Análisis | El boom inmobiliario y su devastador impacto en los ecosistemas y barrios de Chile

Por: Ximena Vásquez, Periodista / Laboratorio de Cambio Social | Publicado: 11.10.2020
Análisis | El boom inmobiliario y su devastador impacto en los ecosistemas y barrios de Chile Edificio Cerro Mariposas de Valparaíso / Agencia Uno
La expansión de edificaciones en áreas previamente silvestres o agrícolas elimina zonas destinadas a los cultivos, bordes costeros y terrenos precordilleranos. Generar una sobrepoblación en barrios consolidados, con pocas áreas verdes y espacios públicos, vitales para la salud y el desarrollo humano, sube la congestión y polución, bloquean el sol y la vista, cambian los corrientes de aire, y en tiempos como los actuales, nos dejan sintiendo aún más encerrados, por falta de espacios naturales.

El crecimiento de barrios privados y escasísimos incentivos para un desarrollo urbano más armónico con el medio ambiente nos han llevado a un país donde diversas inmobiliarias en diferentes zonas de Chile optan por construir sus proyectos en lugares que dañan los ecosistemas, los barrios residenciales consolidados, el patrimonio y la calidad de vida de miles de personas.

Falta planificar barrios y ciudades, no (solo) proyectos, con visiones consensuadas, claras y consecuentes con los desafíos de hoy.

La expansión de edificaciones en áreas previamente silvestres o agrícolas elimina zonas destinadas a los cultivos, bordes costeros y terrenos precordilleranos. Generar una sobrepoblación en barrios consolidados, con pocas áreas verdes y espacios públicos, vitales para la salud y el desarrollo humano. Sube la congestión y polución, bloquean el sol y la vista, cambian los corrientes de aire, y en tiempos como los actuales, nos dejan sintiendo aún más encerrados, por falta de espacios naturales.

Una de las metas que se plantea Chile en torno al Objetivo n° 11 es reducir el impacto ambiental negativo per cápita de las ciudades, incluso prestando especial atención a la calidad del aire y la gestión de los desechos y de otro tipo.

Protección de zonas Precordilleranas y humedales

El pasado miércoles 30 de septiembre, la Contraloría rectificó la protección para cerros de Colina y Lo Barnechea que estaban siendo intervenidos por inmobiliarias para construir viviendas en un área considerada de Preservación Ecológica, debido a su alto nivel de biodiversidad.

La Contraloría afirma que “las Áreas de Preservación Ecológicas definidas en instrumentos de planificación territorial deben ser consideradas como áreas colocadas bajo protección oficial”. Esto marca un precedente para los cuatro proyectos inmobiliarios que pretenden instalarse en los cordones de Colina y Lo Barnechea (camino Pie Andino) y también para los que en un futuro quieran ubicarse en cualquier terreno protegido del país. Este fallo no habría sido posible si los vecinos de dicho sector no se hubiesen organizado con autoridades locales y llevado adelante solicitudes para impedir la edificación, desde enero 2020, donde expusieron los trabajos que se estaban realizando en estos predios y demostraron el daño que produciría la construcción en esa zona.

Otras zonas que albergan mucha biodiversidad que se han visto amenazados por las inmobiliarias y construcciones son los humedales. En Chile los humedales tienen una superficie de 1.460.400 hectáreas, equivalente a 20 veces Santiago, totalizando cerca de 18 mil humedales que tiene el país.

Pero solo un 2% de estos humedales cuentan con alguna protección contra los intereses económicos de las inmobiliarias. El riesgo es alto para estos lugares, riquísimos en vegetación, biodiversidad, refugios de aves, reservas de agua dulces y especies diversas, esenciales para un buen equilibrio medioambiental.

Efectivamente, el emplazamiento de las inmobiliarias próximas a los bordes costeros daña y a veces elimina humedales y con ellos la resiliencia frente a marejadas y maremotos. Se urbanizan, además, los que otrora fueron humedales costeros, pasando a ser urbanos debido a la fragmentación y la construcción de edificios y caminos.

Si bien existe una Ley de Borde Costero, ésta solo comprende una franja de 150 o 200 metros. Por lo mismo, el área de un humedal costero no queda protegido, ya que estos pueden extenderse varios kilómetros al interior de la costa, y la ley no contempla esto.

Dando un vistazo en redes sociales, podemos encontrar diversas agrupaciones de vecinos y ambientalistas que luchan por proteger zonas con estas características. Otras, frente a delicadas ecologías ya destruidas exponen estos daños, como advertencia para evitar que se sigan cometiendo los mismos errores, una y otra vez. La agrupación “Protege los Molles”, por ejemplo, fue testigo de cómo se construyó un complejo habitacional sobre uno de los humedales más importantes de la zona, y hace unos meses constataron como se inundó toda la zona. De hecho, en la playa se debió operar con maquinaria pesada para poder evacuar el agua.

Ahora hace un par de semanas se firmó el cambio al Plan Intercomunal Satélite Borde Costero, el que no tenía una modificación desde el año 1996. Este protegerá la Reserva Puqué como área verde intercomunal entre otras áreas con una diversidad de flora y fauna.

