Avisos Legales
Opinión

Chile en sobregiro ecológico

Por: Pablo Santander Acevedo | Publicado: 22.05.2020
Chile en sobregiro ecológico Parque Nacional Torres del Paine | Fotografía de Agencia Uno
«La educación ambiental no debe ir enfocada solamente en los establecimientos educativos (que son la base para el cambio de paradigma a largo plazo), sino que también debemos hacer educación ambiental en las empresas, en los organismos públicos y en la sociedad civil de manera transversal».

Este lunes 18 de mayo de 2020 nuestro país cumplió un triste hito; entramos en “sobregiro ecológico” un día antes que en el año 2019, lo cual nos indica que no hemos avanzado en este ámbito. Esto quiere decir que a esta fecha agotamos la capacidad biológica de los ecosistemas para regenerar recursos de forma renovable, la provisión de agua, suelo y aire limpio que se puede reponer durante un año. Significa que viviremos en déficit ecológico durante más de cinco meses.

Pero, ¿qué alternativa tenemos? ¿Existe alguna forma de cambiar el paradigma actual?

Son muchos los ámbitos desde los cuales necesitamos actuar para evitar el sobregiro. Comencemos con el agua, elemento vital, cuyo manejo en nuestro país se rige por el Código de Aguas, entregando su aprovechamiento a través de derechos de agua. Esto ha provocado que se convierta en un bien transable y no en un derecho para uso de las personas y nuestros ecosistemas, lo que debe cambiar con un código que priorice su uso para el desarrollo de la vida por sobre intereses privados.

Otro concepto interesante para avanzar hacia un desarrollo sostenible es la «Economía circular». Un modelo innovador que derriba el paradigma actual de “producir, consumir y tirar” y pasa a un modelo basado en el “reducir, reutilizar y reciclar”. Toma como ejemplo el modelo cíclico que propone la naturaleza y se preocupa de generar el menor impacto ambiental posible en toda la cadena de valor “desde la cuna a la cuna”, reduciendo el impacto generado por los insumos utilizados en la producción como la energía y el combustible. Además, se preocupa de utilizar materiales biodegradables, como envases que puedan degradarse fácilmente y, en los casos que no es posible reducir o reutilizar, se pasa a recuperar y reciclar para cerrar el ciclo.

También debemos preocuparnos de la protección de nuestro ecosistema de forma integral: la flora, fauna, los suelos y la contaminación atmosférica. Es importante concretar la creación del servicio de biodiversidad y áreas protegidas; tener una matriz energética basada en energías renovables no convencionales, la cual este año debería llegar al 20%; y que las normativas de contaminación del aire alcancen estándares que recomienda la Organización mundial de la Salud (OMS).

Nuestro suelo está cambiando. La desertificación viene avanzando de norte a sur en nuestro país, el cambio climático es una realidad y es importante avanzar en estrategias de largo plazo, y en una ley que nos permita enfrentar sus efectos.

¿Cómo podemos impulsar este cambio de paradigma de manera sostenible?

Para generar cambios profundos, debemos aplicar medidas a corto, mediano y largo plazo gestionando de manera adecuada la implementación de políticas públicas que permitan avanzar hacia un modelo sostenible. Por supuesto que necesitamos, de manera integrada, el apoyo del Estado, las empresas y la sociedad para lograr cambios significativos.

Una de las herramientas más poderosas para hacerlo es la educación ambiental. Como dije anteriormente, este cambio de paradigma necesita el aporte de todos los grupos de interés, por lo mismo, la educación ambiental no debe ir enfocada solamente en los establecimientos educativos (que son la base para el cambio de paradigma a largo plazo), sino que también debemos hacer educación ambiental en las empresas, en los organismos públicos y en la sociedad civil de manera transversal.

Finalmente, para lograr cambios verdaderos debemos avanzar, ser creativos, innovadores y tener mirada de futuro. No sirven los cambios espontáneos sin planificación estratégica, debemos ir mas allá y ver a donde queremos llegar, en diez, treinta o cincuenta años. Tomemos conciencia. Lograr este cambio no es cosa de un día para otro, pero si avanzamos con pequeños cambios y pequeños aportes unidos, serán precursores de las grandes transformaciones del futuro. En el contexto actual es importante prepararnos y visibilizar formas de reactivación sustentables, porque de nosotros depende proteger y cuidar nuestro planeta. De esto depende nuestro presente y el futuro de las próximas generaciones.

 

Pablo Santander Acevedo