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A un año del estallido, líderes secundarios evalúan los logros y proyecciones de un proceso que tiende a excluirlos

Por: Carlos Jara | Publicado: 24.10.2020
A un año del estallido, líderes secundarios evalúan los logros y proyecciones de un proceso que tiende a excluirlos Víctor Chanfreau, Valentina Miranda, Rodrigo Pérez |
A un día del Plebiscito que marcará la historia del país, algunos de los líderes del movimiento estudiantil que propició el estallido social entregaron sus perspectivas para lo que viene. No muy esperanzados respecto a los que se pueda conseguir en el proceso constituyente, pero clarísimos de que participar en él será clave, los ahora ex estudiantes secundarios llamaron a generar mecanismos de inclusión para los adolescentes en la vida política, y a mantener la presión de las movilizaciones durante el proceso constitucional.

Grupos de estudiantes secundarios saltando torniquetes, bailando sobre ellos, y abriendo las puertas para que todos pudieran pasar gratis. Esa fue una escena que prácticamente todos los chilenos presenciaron a través de los registros audiovisuales que en los primeros días de octubre de 2019 circulaban por redes sociales. Se trató de una acción llevada a cabo por adolescentes que, como en la Revolución Pingüina de 2006 o en las manifestaciones de 2011, se convertirían en la vanguardia del movimiento social, y marcarían la pauta para que en los días siguientes cientos de miles de ciudadanos siguieran su ejemplo.

A las evasiones, iniciadas como respuesta al alza de $30 en costo del pasaje del transporte público, les seguirían las manifestaciones cada vez más masivas, hasta que el 25 de octubre se concretara la denominada «Marcha más grande de Chile», que congregó a por lo menos 1,2 millones de personas solo en Santiago.

Con ello, la expresión popular por cambios estructurales no podía quedar más clara. Y tras semanas en las que literalmente la población no soltó las calles, el 15 de noviembre el mundo político concretó un pacto, no exento de críticas y falencias, que permitirá este domingo derribar la Constitución de la dictadura, e iniciar un proceso para crear una nueva.

Ante este escenario, El Desconcierto conversó con algunos de los líderes del movimiento estudiantil de 2019, cuyos miembros, en gran parte no podrán participar de este proceso por ser menores de edad, a pesar de haber sido los precursores del mismo.

La exclusión de los secundarios

«Hoy las y los secundarios no tienen el espacio que merecen en esta pasada histórica, y eso tiene que corregirse al hacer que su opinión sea vinculante; que exista el voto desde los 14 años, que en los procesos educativos se hablen, se discuta y se mastiquen los procesos políticos que está viviendo el país, eso aporta mucho a la construcción de la democracia. Quizás se perdió la participación en el Plebiscito, pero en lo sucesivo, en la redacción o en el Plebiscito de salida, los y las secundarias deberían tener la posibilidad de tener una posición vinculante y que se les tome en cuenta para las discusiones políticas del país», sostuvo al respecto el ex presidente del Centro de Alumnos del Instituto Nacional (IN), Rodrigo Pérez, quien anunció además que se postulará como candidato a la Convención Constitucional que derive del Plebiscito.

Esta exclusión del proceso, si bien molesta, es vista por los líderes del movimiento secundario de 2019 como una problemática de larga data, que no sólo alude al proceso constituyente, sino a la mayor parte de las esferas de la vida pública nacional. En ese sentido, sus demandas por mayor niveles de participación son claras, y han sido expresadas por iniciativas como el movimiento «Apruebo voto secundario», promovida por estudiantes y apoyada por el diputado del Partido Comunista (PC), Boris Barrera, quien en 2018 además presentó un proyecto de ley que busca reducir la edad legal para votar a los 16 años, iniciativa que hoy duerme en el Congreso.

«Una de las formas de corregir esta situación es darles participación a los estudiantes desde los 14 años. El año pasado vimos como jóvenes de 13, 14 años fueron los que comenzaron la revuelta, y si uno a partir de los 14 años es capaz de cumplir ante la ley y de ser detenido, condenado y mandando a un centro del Sename, por qué uno no va a ser capaz de tener la conciencia suficiente de ejercer el derecho a voto que deberíamos tener todos», sostuvo en esa línea la ex vocera de la Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios (CONES), Valentina Miranda.