Barrios consolidados dañados por inmobiliarias

En el Barrio Bellavista, el patrimonio ciudadano se ha expresado en campañas de firmas para preservar el conjunto habitacional León XIII y el Pasaje Constitución, logrando que se declaran zonas típicas según la Ley de Monumentos Nacionales, pero una campaña de hace una década, para preservar el Barrio como un todo, quedó relegado al polvo de una repisa del Consejo de Monumentos Nacionales.

Con el Patio Bellavista las organizaciones lograron colaborar, para abrir la manzana y seguir con las actividades de artesanía y gastronomía del Barrio. Una lucha actual, más dura y difícil, han sido las torres “desarmónicas” de Nueva Dardignac, en la manzana del ex-Liceo Alemán, que se construyeron en un momento cuando la Municipalidad de Recoleta vio una serie de irregularidades en su Dirección de Obras, las que derivaron en el procesamiento y convicción del encargado.

Ha sido una lucha de 8 años con bastantes controversias, donde han existido pronunciamientos de cuatro fallos relacionados al proyecto por la Corte Suprema, poco claros para los vecinos y la inmobiliaria. En junio de este año, el máximo tribunal ratificó la pérdida de vigencia del permiso de edificación del proyecto, desatando una nueva controversia. La Municipalidad de Recoleta argumenta que al no tener permiso y no tener recepción final, no puede ser reconocido por la municipalidad. La empresa afirma que la Municipalidad de Recoleta deberá entregar la recepción definitiva del edificio ya construido, que corresponde a la etapa 2, y que sólo se reconoció la caducidad del permiso de la etapa 3, cuya construcción está detenida, y no así las torres 1, ya recepcionada y entregada, y la 2, vacía desde hace años.

En estos días los argumentos y las batallas legales suman y siguen.


Un conflicto común es que las inmobiliarias construyen edificios de gran altura con más de 800 departamentos en áreas donde antes existían 3 a 4 casas, partiendo en Ñuñoa hace 20 años. Esto ha provocado muchos conflictos entre vecinos y el barrio en general al tener que lidiar con un gran flujo vehicular, autos estacionados en todo horario en las calles, ya que en muchos casos no se cuenta con un gran estacionamiento al interior de estos complejos habitacionales y no cuentan con áreas verdes aptas para el esparcimiento de los nuevos vecinos. Barrios que antes contaban con pequeñas plazas aptas para los habitantes de esa zona, ahora se ven sobreexplotadas lo que produce, desechos y deterioro del entorno de una manera descontrolada.

Vecinos defensores de todo un tejido de vida amenazado

Los daños de una forma de hacer ciudad sin consulta y sin consensos también le cuesta caro al comercio local, particularmente las artes y oficios que antes abundaban en todo barrio: las ferreterías, carnicerías, almacenes, y farmacias. Es el caso del Mall que se está construyendo en la comuna de Ñuñoa, en los terrenos donde antes existía un diario, o la Galería Alessandri en Concepción, donde se proyecta construir un edificio de 23 pisos, con locales de comida, bodegas, oficinas y departamentos para uso habitacional.

Este último caso ha producido una gran controversia entre vecinos y concejales de Concepción, quienes esperan un pronunciamiento por parte de las autoridades sobre la modificación del Plan Regulador de la comuna para que en estas zonas no se construya edificaciones con una altura superior a cinco pisos. Además, algunas agrupaciones advierten que el proyecto que se ha mostrado a la comunidad es diferente en cuanto altura del que se presentó en la dirección de obras del municipio.

Son pocas las victorias de vecinos y de la sustentabilidad, siendo emblemático la logrado por vecinos de Pudahuel. Efectivamente, vecinos organizados en Pudahuel Despierta Movimiento Ciudadano Medio Ambiental, han luchado por tener más áreas verdes próximas a sus casas, en una de las comunas con menos áreas verdes, logrando evidenciar la ilegalidad de un proyecto a través del dictamen de Contraloría del 2016, donde ya se había frenado las pretensiones inmobiliarias sobre el futuro Parque El Tranque (16 Hectáreas). Así se lograron oficios a favor de los vecinos, y denuncias como respuesta de la Seremi RM de Vivienda y Urbanismo.

Alejandro Cantillana, Arquitecto y líder de Pudahuel Despierta, señala “obligamos al municipio declarar vencidos, invalidar permisos ilegales y paralizamos las obras a través de argumentos técnicos denunciando el vencimiento de plazos de permisos de edificación ilegales y dejando en evidencia la ilegalidad de todos los permisos de edificación entregados en el sector. Ahora se está en la etapa Judicial con fallos a favor del Tribunal Constitucional, la Corte de Apelaciones y ahora recientemente de la Corte Suprema. Una lucha ciudadana que ha demostrado los diversos errores administrativos a nivel local y central que pudo haber frenado todo esto antes”.

Lo que está claro es que las ciudades y sus posibilidades de volverse más sustentables y justas siguen en un veremos que muchas comunidades ya no aguantan. Los proyectos se encarecen y socavan la resiliencia en tiempos de crisis como los actuales. Detrás de estas condiciones funciona una institucionalidad que no permite a la ciudadanía a participar significativamente en la gobernanza de su ciudad. Punto 16, Paz, Justicia e Instituciones Sólidas de los Objetivos de Desarrollo sustentable, poco comentado, pero central. Para el planeta y para el desarrollo en nuestro país.

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