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Familia denuncia grave error tras deceso por COVID-19 en Hospital Barros Luco: «Se les había perdido el cadáver»

Por: Carolina Ceballos | Publicado: 25.06.2020
Familia denuncia grave error tras deceso por COVID-19 en Hospital Barros Luco: «Se les había perdido el cadáver» El funeral de la señora Berta Campos | Agencia Uno
«Inmediatamente después de ocurrido el lamentable fallecimiento, los equipos intentaron comunicarse con los familiares en reiteradas oportunidades», señalan desde el recinto, dejando entrever que la comunicación con la familia no fue todo lo fluida como lo ameritaba la grave contingencia suscitada en sus dependencias. «Sin embargo, esto no se efectuó, hecho que se reiteró durante los dos días posteriores por razones que serán investigadas al interior del Servicio Médico Quirúrgico”, transparentan, mientras la familia de la fallecida evalúa acciones legales.

La familia de Berta Campos Carrera, de 67 años, enterró el cuerpo de su querida madre, abuela y suegra la tarde del lunes 22 de junio en el Cementerio Parque Nueva Jerusalén. A la tristeza de su partida, se adicionó la rabia e impotencia de no haberla encontrado durante casi 72 horas al interior del Hospital Barros Luco Trudeau, donde permanecía internada.

Su hijo, Víctor Vidal Campos, denuncia que sin explicación alguna dejó de recibir detalles de su estado de salud la mañana del miércoles 17 de junio y que, durante dos días, no volvió a saber de ella.

“Parece que le dieron de alta”, fue lo único que le comentaron unos conocidos que trabajan en el Servicio de Salud Metropolitano Sur, la oficina administrativa del Minsal a cargo del mega recinto que absorbe gran parte de la demanda hospitalaria de la zona sur de la capital.

El certificado de defunción y sepultación de Berta Teresa Campos Carrera señala que la paciente murió el miércoles 17 de junio a las 23.51 horas a causa de una “insuficiencia respiratoria aguda, neumonía originada por COVID-19”.

La versión familiar sobre las circunstancias del deceso de la señora Berta

“Ella se sintió algo resfriada el martes 2 de junio, y la llevamos al “Centro Medico Ochagavía”, ilustra Vidal a Agencia Uno, aludiendo al recinto correspondiente a la comuna de Pedro Aguirre Cerda donde vivía. «Nos dijeron que la lleváramos al SAPU, que es el Amador Neghme, en la Avenida Club Hípico, donde no alcanzó a estar dos horas y la mandaron al Hospital Barros Luco”, agrega el deudo.

«No sé si se contagió de COVID-19 en el SAPU o en los dos días que estuvo en la urgencia del Barros Luco”, asegura su hijo. “ Ella no aguantaba la saturación”, dice en medio de su relato y pormenoriza que, ese mismo día aproximadamente a las 19.30 horas la llamaron para decirle que quedaría hospitalizada. «De ahí, el viernes 5 de junio pasó a la cama 32 de la sección del Trudeau”, comenta luego Víctor.

“Mi mamá estuvo hospitalizada entre el 5 y el 17, estable dentro de su gravedad, consciente. Y ese día, el miércoles 17, un médico me llamó y hasta le mandé una videollamada a ella, porque estaba igual, pero no descompensada. Después, ni el jueves 18 ni el viernes 19 me llamaron», pormenoriza respecto de las circunstancias que rodearon el deceso de su madre.

En su relato, dice que un primo que trabaja en salud le respondió que su mamá, supuestamente, estaba de alta. «Yo por eso concurrí desde Renca al Hospital Barros Luco el sábado 20 y el médico no se explicaba cómo mi mamá no estaba”, señala.

Vidal admite que se enfrentó a angustiantes horas en las que desconocía completamente el paradero de la mujer de 67 años.

“Porque trabajo en el rubro funerario, unos colegas me recomendaron ir a Anatomía Patológica», cuenta.  “Mi mamá estaba ahí”, confirma, al tiempo que insiste en que, junto a su familia, llegaron a esa sección más por la experiencia adquirida que por la correcta información entregada en el recinto hospitalario de la zona sur.

