Cañete: En emotivo funeral, familiares y amigos despidieron a joven baleado tras atentado incendiario

Cañete vivió este miércoles el funeral de Moisés Orellana, joven de 21 años baleado la madrugada del martes por un grupo de desconocidos. Los atacantes serían los mismos que, previamente, efectuaron un ataque incendiario a tres cabañas en esta zona.

El cortejo fúnebre comenzó en la localidad de Lloncao, desde donde se dirigieron hasta el cementerio de la comuna. En este lugar, familiares y amigos lo despidieron.

[Te puede interesar]: Cañete: Joven de 21 años muere baleado en medio de ataque incendiario

En medio de la ceremonia, la madre hizo un llamado exigiendo justicia. «Era un buen hijo, muy cariñoso, atento, siempre pendiente de nosotros. Quiero que paguen, quiero justicia, esto no puede quedar así«, señaló María Pavez a Meganoticias.

El joven fue asesinado cuando se encontraba al interior de un vehículo con un grupo de amigos, momento en el que fueron interceptados por dos autos. Tras un altercado, Moisés recibió un impacto en la cabeza que le ocasionó la muerte.

Actualmente, la PDI investiga las causas para determinar quiénes son los responsabilidades del crimen.

Habla un amigo de Moisés

Un testimonio bajo anonimato entregó un hombre que se encontraba junto a otros amigos acompañando a la víctima en el momento en que fueron abordados por los desconocidos, consignó la señal privada.

«Aparecieron, se bajaron y nos encañonaron para que nos fuéramos. Levantamos las manos y echamos a andar el auto», relató.

«Cuando sentimos el disparo vimos que el chofer lo recibió en la cabeza. Tuvimos que hacernos los muertos para que no nos hicieran nada«, dijo luego.

El hombre ilustró que, «en total se bajaron ocho o nueve personas. Andaban todos encapuchados, con chaleco antibalas, con suerte se le veían los ojos».

Posteriormente, uno de los desconocidos disparó a corta distancia, a menos de un metro. El proyectil impactó en la cabeza de Moisés, quien ocupaba el asiento del piloto.

«Todos andaban armados con escopetas largas, parecían unos verdaderos militares. Lo único que nos dijeron fue que nos fuéramos, nosotros nos íbamos y sentimos el disparo. Después de eso, entre ellos peleaban y se decían ‘lo mataste, lo mataste’«, concluyó en su relato.