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Revelan la intensa trastienda de la elaboración de la conmovedora portada de The New York Times con las víctimas del COVID-19 en EE.UU.

Por: Carolina Ceballos | Publicado: 26.05.2020
Revelan la intensa trastienda de la elaboración de la conmovedora portada de The New York Times con las víctimas del COVID-19 en EE.UU. | REPRODUCCIÓN
Un investigador del diario se dio a la tarea de revisar «distintas fuentes en línea de obituarios y esquelas donde se señalaba la COVID-19 como causa de muerte. Compiló una lista de cerca de mil nombres provenientes de centenares de periódicos. Un equipo de editores, más tres estudiantes de periodismo, los leyeron todos y seleccionaron frases que retrataran la singularidad de cada vida perdida», cuentan desde la redacción responsable de la emblemática portada.

Una de las imágenes que más llamó la atención durante el penúltimo fin de semana de mayo, fue la conmovedora portada del prestigioso The New York Times, uno de los diarios más importantes de Estados Unidos cuya redacción se dio a la tarea de tributar a los fallecidos de la pandemia del coronavirus que sólo en el país liderado por Donald Trump bordea las 100.000 víctimas fatales.

Con un sentido mensaje introductorio que alude a los decesos que ha dejado en el país liderado por Donald Trump el COVID-19, no son sólo un número, desde el interior del periódico pormenorizaron la génesis de la reveladora presentación del diario en su edición del domingo 24.

La génesis de esta portada, que originalmente publicó el diario brasileño O Globo la segunda semana del mes en curso, fue una iniciativa asumida por Simone Landon, editora asistente del departamento de diseño, quien quiso representar el número de pérdidas humanas de una forma que expresara tanto la cantidad como la variedad de este gran y aterrador número de casos.

En efecto, las secciones del Times han cubierto cada detalle de la pandemia durante todos los meses que esta ha durado, por lo que en esta oportunidad Landon y sus colegas entendieron que “tanto entre nosotros, como seguramente en el público en general, existe algo de fatiga frente a los datos”.

En este sentido, poner 100.000 puntos o figuras de palitos en una página “no dice mucho acerca de quiénes eran esas personas, de las vidas que vivieron, de lo que todo esto significa para nosotros como país”, aseguró Landon al medio en el que trabaja, por lo que tomaron la decisión de «compilar obituarios y esquelas de víctimas de la COVID-19 publicadas en periódicos grandes y pequeños de Estados Unidos y seleccionar fragmentos de ellos», cita el artículo.

Fue entonces cuando la posta de este desafiante trabajo la asumió Alain Delaquérière, un investigador del diario que «revisó distintas fuentes en línea de obituarios y esquelas donde se señalaba la COVID-19 como causa de muerte. Compiló una lista de cerca de mil nombres provenientes de centenares de periódicos. Un equipo de editores de distintas secciones de la redacción, más tres estudiantes de periodismo, los leyeron todos y seleccionaron frases que retrataran la singularidad de cada vida perdida», agrega el artículo.

“Alan Lund, 81, Washington, director de orquesta con ‘el oído más increíble’…”

“Theresa Elloie, 63, Nueva Orleans, reconocida por su negocio de ramilletes y broches detallados…”

“Florencio Almazo Morán, 65, Ciudad de Nueva York, ejército de un solo hombre…”

“Coby Adolph, 44, Chicago, emprendedor y aventurero…”

La nómina precedente es parte de los hallazgos de la redacción del periódico en un desafiante ejercicio comunicacional en el que «Landon comparó el resultado con un ‘rico tapiz’ que no podría haber tejido sola». De hecho, Clinton Cargill, editor asistente en la sección National, ejerció como “copiloto de edición” de Landon», pormenorizan.

Otros actores relevantes en este proyecto editorial fueron Matt Ruby, editor adjunto de diseño digital de noticias; Annie Daniel, ingeniera de software; y los editores gráficos Jonathan Huang, Richard Harris y Lazaro Gamio. Andrew Sondern, director de arte, fue quien estuvo detrás del diseño de impresión.

Marc Lacey, editor de National, ya le había advertido a Tom Bodkin, el director creativo jefe, que el hito se encontraba en plena génesis. “Quería algo que la gente volteara a ver en cien años para comprender el número de pérdidas que estamos experimentando”, testimonió Lacey.

Dos iniciativas sobresalieron para la portada: una cuadrícula con cientos de imágenes de quienes fallecieron a causa del coronavirus en Estados Unidos, o un concepto “todo tipográfico”, ilustró Bodkin. Sin importar cuál enfoque se eligiera, lo que estaba clara era la intención final. “Queríamos invadir la página entera”, agrega.

Entonces, el concepto de la comentada portada fuera tipográfica íntegramente, se instaló. Abordarlo de esta manera, cuentan, “sería enormemente dramático”, contó luego Bodkin.

El diseño traslada al de los periódicos centenarios, los que este profesional mira con particular interés. De hecho, después de que este periódico empezó a publicarse en 1851, durante muchos años no hubo titulares con sentido moderno.

“Era como texto corrido con pequeños subtítulos”, comentó el profesional al momento de describir cómo eran los diarios de mitad del siglo XIX, asegurando que no tenía memoria de ninguna portada sin imágenes en sus cuarenta años en el Times. “Aunque ha habido algunas páginas que sólo llevan gráficos”, aclaró.

“Esta es, sin duda, la primera de los tiempos modernos”, comentó.

Respecto de las páginas interiores de esta edición del diario, la lista de fallecidos continúa matizada con un ensayo de Dan Barry, reportero y columnista del Times. «Pero sobre todo hay nombres. Más nombres y más vidas que se perdieron», dicen desde la redacción de la emblemática portada de un diario insigne de Estados Unidos en tiempos de pandemia.

 

 

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