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Cenzi y su libro sobre Makiza: «Nunca fuimos oscuros ni hardcore, la alegría fue la que nos unió»

Por: Bastián Fernández y César Tudela | Publicado: 06.02.2020
Cenzi y su libro sobre Makiza: «Nunca fuimos oscuros ni hardcore, la alegría fue la que nos unió» Cenzi |
Gastón Gabarró, más conocido como Cenzi, anotó este año un nuevo hito en su currículum: el libro: “Un hijo de la rosa de los vientos”. En el texto, cuenta sus anécdotas y su historia en la escena del rap chileno, del que es uno de los personajes fundamentales, tanto arriba del escenario con Makiza, como en las perillas en álbumes de Tiro de Gracia, ZicutaEjecuta y el dúo Némesis. En conversación con Babel, habla sobre cómo se gestó el libro y su historia con Makiza.

Mientras camina por las calles de Valparaíso, Gastón Gabarró, más conocido como Cenzi en la cultura del hip-hop, habla sobre su recién lanzado libro: Un hijo de las rosas de los vientos, en el que cuenta su historia y la del grupo que formó parte en los 90: Makiza. El músico, fue uno de los artífices de la cultura urbana de nuestro país desde el retorno a la democracia: participó en discos de Tiro de Gracia y del dúo Némesis, y también aportó con su talento en la creación del himno generacional ‘La rosa de los vientos’, canción con la que el cuarteto de rap se abrió camino en la escena musical chilena.

«Teníamos un grupo que se formó mágicamente», dice Cenzi en una de sus primeras intervenciones en el recién estrenado documental Makiza: Hijos de la Rosa de los Vientos (producido por Red Bull Music), trabajo que se realizó en paralelo a la escritura del libro y la reedición de Aerolíneas Makiza, segundo disco de la banda que el año pasado cumplió dos décadas y el que le abrió las puertas del reconocimiento popular y con el que inscribieron su nombre en la historia del rap chileno. «Me da pena que no hayamos tomado mejores decisiones, porque hubiese sido increíble uno y otro y otro disco de Makiza», cuenta hacia el final el músico que también dice siempre ha creído en el proyecto.

Makiza estuvo activo con sus cuatro miembros originales entre 1997 y 2000, tiempo en el que grabaron los álbumes Vida Salvaje (1997) y Aerolíneas Makiza (1999). Hacia fines del 200, Tijoux deja la banda y viaja a Francia. «Como cuando estás con una pareja y ya no la amas, lo quieres mucho, quieres mucho lo que hiciste, pero ya no estás enamorada del proyecto. Creo que fue una decisión muy honesta de mi parte, más allá de cómo se sintió», cuenta Ana en el documental sobre su alejamiento.

La vida es como un sueño

En 2004, Anita y Seo2 retoman la banda pero sin Cenzi ni Squat. En sus funciones, incorporan a Sonido Ácido y DJ Nayeke para entrar a estudios a grabar Casino Royale (2005), su tercer y último álbum antes de su separación definitiva en 2006.

La reunión, en una primera instancia solo tenía un objetivo: la reedición de su primer casete, Vida Salvaje, en CD y bajo el alero de Sony y que incluía dos temas nuevos (‘Dicen’ y ‘100% Staila’). Para Cenzi, este disco fue el que «abrió caminos y nos entregó las llaves del hip-hop, el que es nuestro hogar. Es tremendamente importante para el cimiento del rap nacional «, y agrega que «Si Aerolíneas Makiza fue relevante para el país, Vida Salvaje lo fue para nosotros».

Gracias a ese álbum, trabajado con el productor Claudio Quiñones, comenzaron a llamar la atención de la industria musical que ya veía con buenos ojos tener a raperos en sus filas luego del éxito alcanzado por Tiro de Gracia con su destellante Ser Humano!!. De copias limitadas (500) y repartidas en locales underground en donde se estaba moviendo la subcultura del hip-hop, el casete autoeditado se agotó rápidamente, a pesar de las palabras que entrega Tijoux en el documental donde se sincera al respecto de lo que pensaba ella en ese momento: «Yo no daba un peso por Makiza. Decía «no estamos a nivel»».

Frente lírico combatiente

20 años después de haber alcanzado el éxito con Aerolíneas Makiza de la mano de los singles ‘La rosa de los vientos’ y ‘En paro’ –sin duda dos de las grandes canciones del rap chileno–, Cenzi decide escribir la historia de la banda en primera persona. «Se me ocurrió porque Seo2 (Cristián Bórquez) me avisó que el Aerolíneas cumplía 20 años. Al tiro dije, «estos hueones ni cagando se van a juntar, son bien porfiaditos». Entonces, les comenté si podía escribir un libro de Makiza. Y la Anita me respondió: «¿Por qué mejor no haces uno sobre tu vida?». Le hice caso y armé el texto.

¿Cómo fue el proceso de escribirlo? ¿Recurriste solamente a tus memorias o entrevistaste a los otros miembros del grupo?
Me puse a entrevistar a todos los personajes involucrados. Justo me había acercado a Red Bull por el documental, entonces mientras íbamos grabando, aproveché de hablar con harta gente. Además, tuve la suerte que Seo2 tenía archivadas muchas cosas que eran parte de la historia del grupo, incluso tenía anotado hasta los gastos que hicimos. Lo chistoso era cuando les preguntaba por algo y todos me respondían cosas distintas.

¿Con qué hechos ocurrió eso?
Simplemente en detalles. Por ejemplo, cuántos días tardamos en grabar o por qué trabajamos con un productor y no con otro. Es loco, porque son cosas importantes y nadie sabe. El mismo logo de la tortuga, todavía es confuso de donde salió. También, aún no coincidimos en cómo conocimos a la Anita. Lo increíble es lo convencido que estamos unos sobre los otros en esa historia.

De los archivos encontrados, ¿cuál te llamó más la atención?
Lo que más me sorprendió fue el poco tiempo que estuvimos juntos como grupo. Hicimos el disco tan rápido, salimos a hacer un tour y se acabó.

¿Sentías que fue más tiempo?
Por el legado de Makiza, siento que hicimos tanto, que nos movimos tanto… Me sorprendió darme cuenta lo poco que fue.

¿Cuánto demoraste en hacer el libro?
Empecé en marzo y le di duro hasta octubre porque en ese mes debía entregar. Me faltaban algunos capítulos y estaba super sesgado a ciertas situaciones emocionales. No sabía como terminar, no se me ocurría el final. Hasta que pasó el estallido social. Me senté el 20 de octubre para comparar el Makiza de antes y el de ahora, y con eso cerré.

En esa reflexión final, ¿qué descubriste?
Durante el proceso, me empecé a cuestionar qué era lo que realmente nos unía. Siempre se decía que fue porque éramos extranjeros, pero a mi parecer, esa no es la razón. Reflexionando, creo que fue lo social, nuestra ideología era parecida, pero también las compartíamos con otros raperos. Entonces, ¿qué fue? Y a mí parecer, fue la felicidad. Nunca fuimos oscuros, hardcore o estuvimos preocupados de la moda; la alegría fue la que nos unió. Trabajamos juntos de manera desinteresada.

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