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Nury González, del Magister en Artes Visuales UChile: “Nos interesa que los estudiantes indaguen en otros derroteros y así tengan otra mirada de su propio trabajo”

Por: El Desconcierto | Publicado: 09.11.2020
Nury González, del Magister en Artes Visuales UChile: “Nos interesa que los estudiantes indaguen en otros derroteros y así tengan otra mirada de su propio trabajo” Nury González |
El magister en Artes U Chile, es un programa que pretende que el estudiante se pueda desarrollar en un espacio creativo, crítico y reflexivo de su propia producción visual. El cierre del segundo llamado es el 18 de diciembre y las consultas pueden hacerse a postulacionespostartes@uchile.cl.

¿Cómo se han desarrollado los procesos creativos en el actual contexto? ¿En qué consiste el Magister en Artes Visuales? ¿Por qué es importante su acreditación? Conversamos con Nury González, coordinadora del Magister en Artes Visuales U. Chile, a propósito de las postulaciones 2021 de este programa de estudios.

“Es muy complejo pensar cuál es el lugar del arte en este contexto. Sin embargo, el arte en general, y las artes visuales, reaccionan y trabajan en el momento político-histórico donde son pensadas e imaginadas. Entonces obviamente, las artes visuales en muchos puntos, dependiendo de los medios, constatan una inaccesibilidad a ciertos materiales. No puedes ir a imprimir al taller, no puedes ir a comprar las tintas (…) hay una cuestión de enclaustramiento, pero siento que eso también hace que se repiensen las maneras de producción y creación”, dice González.

-¿De qué manera el contexto pandemia ha re-articulado los procesos de creación en las artes?

-El contexto te obliga, de alguna manera, a mirar lo que tú tienes y trabajar desde ahí. Entonces, creo que se plantean nuevos desafíos, nuevas formas y maneras de resolver los problemas en el campo del arte. Son muchas cuestiones, porque afecta, por un lado, el contexto político social y de salud (…) el afuera se transforma en algo peligroso, complejo. Los afectos, los cuerpos. Hoy día el cuerpo del otro es un elemento de contagio. Yo creo que se empiezan a instalar nuevas reflexiones, nuevas problemáticas en tu producción de obra. Afecta muy profundamente. Sin embargo, cuando los artistas han estado en un contexto de guerra, en la primera o segunda guerra mundial, por ejemplo (…) todos los artistas judíos que tuvieron que salir de Alemania, fueron perseguidos, ellos siguieron produciendo obras y esas obras tienen esa marca y esa impronta. Lo mismo que si uno piensa en el “Guernica” o en ciertas obras de Beuys. Aquí sucede lo mismo. El artista, la creación y la imaginación están atrapados por este espacio y tú tienes que trabajar con lo que está aquí. Finalmente, todos sabemos que el arte y psicoanálisis están muy ligados en la producción de una obra.

-¿Cuál crees que ha sido el rol de las Artes Visuales en las movilizaciones sociales?

-Yo creo que ahí hay dos cuestiones. Una cosa es esa intervención. Cómo la ciudad se transforma en un espacio que recibe intervenciones que son políticas, artísticas y denostadoras en algunos casos. Ahí hay que hacer una diferencia entre qué es arte y qué no es arte, qué es arte público y qué no es arte público, qué es intervención y qué no es intervención. Tenemos nosotros como historia, por ejemplo, la más emblemática que es la Brigada Ramona Parra, que es una manifestación visual cargada con contenido político. Una de las cuestiones que yo encontré más relevante desde el estallido social en adelante, es la reaparición de una gráfica muy potente. De hecho, tengo miles de fotografías de registro. Creo que todo lo relacionado al mundo gráfico tuvo absolutamente una presencia rotunda y radical, muy asertiva, muy poética en algunos casos. No creo que todo lo que está en los muros de la ciudad sea arte, porque hay consigna política que no necesariamente es arte y dentro de ese contexto, hay ciertas objetualidades que han aparecido. Creo que hay una gran reflexión y producción desde el mundo del arte o con ciertas herramientas del arte que han permitido instalarse en el imaginario nacional.

-¿En qué cosiste el Magister en Artes Visuales de la Universidad de Chile?

-El magister es un programa que pretende que el estudiante se pueda desarrollar en un espacio creativo, crítico y reflexivo de su propia producción visual. En ese sentido, el programa se piensa como un espacio incómodo. Yo insisto mucho en eso de que el estudiante salga de su espacio de comodidad o de confort, que se desplace para que pueda proponer desde otro lugar obras o propuestas artísticas autorales, coherentes y consistentes con un discurso. Se trata de que en el fondo el estudiante, al entrar al programa, pase por varios talleres, en donde cada académico artista, plantea problemáticas que los obligan a desplazarse un poquito de su habitual modo de hacer. La idea es que el estudiante pueda fortalecer su producción de obra, que su obra tenga coherencia, que esté vinculada con distintos quehaceres a nivel nacional, histórico, político, social. No es que tenga que teorizar sus obras, sino que tenga una postura frente a esa obra, pueda mirarla.

