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Opinión

La oposición

Por: Cristián Zúñiga | Publicado: 25.04.2020
La oposición | Foto: Agencia Uno
Hay algunos que han intentado instalar eso de “vocación de oposición” como una especie de categoría desde la cual medir a quienes son más o menos opositores. Sin embargo, y desde los matices propios de todo grupo que aspira a hacerse del poder, es oposición quien no milita en uno de los partidos políticos que administra el poder de turno ni participa en su primera línea de mandato.

¿Quien es la oposición?

Toda estructura política que se manifieste en antagonismo al gobierno de turno, ya sea partido inscrito, en formación, movimiento, mesa, asamblea, colectivo o asociatividad organizada y que aspire a disputar la administración de la vida en comunidad, es oposición.

Vale decir, quienes aspiren a administrar el poder, desde alguna dimensión ideológica o instrumental.    

Resuelto lo anterior, es que podemos decir que la actual oposición, va desde Pamela Jiles a Ricardo Lagos Escobar, o desde Jorge Sharp a Guido Girardi.

Hay algunos que han intentado instalar eso de “vocación de oposición” como una especie de categoría desde la cual medir a quienes son más o menos opositores. Sin embargo, y desde los matices propios de todo grupo que aspira a hacerse del poder, es oposición quien no milita en uno de los partidos políticos que administra el poder de turno ni participa en su primera línea de mandato.

Y entonces, ¿qué pasa con José Antonio Kast, Lavín o Codina? Puede que, para mucha audiencia de matinales, ellos aparezcan como opositores al gobierno de Piñera, pues a diario lanzan rudas criticas al manejo del Ejecutivo en diversas áreas. En su momento, aparecieron criticando el manejo post estallido social y ahora, la administración del país en medio de la pandemia.

Pero no hay que perderse, tanto Lavín, Codina y Kast, son parte de una misma operación, a la cual también se suman la alcaldesa Barriga y los ministros Sichel y Briones.

Si en medio de la etapa más cruda del estallido, Lavín seguía puntero indiscutido en las encuestas, ahora, que estamos ad portas de lo que la OMS denominó como “nueva normalidad”, donde la mayor parte de la ciudanía se ve temerosa de lo que irá a suceder con su salud y, además, con su bolsillo, los discursos de vigilancia, seguridad y economía, de seguro serán los que tengan mayor aceptación en las urnas electorales.

Vigilancia, seguridad y trabajo, seamos honestos, ¿quiénes son más hábiles para hacer uso de estos conceptos en medio de contiendas plebiscitarias?   

Para el bloque gobernante, el futuro se ve menos incierto que para el opositor, pues su baraja contiene una diversidad de cartas que le permite incluso, construir su propia oposición. Es decir, el oficialismo tiene a lo menos cinco diversas salidas de emergencia, en caso que el actual gobierno termine su mandato en medio de una pandemia que se desborde o una economía que invoque a las ollas comunes.

¿Y cuáles son las cartas que muestra la oposición?

La oposición al gobierno hoy parece un jugador cansado, inseguro y frustrado, al cual no le queda más que pegarle una y otra vez al doctor Mañalich, no entendiendo aún que parte de la estrategia oficialista es esa, usar al ministro de Salud como panzer acondicionado para recibir las diminutas flechas lanzadas por el débil contrincante.

Por supuesto que este debilitamiento opositor es tierra fértil para el surgimiento de aquella flor de cardo que suele aparecer en los otoños de las izquierdas: la división de sus fuerzas.

Es así como en los últimos días hemos visto a ilustres opositores negando su rol, pero de una manera algo curiosa, autoproclamándose como opositores no institucionales, sino que de “la calle”.

Aún en el escenario de nueva normalidad es muy difícil que se dejen de lado los plebiscitos y gran parte de los mecanismos propios de las democracias modernas. Por lo mismo es que, con una oposición carente de estrategia política y con sus pocas fichas puestas en un par de llaneros solitarios, esos que no se reconocen como oposición institucional, sino que de “la calle”, la derecha parece tener para ganar más de una partida.

Mientras las izquierdas y parte de la Nueva Mayoría ponen su fe en aquellos papers de sociología que predican sobre el cambio epocal y el derrumbe de los viejos paradigmas ideológicos, la derecha sigue apareciendo en matinales, reportes de Covid y noticieros centrales.

El mundo puede estar navegando en aguas de incertidumbre. El futuro político de Chile, en aguas muy predecibles.

Cristián Zúñiga