En un año en que los océanos están más calientes que nunca en la historia reciente, a la Antártida le está faltando una superficie de hielo casi del tamaño de México, en un suceso que no tiene precedentes desde que se tiene registro, y que mantiene en alerta a la comunidad científica.
La preocupación comenzó en febrero, cuando la superficie de hielo marino antártico superó su mínimo histórico. Por lo general, cada año el hielo de la Antártida se derrite hasta febrero, y luego vuelve a recuperarse durante el invierno.
Sin embargo, este año esa recuperación ha sido más lenta que nunca y presenta un déficit de 1.6 millones de km2 de hielo con respecto a lo que suele tener en esta época.
Científicos del mundo han llamado a la calma y a seguir monitoreando de cerca el fenómeno, para conocer qué implicancias tiene a largo plazo y cómo evoluciona en el resto del año.
Cambio de tendencia
A diferencia del Ártico, que experimenta una caída consistente en su superficie de hielo hace décadas a raíz del cambio climático, la Antártida tenía una dinámica diferente, fluctuando entre records máximos y mínimos de hielo.
Sin embargo, a partir del 2016, desde la ciencia se observa con preocupación una empinada caída en la superficie de hielo antártico, que sugiere un cambio profundo en la dinámica de este complejo continente.