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Colombia: Abren clínica de marihuana medicinal para curar el cuerpo y la mente durante época de pandemia

Por: Carolina Ceballos | Publicado: 12.08.2020
Colombia: Abren clínica de marihuana medicinal para curar el cuerpo y la mente durante época de pandemia Imagen referencial |
“Utilizamos principalmente aceites de cannabis que pueden ser de tres tipos, un aceite rico en cannabidiol o CBD; un producto que llamamos balanceado, que es CBD y THC, y un producto rico en THC para ciertos casos”, ilustró el responsable del centro asistencial, quien enfatizó además que uno de los grandes desafíos que han debido afrontar «tiene que ver con romper estigmas culturales, con la formación de los propios médicos, las distorsiones que tiene el propio médico muchas veces o la comunidad respecto al uso médico del cannabis”.

Nelly Rodríguez asegura que por fin encontró solución al severo dolor lumbar que sufría inesperadamente, en medio de la pandemia que empezaba a complicar su aflicción por el confinamiento obligado, con algo que nunca habría imaginado: marihuana.

La salvación para esta socióloga pensionada de 70 años se la otorgó el primer centro asistencial de cannabis medicinal, la Clínica Zerenia, que abrió sus puertas en el norte de Bogotá a fines de marzo, fecha desde la que ha atendido a cerca de 1.000 pacientes con enfermedades físicas y mentales, informa Agencia Reuters.

“El tema era terrible, sentía que no daban conmigo, pero decía ‘en algún momento tengo que encontrar la solución’, no me puedo quedar así toda la vida”, relata Rodríguez, quien consume un frasco de 30 mililitros de aceite de cannabis que tiene un costo de unos 48 dólares y le alcanza para un mes.

“Es lo único que he encontrado que me ha servido mucho para el dolor, me ha bajado muchísimo”, declaró.

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Si bien la ley reglamenta su tenencia, producción, distribución, comercialización y exportación de semillas, plantas y sustancias derivadas de la marihuana, que es el caso de aceites, pastillas, cremas y extractos con fines medicinales, existen variables como el estigma y la compleja normatividad que han impactado negativamente a esta industria en uno de los países consolidado como uno de los mayores abastecedores mundiales de drogas ilícitas.

“Nos preguntan mucho si eso se fuma o si se unta”, comentó adicionalmente a Reuters Juan Manuel Orjuela, gerente de salud mental de Khiron, la empresa propietaria de esta clínica.

“Utilizamos principalmente aceites de cannabis que pueden ser de tres tipos, un aceite rico en cannabidiol o CBD; un producto que llamamos balanceado, que es CBD y THC, y un producto rico en THC para ciertos casos”, ilustra.

La Clínica Zerenia tuvo que cumplir 28 requisitos entre los que se encontraban, además de la autorización de las autoridades de salud, la trazabilidad desde el inicio de los cultivos hasta la fabricación de los productos para poder operar.

“No es nada fácil, porque es algo innovador, tiene que ver con romper estigmas culturales, con la formación de los propios médicos, las distorsiones que tiene el propio médico muchas veces o la comunidad respecto al uso médico del cannabis”, detalla Orjuela.

“Se requiere de una validación legal, pero también una validación cultural”, agrega.

En este recinto, actualmente se abordan enfermedades de origen neurológico como la epilepsia -en adultos como en niños-, el mal de Parkinson, esclerosis múltiple y cefalea o dolor de cabeza; dolores crónicos por afecciones musculares, así como trastornos mentales como ansiedad, depresión, insomnio, estrés postraumático, además de demencias como Alzheimer.

Orjuela aclara, en todo caso, que el tratamiento con cannabis no sana las enfermedades, sino que constituye un complementario y coadyuvante que reduce los dolores y los síntomas con una tasa de efectividad que oscila entre 60% y 70%.

El especialista, detalla que muchos de los síntomas se han incrementado por las medidas de cuarentena derivadas de la pandemia.

“En salud mental hemos tenido muy buena aplicación, porque las tasas de ansiedad y depresión se han incrementado muchísimo (…) tenemos un confinamiento crónico, ya llevamos varios meses en casa y los humanos estamos empezando a tener experiencias de cautiverio”, ilustró.

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