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Opinión

Por una reactivación económica en clave feminista

Por: Alondra Arellano y Francisca Ochoa | Publicado: 23.08.2020
Por una reactivación económica en clave feminista |
Sólo durante estos últimos cinco meses la participación laboral femenina bajó a un 47%. Es decir, retrocedimos diez años en esta materia. Situación que se hace aún más compleja si pensamos en todas las tareas de cuidados que hemos tenido que asumir durante el confinamiento. Por tanto, es indispensable pensar la reactivación económica en clave feminista.

La autonomía económica de las mujeres es un pilar fundamental para enfrentar y prevenir la violencia de género, pero lamentablemente la participación laboral femenina ha alcanzado cifras (negativas) alarmantes. Según la última CASEN, el 75% de las personas mayores de 15 años que no tienen ingresos autónomos son mujeres, situación que se ha agravado con la llegada de la pandemia al país.

La emergencia sanitaria ha dejado en evidencia la situación de vulnerabilidad en la que nos encontramos: sólo durante estos últimos cinco meses la participación laboral femenina bajó a un 47%. Es decir, retrocedimos diez años en esta materia. Situación que se hace aún más compleja si pensamos en todas las tareas de cuidados que hemos tenido que asumir durante el confinamiento. Por tanto, es indispensable pensar la reactivación económica en clave feminista.

Si consideramos la actual propuesta de reactivación, que contempla un amplio gasto en inversión pública, se hace urgente aprovechar este momento para construir un Sistema Nacional de Cuidados, levantando una infraestructura material y social que permita mejorar la participación laboral de las mujeres, el bienestar de la población, la redistribución de los recursos, el crecimiento de las economías y el aumento de los niveles de recaudación.

Este contexto nos da la oportunidad de avanzar con rapidez en el aumento de la cobertura estatal de las matrículas de salas cunas y jardines infantiles, mejorando considerablemente los trayectos entre el hogar, el trabajo y los establecimientos de educación parvularia. Además, este sistema debe ampliar los aspectos relacionados a la atención de las niñas, niños y adolescentes (NNA), entregando soluciones para el cuidado de personas mayores y personas en situación de discapacidad.

Debemos entender esta crisis como una oportunidad que nos permita reparar la deuda del Estado con las mujeres y para eso es fundamental avanzar en la corresponsabilidad. Cuestiones tan simples, como igualar el postnatal entre hombres y mujeres, ayudan a que nuestra sociedad busque responsabilizar tanto a los padres como a las madres de la crianza de los hijos, contribuyendo al mismo tiempo en la disminución de la brecha de contratación, pues ya no sería más caro contratar a las mujeres.

Por todos estos motivos es que la reactivación económica debe ser pensada desde el feminismo, fundamentalmente para que no continuemos siendo perjudicadas por las desigualdades de género que ya se han agudizado con esta crisis y que, como ya hemos dicho, están directamente relacionadas con el incremento de la violencia hacia la mujer.

Esto implica necesariamente hacernos cargo de la desigualdad laboral y la carga del trabajo doméstico y de cuidados que nos relega día a día.

Como mujeres, tenemos la posibilidad de transformar el futuro de nuestras vidas y salir favorecidas de una crisis que sin duda nos perjudicó profundamente y evidenció la profunda deuda que el Estado tiene con las mujeres en material laboral.

Alondra Arellano y Francisca Ochoa