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Del «hay que escuchar la voz del pueblo» al «comunismo jamás permitirá la prosperidad»: La paradoja política del Puma Rodríguez

Por: César Tudela | Publicado: 24.01.2020
Hoy, a 100 días iniciado el estallido social en el país, se llevará a cabo el Festival de Las Condes, que tiene en su parrilla al venezolano Jose Luis Rodríguez. «El Puma», aparte de ser conocido por sus populares canciones, hoy también aparece en los titulares políticos por ser un férreo opositor de Nicolás Maduro. Pero su visión política tiene múltiples vínculos con Chile y ha representado tanto a la izquierda como a la derecha.

Recordada es la frase que en 1988, aún en dictadura, el cantante José Luis Rodríguez protagonizó en el Festival de Viña, quizás una de las anécdotas más bulladas del certamen estival. En aquella ocasión, «El Puma» reclamaba la Gaviota de Plata –premio por entonces solo destinado a los ganadores de las competencias– que sentía se había ganado por el gran reconocimiento popular que recibió esa noche, en la que sin tapujos le dijo a las autoridades locales que «a veces, hay que escuchar la voz del pueblo», una frase polémica y subversiva debido al contexto histórico del país, a la vez que simbolizó uno de los actos de mayor soberbia y ego que se han vivido en la Quinta Vergara.

La voz del pueblo

El Festival de Viña de 1988 se recuerda por ser uno donde la cola de la política logró instalarse en la discusión festivalera. El año histórico en que se votaba la continuidad de Pinochet mediante elecciones, en un plebiscito donde los opositores a la dictadura tendrían espacio en los medios para su propaganda, tuvo desde febrero polémicas que no pasaron desapercibidas.

Antes de la actuación de «El Puma», sorpresivamente fue eliminada la canción que representaba a Perú en la competencia internacional, tras una dudosa acusación de plagio. Desde su imputación, el comentario general fue que ‘No vas a hacerme el amor’ de Mache había sido vetada por repetir en su letra la palabra “no”, mismo adverbio de negación que simbolizaría la opción que tendría la oposición al régimen militar en el plebiscito de octubre. Pero eso no sería todo. Durante la actuación del grupo estadounidense Mr. Mister, su vocalista, Richard Page, leyó una carta en apoyo del mundo artístico nacional que estaban siendo víctima de persecución política por los aparatos de inteligencia de la dictadura. “Un saludo para los actores chilenos amenazados de muerte. Los artistas del mundo estamos con ellos”, dijo Page frente a la Quinta y las cámaras de televisión, que rápidamente cortaron la transmisión para retomar con una especie de «rectificación» del vocalista: “Yo no soy político. Solo soy un músico y los amo”. Eran tiempos donde la libertad de expresión era un privilegio solo para los adherentes de la tiranía.

En medio de ese ambiente se presentó el artista venezolano, que tenía programada una doble presentación en Viña. Desde su llegada al país, «El Puma» no dejó nada en el tintero. “Actuaré aunque quede paralizado”, le dijo a los medios en relación a su show y una lesión en la rodilla que lo aquejaba esos días. «Quiero ofrecer actuaciones para la gente del pueblo”, versó antes de subirse a la Quinta, según consigna La Tercera. Tras su primer show, llegó la noche del lunes 21 para repetirse el plato. El entonces animador del certamen, Antonio Vodanovic, recuerda que el cantante le había advertido con anterioridad sus intenciones: «Yo vengo a buscar la Gaviota», declaró en entrevista a Mentiras Verdaderas, en la que además señaló que «el Puma creó su esquema. No creo que haya inventado la frase en el escenario, él la tenía preparada. Es una frase demasiado inteligente para que se te ocurra en un minuto».