“El médico nunca encontró a mi mamá en la sala. Yo subí a (preguntarle) dónde estaba, aunque ya sabía que estaba en la morgue, pero quería que me reconocieran que a ellos se les había perdido el cadáver”, denuncia el hijo de la señora Berta.

E insiste. “No le quise decir que yo sabía, y le planteé que me había venido de Renca sin desayuno, ni menos almuerzo, y que debía volver a mi casa, (ante) lo que el médico se comprometió a llamarme en la tarde del sábado para decirme qué había ocurrido”, narra Víctor en medio de su relato a Agencia Uno.

Ese llamado, Vidal lo estima a eso de las 18.00 horas del sábado, cuando le comentó al profesional de la salud que por la hora y el viaje, era imposible ir al hospital nuevamente, por lo que este le notificó por teléfono que su madre había fallecido la noche del miércoles 17 de junio, y que por dos días “habían llamado a un número de contacto que aparecía en la ficha clínica que siempre sonaba apagado y con la notificación de la compañía proveedora”.

La familia Vidal Campos no logra comprender la envergadura del error que ellos sienten se cometió con su pariente. Víctor, por su parte, analiza iniciar acciones legales en contra de la dirección del recinto asistencial, a lo que se suma su voluntad de denunciar el caso. “No queremos que le ocurra lo mismo a otras familias”, admite.

Las explicaciones que entregaron desde el hospital

El martes 23 de junio, la página web del Hospital subió una entrevista al jefe del Centro de la Unidad de Anatomía Patológica, donde destacan que “la demanda ha aumentado importantemente», pero que la unidad «no está colapsada”. Las declaraciones corresponden a Hernán Urbano, tecnólogo médico que actualmente se encuentra a cargo de todos los espacios habilitados para dejar a los pacientes que fallecen producto del COVID-19.

“Sumado a los recintos propios que siempre hemos tenido, hemos acondicionado nuevos dispositivos para este fin, alcanzando un máximo de almacenamiento de cien cupos”, dice el profesional de la salud a través de esta plataforma.

Según los datos oficiales del hospital, durante el último mes y en el contexto sanitario, en promedio, 16 personas han perdido la vida diariamente.

“La lamentable cantidad de personas fallecidas que tenemos en nuestros lugares habilitados durante el día es altamente fluctuante, mientras que el promedio de entregas es de 16 fallecidos diarios”, dice Urbano.

“Se han presentado peaks por diversas causas, llegando incluso a las 24 entregas”, agrega luego.

En relación a los hechos denunciados por los deudos de Berta Campos, desde el Hospital Barros Luco entregaron su versión de lo sucedido, asegurando que “hasta el 17 de junio, hay registro de que se le entregó a los familiares la información diaria respecto del estado crítico de salud de la paciente».

«No obstante, tal como como quedó consignado en la ficha clínica e inmediatamente después de ocurrido el lamentable fallecimiento, los equipos intentaron comunicarse con los familiares en reiteradas oportunidades», señalan a renglón seguido, al tiempo que dejan entrever que la comunicación con la familia de la fallecida no fue todo lo fluida como lo ameritaba la grave contingencia suscitada al interior del recinto asistencial.

«Sin embargo, esto no se efectuó, hecho que se reiteró durante los dos días posteriores por razones que serán investigadas al interior del Servicio Médico Quirúrgico”, transparentaron.

Adicionalmente, desde el centro asistencial adujeron que la crisis sanitaria los mantiene operando de manera distinta a lo habitual.

“En el marco de la pandemia y considerando que la visitas están suspendidas, se instruyó a los (funcionarios de los) servicios que son estos los que deben informar a los tutores el estado de salud de los pacientes, lo cual se ha llevado a cabo óptimamente. Sin embargo, debido a la alta presión asistencial a la que se han visto sometidos los equipos, a que en oportunidades se administran dos o más teléfonos de contacto de los familiares y a que en algunas ocasiones llama más de un familiar por paciente, la comunicación puede verse afectada y en ese contexto, se trabaja permanentemente en el reforzamiento de este proceso”, concluyeron.

 

 

 

 

 

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