Se estima que cada un millón de especies, entre cien y mil están desapareciendo año a año en el mundo. La destrucción y modificación del hábitat producida por la intervención humana directamente a través de la agricultura, deforestación y construcción de infraestructura, la introducción de especies exóticas invasoras, la sobre explotación de especies y los efectos del Cambio Climático son las principales causas que explican los niveles de extinción de especies actuales.
Lamentablemente Chile no está ajeno a esta realidad. La décima versión del Proceso de Clasificación de Especies -realizado desde 2007 por el Ministerio de Medio Ambiente, para unificar en una lista el estado de conservación de las especies nativas-, agregó 103 nuevas taxas (45 de flora y 58 de fauna) a las 718 ya clasificadas. Veinte de ellas pertenecen a ecosistemas acuáticos con algún grado de amenaza, desde vulnerables a en peligro crítico.
“Los peces de aguas continentales, los nativos de lagos, ríos, salares, casi el 90% está amenazado. En los anfibios pasa lo mismo”, agregó.
En su vulnerabilidad también influye la presencia de especies exóticas invasoras, como trucha y salmones. Tala explicó que “las truchas son negativas para anfibios, peces nativos y crustáceos, porque se los comen”.
Trece especies ingresaron a la clasificación en peligro crítico, entre ellas tres pancoras, dos caracoles, como el Biomphalaria costata, la lagartija de Lolol (Liolaemus confusus), el lagarto negro (Liolaemus curis) y siete plantas herbáceas, la mayoría helechos de Juan Fernández, amenazados por invasores exóticos, como la zarzamora y las cabras.
De acuerdo a la publicación, otras 25 especies están en peligro, como la chinchilla costina (Chinchilla lanigera) y la lagartija de Fabián (Liolaemus fabiani); 23 especies vulnerables. Además de ocho que quedaron casi amenazadas, 21 en preocupación menor y 13 con datos insuficientes.