Durante el período jurásico, el norte de Chile era parte de un extenso mar. La cordillera de la costa estaba bajo el agua y formaba una barrera que creaba un hábitat más protegido para una gran biodiversidad, como ictosaurios, amonites y cocodrilos antiguos.
Cuando se separaron las placas de América y África, el proceso de subducción de placas tectónicas hizo retroceder el mar y alzó el fondo marino, dando origen a la cordillera. Por esto es común encontrar fósiles de criaturas marinas jurásicas en las alturas de la cordillera en el norte del país.
Así lo explica un video de la serie educativa Geólogos, creada por el Servicio Nacional de Geología y Minería de Chile.