-¿Cuál es el valor de la incomodidad en el proceso del magister?

-Cuando hablamos nosotros de este lugar de comodidad, en el fondo tiene que ver con que tu no vienes al magister a estar en un taller y luego vas a exponer en la galería A y después en la galería B, en la C, en la D. El magister se había transformado un poquito en eso. Entonces, dijimos “no, el estudiante que entra aquí, que decide entrar aquí, a un programa académico, entra para que le suceda algo a su trabajo”. Y eso que le sucede es lo que lo va a incomodar. Ese es el lugar de incomodidad del cual hablamos. Es decir, tienes que reflexionar, tienes que pensar, tienes que identificar tus territorios y tus fortalezas. Le tiene que pasar algo a tu trabajo, te tiene que incomodar, te tiene que sacar de la manera que tienes que resolver. Nos interesa que el estudiante se vea incomodado en su pensamiento. Todo va en esa línea, que sea obligado a indagar por otros derroteros para volver a mirar su trabajo y decir “a ver qué está pasando aquí” y tener otra mirada de su propia obra.

-¿Cuál es el sello de la Universidad de Chile puesto en el programa?

-Yo creo que el sello es la libertad de pensamiento, la libertad de cruce entre muchas disciplinas, considerando que, en la Universidad de Chile, se estudian y se investigan y se manejan quizás todas las disciplinas del saber, casi todas, por no decir todas. Yo creo que ese es nuestro mayor sello. Es decir, aquí no hay una cuestión ni política, ni ideológica. No, libertad absoluta, o sea, aquí se pueden leer todos los textos y nadie te va a decir que ese texto en realidad va contra ciertas ideologías o religiones.

-¿Cuáles son los desafíos del programa para el 2021?

-El desafío empezó este año porque nosotros tenemos una cohorte 2020 que tomó la decisión de entrar en este contexto Zoom. Ellos decidieron aceptar este desafío. Yo creo, como artista, como académica de pregrado y de postgrado, que estas generaciones van a ser muy especiales, marcadas por algo que ninguna otra va a tener, sobre todo la del 2020. Esto llegó para quedarse, independiente que volvamos a una presencialidad. Creo que el 2020 ha sido una experiencia de súper aprendizaje. Yo veo el lado positivo de todo eso que uno en la presencialidad quizás no miraba. Estoy por mirar ese otro mundo que se abre, que podría, por ejemplo, permitirnos que en nuestro programa hubiese estudiantes de Colombia, Ecuador y México, que propiciará una interculturalidad más potente. Hay que mirar y ver qué es este mundo que se nos está abriendo. Quizás los modos de exhibición pueden ser diferentes. Para el 2021 vamos a estar más preparados. Este año ha sido un desafío en que yo creo que hemos ido aprendiendo mucho. Miro el lado positivo.

-¿Cuál es la relevancia del proceso de acreditación del magister?

-El Magister en Artes Visuales de la Universidad de Chile nació en el año 1994. Pasamos dos o tres acreditaciones y a los 24 años de funcionamiento comenzamos a mirarlo. Efectivamente, en 24 años el mundo había cambiado, las artes habían cambiado, el contexto había cambiado y el programa se había empolvado, necesitaba volver a mirarse. Nosotros tomamos, como comité académico, la decisión de cerrar un año para pensarlo, pensar qué estaba pasando. Había cosas que no nos gustaban, que la gente entraba al magister para poder ir a las exposiciones y no para pensar, para analizar, para deleitarse con el mirar su propia obra. Nos demoramos porque fuimos muy críticos con nuestro propio programa. Nos parecía que era la única manera de seguir adelante, de ser rigurosos y respetuosos con lo que nosotros pensábamos que tenía que ser el programa. En ese sentido, fue un poco también volver al origen, o sea, por qué y cómo se pensó este programa. Hicimos una revisión absoluta del reglamento, del programa, de la malla y, quizás lo más potente, es que nos adscribimos a la AFE (Actividad Formativa Equivalente). Con eso le entregamos el poder a la obra.  Ahora el programa está mucho más ordenado, lo que importa aquí es esa obra. Por otro lado, el beneficio que viene con la acreditación obviamente es que los estudiantes pueden optar a postular a becas. Para nosotros fue fundamental mirar la malla y haberla rearticulado, repensado y reordenado.

Revisa la entrevista completa en el siguiente enlace:

POSTULACIONES 2021 POSTARTES U. CHILE

Más Información: http://www.artes.uchile.cl/postgrado

Cierre segundo llamado: 18 de diciembre de 2020.

Consultas: postulacionpostartes@uchile.cl

Facebook: @postgradosArtesUChile

Twitter: @PostgradoArtes

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