El estallido social que vive el territorio nacional ha puesto a prueba los sistemas de transporte públicos de las principales ciudades del país. En la capital, se han registrado constantes cortes en la red de metro y buses, e incluso en servicios de taxis y colectivos.
Ante esta situación, otros medios de transportes más sustentables como bicicletas, skates y scooters se han posicionado como una alternativa de traslado real para miles de personas. De acuerdo a cifras señaladas por el alcalde de Santiago, Felipe Alessandri, los traslados en estos medios de transporte en dicha comuna se han incrementado en un 45% en las últimas semanas.
Este explosivo aumento se ha replicado en diversas zonas de la capital, llevando al límite de su capacidad a la infraestructura vial de Santiago, afectando con “tacos” inusuales tanto a automovilistas como a los usuarios de la red de ciclovías existente. La situación ha evidenciado la falta de cobertura de infraestructura vial integral que responda a las nuevas formas de movilización dentro de las ciudades.
Dentro de las principales causas que generan esta carencia de infraestructura se identifica una planificación de movilidad urbana centrada en el uso del automóvil por sobre el transporte público, además de otros medios de transporte no motorizados. También la sucesión de proyectos de ciclovías en tramos parciales e inconexos y principalmente ejecutados por comunas con capacidad de inversión. Esto ha profundizado una accesibilidad diferenciada y desigual a este tipo de infraestructura dentro de la misma ciudad.
En este sentido, cabe recordar que durante su campaña presidencial, el Presidente Sebastián Piñera comprometió 800 kilómetros de ciclovías a nivel nacional, los que actualmente se encuentran en punto muerto y sin ningún proyecto concreto del ministerio de Transporte, el ministerio de Vivienda y Urbanismo, o de los Gobiernos regionales para su próxima construcción.