Para Miranda, esta exclusión responde a una «sociedad adulto centrista que cree que por tener 16 años no tienes la autonomía, el valor, o la suficiente inteligencia para poder decidir cuál es el futuro que queremos», por lo que hizo un llamado a que si  los estudiantes secundarios son incorporados al proceso constituyente, «que sean ellos mismos y no expertos los que les vengan decir qué es lo que quieren».

Por su parte, el ex vocero de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES), Victor Chanfreau, criticó que «paradójicamente, los que estaban excluidos del proceso de la movilización, como es la casta política, los partidos, hoy se están posicionando como protagonistas, entonces nos parece nefasto».

De todas maneras, complementó afirmando que, independiente de esta exclusión, «sabemos que los secundarios van a seguir haciendo historia y van a seguir haciendo política como ha sido siempre«.

El proceso constituyente y sus limitaciones

Los líderes secundarios del 2019 son reticentes a mostrarse esperanzados con el Plebiscito y el proceso derivado del mismo, y si bien lo ven como una oportunidad, son firmes en expresar que las manifestaciones deben continuar como una forma de ponerle presión a quienes redacten la nueva Constitución, y en sostener que no creen que todos los cambios que se buscan vayan a ser propiciados en dicho proceso.

«Para hablar del proceso constituyente primero debemos recordar de dónde nace, que es en el Pacto por la Paz y la nueva Constitución. Dicho pacto pretendía cerrar por arriba la revuelta popular, y trajo consigo un pack de leyes represivas que tiene hoy día a más de dos mil compañeros en prisión preventiva y algunos ya condenados. Es importante recordar ese marco general en el que nace este proceso, porque a algunos -convenientemente- se les está olvidando el origen del mismo. En ese sentido, tenemos claro que los desafíos son mucho más grandes que sólo una nueva Constitución delimitada con sus leyes, y las trabas legales y marcos que le pusieron a este proceso, tanto para los independientes, el quórum, entre otros.», señaló en esa línea el ex vocero ACES, Victor Chanfreau.

Una perspectiva similar a la que planteó la ex vocera de la CONES, Valentina Miranda, quien sostuvo que «la lucha social no termina este domingo, por eso mismo, porque sabemos que una Constitución no cambia la vida de las personas de manera inmediata, es un proceso largo, que se tiene que discutir, y ver el Plebiscito de salida también. Pero claro, existe como esta posibilidad de que salga bien o de que salga mal, entonces muchos vamos a ir a votar con algo de desconfianza, pero igual hay una pequeña luz de esperanza de que esto pueda surgir en algo bueno».

Algo más esperanzado, pero igualmente enfático en la importancia de las movilizaciones, el ex presidente del Centro de Alumnos del Instituto Nacional, Rodrigo Pérez, agregó que «el proceso constituyente era una necesidad, algo que tenía que llegar tarde o temprano. Hace años que desde el movimiento estudiantil existía una temática común y era la herencia del mercado en la educación y de Jaime Guzmán y creo que hoy día se abre la posibilidad concreta de eliminar y cambiar esa herencia. Tengo muchas esperanzas respecto del proceso, pero esto es solamente el inicio del trabajo«.

En tanto, Víctor Chanfreau, relató que «más que esperanzado de este proceso, me tiene intrigado cómo se va a dar, porque hoy el real desafío es seguir movilizado en las calles, porque sólo así este proceso constituyente puede ser realmente a favor de los pueblos. En cambio, si nos restamos de las calles les dejamos el proceso a ellos y no van a haber resultados reales a nuestras demandas y lo que pretende el pueblo de esta nueva Constitución».

«Si bien este es el comienzo, la lucha continúa, y creo que el proceso constituyente no va a parar esta convicción que existe hoy día en las calles de que se necesitan cambios», sentenció Valentina Miranda.

