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Opinión

La diputada Hoffmann un asunto de estudio

Por: Pablo Varas Pérez | Publicado: 13.05.2020
La diputada Hoffmann un asunto de estudio | Foto: Agencia Uno
Se debe dejar constancia que los que más dinero se llevan del Estado son las Fuerzas Armadas. Ella tiene sus propios argumentos para defenderlos y pedir gestos humanitarios para los que cometieron delitos de Lesa Humanidad. Pero el asunto es que se trata de dineros fiscales, del aporte de todos los que compran el pan y piden su boleta. Ella es parte integrante de los que NO declaran lo que ganan, los que pagan multas que son más beneficiosas después de haber robado a su antojo.

No queremos que la gente dependa del Estado. María José Hoffmann. Diputada UDI.

Esta precaria afirmación, extremadamente alejada de una mínima compresión sobre la real situación que vive el país actualmente, deja de manifiesto el perfil de los defensores del modelo que sin el menor tapujo se visten con pobres ropajes para comprender lo que significa realmente un país.

Cuando sucedió el terremoto de Chillán donde murieron más de treinta mil personas, todo un país trabajó para superar una catástrofe hasta ese momento nunca conocida. En los años sesenta nuevamente el país sería sacudido por otro terremoto. La postal dice que Chile se levantó.

En ambas situaciones el Estado se abocó sin medir recursos para salvar vidas, asegurar la de los sobrevivientes, y levantar el país en esos sectores especialmente los más golpeados. El mundo era distinto al de hoy y Chile tenía media población analfabeta.

El fin del Estado es el bien común, algo así que podría definirse entre los que  dejan de tener hambre y son medianamente felices. Digamos que de eso se trataría a simple vista. Los tiempos lo han convertido en un hígado entre tantos perros en las puertas de una carnicería. Lo justo en este momento delicado es cuando debería estar instalado como un reloj marcando el mediodía.

Si las grandes empresas piden ayuda de todos, entonces todos querrían justamente ser dueños de sus acciones. No es atendible para el sentido común de la gente que las empresas que por años se han coludido para mantenerse tengan que pedir las monedas que todos los chilenos aportan a las arcas fiscales.

Nadie conoce el estado de la pandemia en los paraísos fiscales, posiblemente en aquellos lugares visitados por empresarios chilenos y el presidente con su familia. Secreto absoluto los nombres de los dueños de las cuentas secretas, esas que podrían hacer perder privilegios como lo dijera la esposa del presidente luego de haber escuchado un rumor sobre lo que sucedía en la Plaza de la Dignidad.

En el actual estado que se vive en país, donde los trabajos han disminuido, las empresas han cerrado, los que trabajan en la mañana para poder comer en la tarde les cae el fantasma del hambre y la miseria. Se convierten en la eterna foto del país a medio terminar y a medio construir.

Sobre la mesa está el Ingreso Familiar de Emergencia que propone ayuda escalonada HACIA ABAJO que dura solamente tres meses. Sería $ 65.000 hasta llegar a los $35.000 en el tercer mes. La diputada UDI Hoffmann no le parece pertinente que en las actuales condiciones los aportes del Estado para los pobres sean mayores, no queda duda que nunca ha estado cerca del hambre y de vivir en precarios metros cuadrados. Aleluya.

Se debe dejar constancia que los que más dinero se llevan del Estado son las Fuerzas Armadas. Ella tiene sus propios argumentos para defenderlos y pedir gestos humanitarios para los que cometieron delitos de Lesa Humanidad. Pero el asunto es que se trata de dineros fiscales, del aporte de todos los que compran el pan y piden su boleta. Ella es parte integrante de los que NO declaran lo que ganan, los que pagan multas que son más beneficiosas después de haber robado a su antojo.

El mundo actual está algo más alejado que escribir un diario de vida pensando en leerlo a los nietos. Entendible es entonces que los ciudadanos tengan una pésima valoración de los parlamentarios. El sentido común hace sostener que entre esos iguales no existen condiciones, ni capacidad para redactar siquiera la primera línea de la Nueva Constitución que Chile necesita para las nuevas generaciones.

Nada nos asombra de la UDI ni de su ejército perfumado de Chanel.

El país está en otra esquina a la de los palos gruesos. La miseria no estuvo entre los clientes de Penta, sencillamente porque las urgencias del hambre no requieren asistir a clases de ética, con ganarse el pan de cada día es algo parecido a un cuatro en matemáticas.

Chile sigue siendo un país con las manos en alto. Siguen los que mantienen sus trabajos aportando dinero mensualmente a las AFP. Las ISAPRES no han colocado letreros SE VENDE, siguen los coludidos en los medicamentos, ningún banco tampoco un letrero que SE ARRIENDA. Todo un gobierno trabajando para que sigan existiendo. Hay que evitar la crisis llegue a los bancos, de lo contrario habrá que cambiarle el nombre con urgencia a la patria.

Pamplinas….

Existen diputados/senadores que sostienen que una miseria en monedas es mejor que nada. Feliz el esclavo al que el amo da de comer. En este cuadro las diferentes oposiciones al actual pinochetismo en el gobierno, una vez más se visten con los andrajos de la poca dignidad. Son estos actuales momentos para hacer los gestos rebeldes que la inmensa mayoría y pobres así lo reclaman.

La UDI no niega que le gustaría el mismo sistema en el pago de salarios que a los obreros del salitre. Desde 1990 que junto a los indeseables designados se han opuesto a un salario mínimo digno, que ayude a salir de la pobreza. Por años junto a la concertación defendiendo lo indefendible, aumento de salario es la quiebra de las pymes y empresarios. Hoy cuando un enemigo externo poderoso ataca al país, según define Piñera, nuevamente los pobres son maltratados.

Silencio guarda la UDI cuando allá en los ochenta hubo que tirar “toda la carne a la parrilla” para salvar a los bancos, esas iglesias convertidas en algo parecido a peregrinaje a Lo Vásquez.

Precaria y extremadamente limitada las afirmaciones de la diputada UDI María José Hoffmann. Justamente los que viven del Estado son esos miles de uniformados militares cuya mantención entorpece y retrasa el desarrollo aunque pequeño del país. Ese segmento de música militar dirigido por comandantes en jefe ladrones, que a expensas del Estado intentan entrar por la ventana del 1% más rico al cual están siempre dispuestos a servir.

Patético lo que sucede justamente con esta diputada cuando abandona una reunión de una comisión de la cámara de diputados para asistir a un matinal cuando se discutía justamente los ingresos para que los pobres puedan vivir algo más a lo que le condena el modelo que la diputada defiende.

Chile actual con Piñera presidente y Mañalich como ministro, verdaderamente un desastre.

Pablo Varas Pérez