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«La amenaza de Hidrowatt»: Comunidades mapuche denuncian construcción de hidroeléctrica en el río Provoque

Publicado: 14.01.2019

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El río Provoque es una de las principales fuentes de vida de la comuna de Contulmo, ubicada en la provincia de Arauco de la región del Biobío. Es afluente del río Elicura, que atraviesa todo el valle desembocando en el Lago Lanalhue, declarado Zona de Interés Turístico en enero de 2018. Rico en flora y fauna, es una de las principales fuentes de recursos de las comunidades mapuche que habitan la zona.

Sin embargo, desde hace varios meses, los habitantes de este territorio se sienten amenazados por la llegada de la transnacional española Hidrowatt, del grupo Impulsa, que pretende levantar la central hidroeléctrica “Provoque”, una obra que se suma a la Central “Gustavito”, cuya construcción se aprobó en julio de 2016. La nueva central se prentende instalar en el Fundo San Ernesto, por donde circula el Provoque y cuyos derechos de aprovechamiento de agua ostenta Hidrowatt desde hace dos años.

El proyecto afectará a un total de 1.400 personas que viven en la zona, repartidas en ocho comunidades indígenas que desarrollan su vida cotidiana y costumbres milenarias en el Valle de Elicura.

Varios representantes de esas comunidades acudieron este lunes a la Comisión de Derechos Humanos y Pueblos Originarios, presidida por la diputada Carmen Hertz (PC), para denunciar «la amenaza de Hidrowatt» en su territorio. El lonko Miguel Leviqueo, representante del consejo de lonkos de la provincia de Arauco, explicó a El Desconcierto que la acción de la compañía «es muy grave» para la comunidad porque «el río es vida, es agua que nace, nos alimenta la cultura mapuche y es la base de nuestra cultura espiritual».

Sandra Magali, vicepresidenta de la comunidad Lorenzo Huaquivil, expuso, por su parte, que «los ríos son las arterias principales para nuestra vida, los necesitamos para nuestras ceremonias y nuestra espiritualidad se ve gravemente amenazada si el río está intervenido. Nuestros ríos son como las catedrales para la gente occidental: derrumban la catedral si nos intervienen el río», lamentó. Para ella, «es una necesidad como pueblo anular las propuestas de desarrollo del mundo occidental que no conoce nuestra cultura, nuestro pensamiento ni la conexión que tenemos con la naturaleza».

Las centrales Gustavito y Provoque no son las únicas que Grupo Impulso, enfocado en el rubro de la energía, está levantando en Chile. La empresa participa en las centrales hidroeléctricas de Melo, Santa Isabel y Caliboro, que aportan en total 5,5 mega watts al Sistema Interconectado Central; y en las hidroeléctricas de Huinilil, Rilul y Carilelfu, emplazadas en la zona de Curarehue, en la Región de la Araucanía.

Los miembros de la comunidad critican que las aguas de su río sean intervenidas por las multinacionales y, acompañados del diputado socialista Manuel Monsalve, denunciaron la estrategia de la empresa para conseguir su aprobación. Según ellos, la compañía ha «fragmentado» el proyecto en dos centrales para evitar ser sometido al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), basándose en el decreto supremo N°40 del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, que establece que las centrales generadoras de energía mayores a tres mega watts deberán ser sometidas al SEIA. En este sentido, plantearon ante la comisión parlamentaria que la Ley sobre Bases Generales del Medio Ambiente, dispone que “los proponentes no podrán, a sabiendas, fraccionar sus proyectos o actividades con el objeto de variar el instrumento de evaluación o de eludir el ingreso al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental”.

Según la minuta que difundió el diputado Monsalve sobre las centrales hidroeléctricas en el Valle Elicura, «conforme a la ubicación de cada central [Provoque y Gustavito], es fácil determinar que se encuentran emplazados de forma sucesiva; y apreciadas las características de uno y otro proyecto, es dable concluir que son complementarios el uno del otro, generando una potencia conjunta que alcanza los 3.5 MW».

El parlamentario socialista puso sobre la mesa la posibilidad de legislar sobre el “Instructivo de pertinencia de ingreso de Proyectos o actividades o sus modificaciones al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental” ya que «no contempla ningún tipo de consulta a los gobiernos locales, municipios o a las comunidades potencialmente afectadas por el desarrollo de proyectos o sus modificaciones». Además, argumenta que tampoco prevé «la posibilidad de que terceros se involucren en el proceso, como por ejemplo, para solicitar informes u otro tipo de instrumentos a los organismos del Estado que tengan pertinencia respecto del asentamiento de pueblos originarios, biodiversidad, especies protegidas, recursos renovables y sus usos».

Conflicto con la Forestal Mininco

En los últimos meses, la española Hidrowatt ha protagonizado una controversia con otro de los gigantes empresariales de la zona, la Forestal Mininco. El pasado mes de agosto la hidroeléctrica presentó una demanda ante el Juzgado de Cañete en contra de la forestal para reclamar el acceso a las zonas del predio en el que trabaja Mininco y que son parte del proyecto de la hidroeléctrica Gustavito.

Entre otros predios, Forestal Mininco es dueña del Fundo San Ernesto, que tiene una superficie total de 2.871 hectáreas destinadas en su mayoría a la producción de madera, un campo de cultivo forestal en el que se cultivan y talan árboles.

La silvícola es dueña del predio sobre el cual Hidrowatt, cuyo representante legal es José María Grugues Ortuño, solicita la constitución de las servidumbres, es decir, establecer los límites del dominio del fundo que le pertenece, que corresponde a un total de 10,07 hectáreas, equivalente a un 0,35% de terreno del predio.

Según indica la demanda, la hidroeléctrica Gustavito capta las aguas provenientes del estero Provoque y las restituye al mismo cauce, unos 2.100 metros aguas abajo. Lo hace aprovechando un desnivel geográfico de 135 metros. De hecho, el proyecto se hace posible y es viable gracias, precisamente, a este desnivel del terreno, que se ubica donde Hidrowatt propone el trazado de la servidumbre.

El texto también señala que «las faenas de la Central Gustavito no afectarán al predio sirviente [correspondiente a la forestal]» porque la hidroeléctrica «se encuentra alejada del eje productivo de Mininco». Y concluye: «Ni la construcción, ni la posterior operación de la Central alterarán el curso normal de la actividad productiva de Forestal Mininco».

La batalla de Hidrowatt se libra en los tribunales con la silvícola y, de momento, en el Parlamento con la comunidad, que probablemente no dude en llevarla, también, a las calles.

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