“Si no quieren que reciba la otra antorcha, no la recibo. Me llevo esta. Y si la voluntad de ustedes es que me lleve la gaviota, pero las reglas no pueden o no exigen, pues sencillamente no acepto la otra antorcha”, disparaba Rodríguez arriba del escenario tras largos minutos donde no hubo música y solo se escuchaba el clamor de la gente en la Quinta Vergara por el máximo galardón. Las palabras y postura del artista tocaban la fibra sensible de un Chile golpeado y, sin dudas, en ese momento se sintieron como un apoyo a la oposición en la previa del plebiscito. Un acto de resistencia. Más aún, cuando pese a la férrea postura de Vodanovic y la organización del Festival en no entregarle la Gaviota, «El Puma» se negaba a continuar su show y se mantuvo inmóvil y expectante por unos 15 minutos en el escenario, desafiando las reglas y, por qué no decirlo, a la autoridad. Por eso, cuando la alcaldesa de Viña del Mar, Eugenia Garrido –que había sido designada por la dictadura– se sube al escenario y finalmente le entrega el trofeo plateado, se sintió no solo como un triunfo del cantante, sino que del pueblo chileno. «Que esta Gaviota me lleve en sus alas y que esta Antorcha alumbre mi camino por siempre», dijo luego de por fin tener el galardón en sus manos. El caraqueño luego volvió triunfante en 1991 al mismo festival pero en un Chile diferente, ya en democracia.

«Quédate y no te muevas» es la frase que Rodríguez dice haber escuchado en su cabeza en ese momento y que relata en su libro autobiográfico El Puma y yo (2014). «Pasaban los minutos y la ovación no paraba (…) Yo estaba como flotando en el aire cuando, de pronto, solté una frase espontánea. Créanme que fue impensada, dije: ‘A veces hay que escuchar la voz del pueblo, a veces…’. Aquello cayó como un trueno y al propio tiempo un alivio para un pueblo oprimido por una dictadura. La expresión resultó tan grande en su sencillez que repercutió en todo el ámbito político. ¿Cómo alguien se atrevía a decir esa frase estando Pinochet en la presidencia?», relata. La alusión al dictador lo lleva a narrar otro recuerdo en la que acudió en una visita anterior al festival y estuvo a dos filas de él: «Aquí tiran una bombita y nos vamos todos al carajo, y yo como un tonto sentado tan cerca de este señor».

Dueño de nada

«Pasaron momentos muy difíciles los chilenos, porque toda dictadura, de derecha o izquierda, es diabólica. Cuando el hombre pierde su libertad individual, pierde toda esperanza de aferrarse a la vida». La cita que corresponde al mismo libro, muestra ya a un Rodríguez sumamente político, más allá de su anécdota con Chile, tras contar el episodio donde su madre fue detenida, torturada y exiliada en los 50 por la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, General de Ejército y líder de Frente Electoral Independiente, un partido de extrema derecha que gobernó a Venezuela.

Sin embargo, y pese a su historia personal, «El Puma» se manifiesta como un hombre de centro en la política y, por supuesto, no es ajeno a la situación de su natal Venezuela. «Hoy el autoritarismo martiriza a Cuba y Venezuela, y amenaza a otras naciones hermanas. Yo debo levantar mi voz por la libertad y la democracia. Sé que corro riesgos, pero como dicen los queridos chilenos, no le debo sacar el poto a la jeringa, porque soy un artista comprometido con la paz y la convivencia de los ciudadanos», afirma el hoy ferviente detractor del régimen cubano y de Nicolás Maduro, a quien lo ha encarado en numerosas oportunidades a través de la prensa. «El dictador no tiene para dónde agarrar. Tiene dos formas de salir, vertical u horizontal… con los pies para adelante», le dijo en febrero de este año a la prensa argentina antes de participar en el Venezuela Live Aid.

