El futuro de las ciudades depende de la agricultura urbana

Por: Luciano Badal | Publicado: 29.07.2016
El futuro de las ciudades depende de la agricultura urbana orchard-1114524_1280 /
La agricultura urbana desempeña un papel significativo en la alimentación de ciudades en todo el mundo; proporciona alimentos frescos, genera empleo, recicla residuos orgánicos, crea cinturones verdes y fortalece la resiliencia de las ciudades frente al cambio climático. Sin embargo, en muchos países, aun no tiene suficiente injerencia en las políticas agrícolas y sociales, como tampoco en la planificación urbana.

La agricultura urbana y periurbana (AUP) puede ser definida como el cultivo de plantas y la cría de animales en el interior y en los alrededores de las ciudades. De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), cerca de 800 millones de personas cultivan verduras y frutas o crían animales en las ciudades, lo que representa entre 15 y 20 por ciento de la producción mundial de alimentos.

La producción es consumida por los propios productores, o se vende en mercados urbanos, como ferias orgánicas y los mercados de agricultores de fin de semana cada vez más populares en muchas ciudades. Dado que los alimentos producidos a nivel local requieren menos transporte y refrigeración, estos pueden abastecer a los mercados cercanos con productos más frescos y nutritivos a precios más competitivos y con un menor impacto ambiental.

En Chile, un estudio realizado en 2012 por la ONG Red de Agricultura Urbana (RAU), contabilizó 39 huertos urbanos alrededor de la ciudad de Santiago, un 36% está destinado al autoconsumo; un 24%, a la educación (colegios y universidades que van a chacras municipales, entre otras, a estudiar cómo se hacen y cuidan); un 15%, a plantas terapéuticas (con propiedades medicinales) y un 14%, de carácter sólo estético y paisajístico”.

De acuerdo a FAO, la agricultura urbana proporciona alimentos frescos, genera empleo, recicla residuos orgánicos, crea cinturones verdes, y fortalece la resiliencia de las ciudades frente al cambio climático. Los consumidores —especialmente los residentes de bajos ingresos— disfrutan de un acceso más fácil a productos frescos, una mayor oferta y mejores precios.

Sin embargo la agricultura urbana no tiene reconocimiento en las políticas agrícolas y sociales, como tampoco en la planificación urbana. De acuerdo a Carolyn Steel, autora del libro Hungry City “el habitante urbano de hoy no sabe dónde y cómo se producen los alimentos que consume ni cómo son distribuidos. Nos hemos vuelto dependientes de enormes y poderosas corporaciones de lucro que traen grandes cantidades de alimentos desde las granjas industriales a nuestros supermercados. Pero todo el proceso está oculto, es masivamente complejo y, en última instancia, es insostenible».

Ante esta situación y debido a la importancia de la agricultura urbana en la alimentación de ciudades en todo el mundo, la conferencia de la Organización de las Naciones Unidas dedicada al desarrollo sostenible de ciudades Hábitat III, a realizar entre el 17 al 20 de octubre en Quito, explorará las posibilidades de la agricultura urbana como solución para garantizar la seguridad alimentaria.

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