Era 1989 y el peluquero de Alabama Phil Mc Rory miraba en la televisión las noticias sobre el derrame de 41 millones de litros de petróleo de Exxon Valdez en Alaska. Mc Rory notó que las nutrias que nadaban en el agua contaminada quedaban cubiertas de petróleo mientras el agua alrededor de ellas parecía más limpia.
Así, empezó a probar con los restos de su peluquería la capacidad del pelo para capturar hidrocarburos y aceites del agua. La innovación fue probada y validada por estudios de la NASA, y desde entonces se aplica esta solución para limpiar las aguas en muchos países, incluido Chile.
Esto a través de la organización Matter of Trust Chile, que tiene convenios con más de 250 peluquerías para recibir pelo y utilizarlo para este fin. En los últimos días, por ejemplo, hicieron una limpieza en el lago Villarrica que acumula contaminantes por la cantidad de embarcaciones que circulan constantemente en sus aguas.
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Petropelo es el nombre del producto que logra la limpieza, y que consiste en mallas tubulares llenas de pelo que se enganchan a embarcaciones o muelles móviles para captar los contaminantes, o que se colocan alrededor de desagües y colectores de agua para bloquear el paso de químicos e hidrocarburos.
Matter of Trust también recibe donaciones de cabello particulares, que se pueden dejar en una bolsa o caja en puntos de acopio que hay en lugares como Providencia, Buin o Quillota. El pelo debe estar limpio.
También han firmado convenios de colaboración con empresas químicas como Oxiquim, para impulsar programas de limpieza en la bahía de Quintero.