Rodriguez no ha ocultado sus intenciones de meterse de lleno en la política venezolana, incluso dejando la puerta abierta para ser candidato presidencial. Ha declarado que le gustaría “colaborar para reconstruir” al país azotado por la crisis. En la misma línea, ha dicho que siente «que la gente está cansada de los viejos políticos (…) quizás necesitemos a outsiders (candidatos fuera de la política). A empresarios responsables que sepan sacar al país adelante en lo económico y lo social”, aunque también ha advertido que «aborrezco a los empresarios que están pensando en hacer negocios cuando caiga Maduro, que va a caer», y complementa que cree «en un país totalmente diferente al que está planteado ahora». Incluso, le respondió a Roger Waters después que publicara un video contra del Live Aid venezolano: “Si lo encuentro personalmente le voy a decir que está totalmente equivocado. Me parece que es un tonto, muy tonto”.

En medio de sus declaraciones que no terminan de esclarecer del todo su ideología, ha comentado estar de acuerdo con las ideas del controversial economista liberal argentino Javier Milei, quien ha dicho sobre los movimientos sociales latinoamericanos –como el que se vive en Chile– que «son una manga de hijos de puta, zurdos de mierda que quieren establecer la Unión Soviética hispana». ¿Un arlequín que hace temblar?

De punta a punta

Las paradojas en el pensamiento político de Rodríguez tiene más vínculos con nuestro país. Luego de su famosa frase en la Quinta Vergara, el cantante cuenta que fue nada menos que Patricio Aylwin quien fuera a despedirlo al aeropuerto para agradecerme el gesto. «Fue el único. Realmente me agradeció las palabras en Viña. Desde ahí lo admiré y estimé. Es el presidente que por voto popular sustituyó al General Pinochet», lo reconoce en su libro y agrega que en esa oportunidad le dijo: «hermano, lo dicho, dicho está. Si Dios quiso que fuese así, así es».

El venezolano, sorpresivamente asistió a los funerales de Aylwin en 2016. En esa ocasión, dijo que vino a “despedir a un paladín de la democracia no sólo de Chile sino de América Latina», además de dedicarles palabras de admiración al democratacristiano: «un hombre que arriesga la vida por la vida de los demás y por la libertad tiene mucho valor. Lo que hizo con un régimen perverso y demoníaco fue de mucha emoción para todos”.

Anteriormente, el Puma logró reunirse con la Presidenta Michelle Bachelet en 2007 en La Moneda, donde solo dijo que la ex mandataria «es un ser humano de una amplitud espiritual importante». Siete años más tarde, participó en el Festival de Antofagasta, donde hizo una alusión al movimiento estudiantil frente a 65 mil personas: «admiro mucho a este país. Es el más respetado de América Latina y presiento que podría ser el primer país libre de América Latina que va a dar educación gratuita a toda su gente», dijo provocando una ovación en el público. Muy distinto a lo que el pasado 29 de octubre escribió en su cuenta de Twitter tras el estallido social. «Veo con pesar lo que ocurre en Chile, el comunismo jamás permitirá la prosperidad de un país en Latinoamérica. Mis queridos no se dejen arrebatar el país y su democracia», dice la publicación que acompañó con una bandera chilena a todo color flameando en un tranquilo ocaso.

El polémico tuit caldeó los ánimos de todos quienes están de acuerdo con las demandas sociales surgidas a partir del 18 de octubre y han participado en las movilizaciones. Recordar que el cantante estuvo en el país a mediados del 2019 en la gira de promoción «Agradecido», en cuya visita se reunió con el cuestionado Ministro de Salud, Jaime Mañalich, para promover la donación de órganos, debido que fue trasplantado de ambos pulmones en 2017. Un gesto que hoy es interpretado en apoyo al gobierno de Piñera.

Pero hay otro vinculo del autor de ‘Pavo real’ con la derecha chilena. Para la campaña presidencial de 2017, Sebastián Piñera pagó los derechos de uso de ‘Agárrense de las manos’ –el éxito de 1985 perteneciente al disco El Último Beso, obra del español Chema Purón– para grabar una reversión y usarlo como jingle de campaña, en el que participó también su hermano, Miguel «Negro» Piñera, al que se le puede ver grabando la canción en un estudio con la nueva letra: «Agárrense de las manos / Que vienen tiempos mejores», con el mismo sentido festivo que El Puma contagió a su público en vivo.

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