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Opinión

Medioambiente y Constitución

Por: Paola Méndez | Publicado: 18.09.2020
Medioambiente y Constitución Contaminación en Santiago |
Porque el Chile de mañana ya no puede seguir basándose en puro extractivismo, porque ya no podemos vivir sólo explotando los recursos naturales y porque nuestra flora y fauna es parte de un mundo equilibrado que es necesario proteger, es que necesitamos entender y exigir que la nueva Constitución incluya la protección y la conservación de la naturaleza como un imperativo.

Hemos fragilizado múltiples ecosistemas. En todas las regiones de Chile se evidencian conflictos ambientales agudos que el Estado ha sido incapaz de resolver, volviendo más vulnerables a los vulnerables.

Hemos depredado de manera irracional los recursos naturales en búsqueda de beneficio económico, justificándolo como el método de mejorar la calidad de vida de los chilenos y chilenas. Sin embargo, no hay calidad de vida ni desarrollo económico en un medioambiente contaminado, degradado y desprotegido.

El Chile de mañana se construye hoy. Porque el Chile de mañana ya no puede seguir basándose en puro extractivismo, porque ya no podemos vivir sólo explotando los recursos naturales y porque nuestra flora y fauna es parte de un mundo equilibrado que es necesario proteger, es que necesitamos entender y exigir que la nueva Constitución incluya la protección y la conservación de la naturaleza como un imperativo.

Si bien en Chile la discusión para algunos parece ser novedosa, esta propuesta no es nueva: protección, conservación, reparación, compensación, son términos que han sido plasmados en múltiples constituciones alrededor del mundo. Es hora de que Chile se ponga al día con una realidad evidente. La generación de riqueza no puede seguir haciéndose a costa de intervenir y dañar ecosistemas: talar bosque nativo, secar ríos, contaminar océanos sin consecuencias no puede seguir siendo la norma.

Llegó el momento de promover un desarrollo sustentable, un modelo donde lo social y lo ambiental sean de manera sincera y sistemática parte de la ecuación en la toma de decisiones. Una nueva Constitución que recoja esto será un primer paso, y tendrán que seguir las transformaciones de gobernanza ambiental que permitan asegurar el cumplimiento de estos estándares mínimos.

Debemos asumir la responsabilidad de nuestros actos, pues somos nosotros quienes con nuestras actividades productivas afectamos de manera directa el medioambiente. Pero cada uno de nosotros es también un consumidor, y en nuestras decisiones cotidianas tenemos que reconocer también nuestra responsabilidad. Porque las generaciones futuras tienen igualmente derecho a un medioambiente sano, debemos asegurar que ellos puedan acceder a lo que nosotros hoy estamos destruyendo.

No podemos seguir actuando como sin responsabilizarnos de las consecuencias de lo que hacemos o como si pudiéramos resolver todos los problemas que causaremos a futuro. No generemos problemas que no sabemos resolver y actuemos sobre los que ya sabemos que vendrán.

No podemos sacrificar algunos territorios para el beneficio de otros. No podemos dejar que algunos de nosotros sean contaminados de manera sistemática. El Estado, sin justificación alguna, debe actuar sin asegurar un ambiente sano para todos los seres vivos y con estándares realmente aceptables.

¡Todo esto es urgente! El cambio climático ya es evidente y corremos el riesgo de cruzar el límite de lo irreversible. El cambio climático entonces golpeará aún más fuerte a los que tienen poco, a los más vulnerables, a aquellos que hoy viven en ambientes contaminados, sin acceso al agua, a aquellos que viven en hacinamiento con viviendas precarias. El aumento de temperaturas tendrá efectos reales en nuestra vida cotidiana, en nuestra agricultura, en los océanos, en todo aquello que hasta ahora siempre hemos creído garantizado. Esto tendrá un costo para Chile: el costo de adaptarnos, de adaptar nuestra infraestructura, y de hacerla más resistente a eventos catastróficos que se irán haciendo cada vez más frecuentes.

No podemos seguir ignorando la evidencia.

Chile necesita una nueva Constitución que refleje el Chile que queremos a partir de hoy. Esta nueva Constitución debe darle un espacio central a la protección y a la conservación del medioambiente, por el bien de todos y todas. Por los que ya estamos aquí, pero también por los que vendrán.

Paola Méndez