Johan Giesecke, epidemiológo sueco, es uno de los arquitectos de la estrategia denominada «confinamiento suave», que se ha venido llevando a cabo en dicho país.
Este plan consiste en una serie de medidas menos estrictas que en el resto del mundo, donde se han prohibido las reuniones de más de 50 personas y se han cerrado las universidades, sin embargo, los jardines infantiles y las escuelas de niños continúan abiertas, al igual que los restaurantes y bares.
Lo mismo que las peluquerías, los cines, los teatros, los gimnasios y los parques, además de sus fronteras.
En conversación con el medio Infobae, el experto detrás de esta planificación se refirió al confinamiento estricto que realizan otras nacionales del mundo, y afirmó: “Creo que para los políticos es importante mostrar fortaleza y acción, y observo que ese es un motivo importante para las cuarentenas estrictas”.
“Nadie sabe si cerrar las escuelas va a tener algún efecto. Lo mismo con el cierre de fronteras, o con no permitir que la gente esté al aire libre”, agregó, sentenciando que desde su perspectiva “no importa lo que uno haga, todos se van a contagiar de todas formas”.
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Giesecke destacó que probablemente el 98% de los casos COVID-19 “no busca atención médica en los hospitales. Algunos pueden estar bastante enfermos. Hay pacientes que están muy enfermos durante semanas, pero no son registrados por el sistema porque no van al hospital».
En ese sentido, planteó que «se necesita generar la llamada inmunidad de rebaño. Y la mejor manera de lograrlo es que los jóvenes, pero no solo ellos, sino las personas de menos de 50 y 60 años se mezclen, y decirle a las personas grandes y con condiciones médicas preexistentes que se queden adentro. Así se puede obtener bastante rápido la inmunidad en el país”.
«Si la suficiente cantidad de gente está inmunizada alrededor de alguien con el virus, entonces el virus no puede infectar. Esa es una forma de explicar la inmunidad de rebaño”, insistió.
Aún así, el experto explicó que esta estrategia no implica “volver a la normalidad” tras la pandemia, ya que si el 70% de una población tuvo el virus y está inmunizada, “eso significa que aún hay un 30% que podría contagiarse. Es decir, que no se puede volver completamente a la normalidad, incluso, habiendo alcanzado la inmunidad de rebaño”. .