“De toda creación saldrás con vergüenza, porque fue inferior a tu sueño e inferior a ese sueño maravilloso de Dios, que es la Naturaleza”. Con estas palabras abre el libro “Textos sobre la Naturaleza”, que deja de manifiesto la admiración que sentía Gabriela Mistral por el mundo natural.
La recopilación fue hecha por la poeta Gladys González y publicada por la editorial Libros El Cardo, conteniendo fotografías, poemas, ensayos y cartas.
“La mano que hizo el trópico como una desesperación para la vista recogedora, hizo nuestro Chile austral, menos cegador, menos brillante de hervor zoológico, pero tan magnífico e indecible como el ecuatorial”, se lee en uno de los ensayos sobre Valdivia.
Además de descripciones sobre la naturaleza chilena, y la vida en el campo, también se puede ver que Gabriela era consciente y sufría por el impacto que los seres humanos tienen sobre la naturaleza.
“(El bosque) se defiende de su legión de enemigos que son la gente de logro: el que tumba sus gigantes, o durmientes el que quema para (ilegible) donde era selva, el (ilegible) que le deja sus árboles de pie y secos del jugo de la vida, cualquiera que lo toma como botín, tendido para cargar con él, martirizado y deshecho hacia la ciudad, la fábrica, el puerto y los barcos”, describe Mistral en uno de sus textos sobre el bosque.
Según se reseña desde la editorial, Gabriela Mistral ya había sido tildada de “naturalista” en su pasado, solo que en ese momento fue considerado como un aspecto negativo que le impidió titularse. Esto tras publicar en un periódico un texto que señalaba que “Dios es naturaleza”, despertando indignación en la academia.