Carabineros y violaciones a los DD.HH.

A un año de los innumerables casos de violaciones a los derechos humanos vividas durante el estallido social, los líderes estudiantiles son tajantes en afirmar que se han producido pocos o nulos avances en la materia.

«La respuesta del gobierno ha sido nula, ha sido nefasta, e insuficiente. Creo que hoy día, si bien la gente está exigiendo seguridad, quienes deberían brindarnos esa seguridad nos están matando. Y esta es una respuesta que hemos visto repetida una y otra vez en la historia de Chile, y nos damos cuenta de que se está volviendo a repetir. El gobierno de Sebastián Piñera ha dejado en claro que aunque han pasado 30 años de la dictadura, finalmente esa dictadura al parecer no se ha acabado», sostuvo Valentina Miranda al respecto, agregando que «cuando fui secundaria me di cuenta de que andar con uniforme es ser terrorista, y parece ser una visión que no ha salido de la cabeza de la clase política».

Igualmente enfático fue Víctor Chanfreau, quien sostuvo directamente que no se han producido avances, y que las señales que pueden ser interpretadas como un avance, son «netamente por la presión» de la sociedad movilizada.

«Pero eso ha ocurrido en casos particularmente polémicos, por los que el pueblo ha saltado y ha estado atento. Como el caso del compañero Anthony, quien fue arrojado al río Mapocho y donde se vio a la fiscal actuando y al carabinero cayendo en prisión preventiva. Pero, por otra parte, esa misma fiscal tiene hace 11 meses sin pruebas en prisión preventiva a un compañero por manifestarse en la revuelta. Entonces, consideramos que hoy no hay un cambio institucional o de protocolos, sino que actúan de esa forma netamente cada vez le han tenido más miedo a la respuesta del pueblo», señaló Chanfreau.

En esa línea, el ex vocero de la ACES recordó que en estas semanas el gobierno «ha justificado casos como la infiltración de Carabineros en Lo Hermida, o el caso de un asesinato a un compañero en La Victoria, porque supuestamente hubo enfrentamiento armado», lo que da cuenta del nulo nivel de cambio en su forma de abordar los conflictos sociales.

Rodrigo Pérez, por su parte, planteó que en «2018 estuvimos en una mesa de diálogo con (Andrés) Chadwick y con el Ato Mando de Carabineros, y redactamos un nuevo protocolo que prohibía la utilización de bombas lacrimógenas en recintos educativos, y una serie de medidas que avanzan en el respeto de los DD.HH. y la Convención de los Derechos del Niño. Pero, del dicho al hecho hay mucho trecho, y mientras en Carabineros no exista una reforma y mientras no interioricen la importancia de los DD.HH. y de sostener un arma en sus manos, no va a servir ningún tipo de protocolo ni papel escrito, si realmente el cuerpo de Carabineros no tiene la capacidad de retener y de interiorizar los DD.HH., y el peligro que implican ellos para la sociedad«.

Posibles constituyentes

Finalmente, los líderes estudiantiles se refirieron directamente a los potenciales miembros de una Convención Constitucional, conminándolos a hacer valer la voluntad de quienes se movilizaron.

«Entiendan su rol, que es hacerle caso a las movilizaciones, a las organizaciones territoriales, y las organizaciones que ellos mismos excluyeron de este proceso», fue el mensaje expresado por Víctor Chanfreau, quien agregó que «ojalá no se hagan parte de los chanchullos y las trampas que se están preparando para ese proceso, porque si están metidos en el juego del poder, en el juego de las instituciones, tienen que estar atentos».

En esa línea, al ser consultados sobre una potencial candidatura al proceso constituyente, tanto Valentia Miranda como Rodrigo Pérez respondieron que sí les interesa, explicando que buscarán representar las perspectivas de la juventud y de los sectores sociales marginados.

Chanfreau sostuvo que no postularía «ni de cerca», explicando que «no me interesan esos procesos, y mucho menos que sean financiados con sueldos millonarios que me parecen desproporcionados«.

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