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Explorar el placer y autoconocimiento: La innovadora propuesta para educar sobre el clítoris en las escuelas

Por: Natalia Figueroa | Publicado: 11.10.2020
Explorar el placer y autoconocimiento: La innovadora propuesta para educar sobre el clítoris en las escuelas Clitoris para uso educativo |
Una reciente iniciativa de Aprofa puso a disposición de docentes y profesionales de la salud material pedagógico asociado a la enseñanza del clítoris para ampliar la concepción de sexualidad en los espacios educativos. Esto último, explican, marcado por una línea reproductiva y biologicista, dejando de lado el autoconocimiento y el autoplacer con enfoque de género. Un tema que va de la mano con la actual discusión del proyecto de Educación Sexual Integral que tiene como uno de sus principios fundamentales promover una sexualidad libre, informada y responsable.

“Es probable que muchas personas no sepan qué es el clítoris, ni dónde está ubicado, ni que función cumple en nuestro cuerpo”, es lo primero que advierte la Asociación Chilena de Protección de la Familia (APROFA) al introducir temas como el autoplacer, autoconocimiento y autocuidado desde una perspectiva de género. Hace más de cuatro años han venido trabajando en promover la educación sexual especialmente en espacios pedagógicos y, con ese objetivo, iniciaron una campaña enfocada en promover el conocimiento del clítoris. Un tema que, aseguran, ha estado invisibilizado en la enseñanza tradicional de la sexualidad.

El clítoris es un órgano sexual que mide de 7 a 10 centímetros, de los cuales, generalmente, solo se observa una parte de él. Tiene un promedio de 8 mil terminaciones nerviosas y es el único órgano del ser humano destinado solamente al placer. “Durante muchos años, este órgano ha sido ignorado en los contenidos educativos que se desarrollan en las escuelas de nuestro país, e incluso ha estado invisibilizado en las clásicas imágenes de anatomía. El clítoris es parte de la genitalidad de las personas con vulva y su única función es el placer. Es importante que se conozca, que se pueda saber más sobre sus características, para que así más mujeres puedan relacionarse de manera informada, sana y placentera con su propia sexualidad”, explica Rocío Garcés, del área de Educación y Capacitación de Aprofa.

Rocío Garcés

Para ella es fundamental incorporar esta dimensión como parte central de la Educación Sexual Integral porque permite indagar en temáticas que no son tradicionalmente trabajadas en los espacios formales, además de cambiar la visión clásica con que se asocia la sexualidad, desde la reproducción y la biología, y pasar hacia el autoconocimiento.

Para el uso educativo vinculado a explorar la dimensión del placer, Aprofa puso a disposición de docentes y/o profesionales de salud cajas con clítoris para iniciar procesos educativos. Pamela Jaime, también integrante del Área de Educación, asegura que la apuesta está en poner a disposición de profesores en formación, en formación continua, es decir, los que ya están ejerciendo y también trabajar, en general, con familias y estudiantes. “Esto implica incorporar procesos participativos que permitan observar la sexualidad desde una perspectiva más amplia”, comenta sobre las estrategias que han ido generando.

Para más información consultar en www.aprofa.cl

Ley de Educación Sexual Integral

En septiembre del año pasado fue presentada la Ley de Educación Sexual Integral (ESI). Uno de los primeros aspectos en que repararon las organizaciones que han participado de su discusión es que no existen programas concretos curriculares sobre educación sexual, solo orientaciones generales. «Han sido generaciones completas las que no han recibido educación sexual en las escuelas», sostiene Rosario Olivares, profesora de filosofía e integrante de la Red Educación no Sexista (Redofem). Y, por otro lado, advierte el gran desconocimiento de los conceptos utilizados durante esta discusión. “Se pensaba que cuando se hablaba de educación sexual se hablaba de métodos anticonceptivos para no embarazarte o de enfermedades de trasmisión. Pero es mucho más amplio”, indica. Uno de los focos que se ha puesto en la discusión es que la ESI puede prevenir abusos sexuales a menores, el aumento de contagio de VIH, la violencia hacia las mujeres, disidencias sexuales, feminicidios y violaciones.

Las falencias que se reconocen en educación sexual, explica Olivares, están, en general, subordinadas a la idea de libertad de enseñanza establecida en la Constitución de 1980. “Cada escuela decide cómo toca ciertos temas y lo que ha pasado de frentón es que han preferido no hablar de ello”, acota.  También agrega que se ha planteado si la educación sexual debe abordarse en una asignatura específica o debe ser transversal.

Redofem

La diputada impulsora de esta ley, Camila Rojas (Comunes), sostiene que el acceso a orientación e información sobre sexualidad tiene mayores dificultades para las mujeres y, en algunos casos, derechamente se les niega. Por eso ve fundamental que la ley sea redactada bajo un enfoque de género. “Actualmente la educación sexual es obligatoria en los colegios recién a partir de primero medio. En ese sentido, son demasiados los aspectos fundamentales de la sexualidad, la afectividad y el género que se obvian. Por eso promovemos la existencia de una educación sexual integral desde la primera infancia, que aborde estos temas de acuerdo a cada etapa de desarrollo de niños, niñas y adolescentes, como el ejercicio de un derecho del cual ellos son titulares», plantea.

En relación al autoplacer, Rojas explica que al tratarse de una ley general no se tratan asuntos curriculares específicos, pero sí entrega lineamientos para la incorporación en el currículo. Uno de los cuatro objetivos del proyecto de ley -ya aprobado en la comisión de Educación de la Cámara y que está a la espera de ser discutido y votado en sala- es fomentar el desarrollo de una sexualidad libre, informada y responsable en conformidad a su edad y desarrollo progresivo. “El placer de las mujeres es un tabú, porque en esta cultura androcéntrica y misógina se nos relega al rol de satisfacer a un otro, limitando la posibilidad de que nos desarrollemos libre, saludable y plenamente”, concluye la diputada.

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