Ensanchamiento de canal para turismo amenaza las vías acuáticas sagradas de los Kawésqar

Canal Kirke es un lugar de navegación desde hace 6 mil años del pueblo kawésqar, y fuente de relatos y espíritus sagrados de dicho pueblo.

A partir de un proyecto aprobado en el 2021, está a punto de ser modificado de manera irreversible, para ensancharlo y hacerlo apto a la llegada de embarcaciones de gran tamaño para fines turísticos.

El medio especializado en medio ambiente, Ladera Sur, revisó el proyecto presentado a evaluación ambiental y entrevistó a represenantes del pueblo kawésqar y a científicos y abogados expertos en derecho ambiental, y todos concuerdan en que el proyecto presenta falencias en su tramitación, y en que el proyecto dañará de forma irreparable la zona.

Según la abogada de la ONG FIMA, Macarena Martinic, uno de los problemas del proyecto aprobado es que le falta información sobre las especies que habitan el lugar, muchas de ellas en estado de conservación vulnerable como la foca elefante, la ballena jorobada y el pez hielo.

Además, las medidas que proponen para mitigar el impacto acústico que pueden tener las embarcaciones en estas especies, es ahuyentarlas 20 minutos antes de iniciar las actividades de dragado del canal.

«No se justifica que 20 minutos sea adecuado para ahuyentar a las especies y que se desplacen. El ahuyentamiento es muy intrusivo y puede tener impactos irreversibles«, afirma.

Otro impacto no remediado según los reclamantes contra el proyecto, es la cantidad de material rocoso que será vertido en el canal, que puede aumentar la turbidez del agua, obstaculizando la alimentación de las especies.

Entre los organismos públicos que evaluaron el proyecto, un informe de Conaf levantó alertas concluyendo que el estudio «no se hace cargo de la totalidad de los impactos sobre los componentes biológicos y culturales de este proyecto».

El informe señala que solo se ofrecen medidas para mitigar el impacto del ruido en el ambiente marino, pero quedan fuera otros impactos sobre el paisaje, la vegetación, la zona litoral y el fondo marino, sin medidas para reparar o compensarlos.

La falta de consulta indígena antes de realizar el proyecto, y el hecho de que se está ejecutando en los mares del área protegida Reserva Nacional Kawésqar, son otros de los puntos que llaman la atención sobre el proyecto.

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