentena, porque el riesgo se incrementa«.

Finalmente, respecto a las angustias económicas que están surgiendo estos días, Barraza insistió en su llamado al Ejecutivo, afirmando que «lo que se requiere es un gobierno más sensible a las carencias del mundo popular y social en términos transversales».

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