Otoño meteorológico: Llegada de La Niña traería lluvias mínimas y riesgo de megasequía

El fenómeno climático de La Niña, que se caracteriza por el enfriamiento de las aguas del océano Pacífico ecuatorial, podría traer consigo importantes cambios en el clima de Chile, especialmente en la zona central, donde se vive una megasequía desde hace más de una década.

Según expertos, La Niña se asocia a una disminución de las precipitaciones en el país, lo que podría agravar la escasez de agua y afectar a la agricultura, la generación hidroeléctrica y la biodiversidad.

Este fenómeno podría desarrollarse en el segundo semestre de este año, luego de que El Niño, que tiene el efecto contrario, se debilite y termine en otoño. Algunos modelos climáticos predicen que La Niña podría extenderse hasta por tres años, a diferencia de El Niño, que suele durar uno.

Otoño meterológico

El verano meteorológico de 2024, que terminó el 1 de marzo, fue uno de los más calurosos jamás registrados en Santiago y la zona central de Chile, con temperaturas que superaron los 35°C en varios días consecutivos. En tanto, el otoño meteorológico, que va del 1 de marzo al 31 de mayo, también comenzó con altas temperaturas, en torno a los 30°C.

Es por esto que el climatólogo Raúl Cordero, de la Universidad de Santiago, aseguró en conversación con La Tercera, que el primer semestre del año todavía estará influido por El Niño, que al igual que el calentamiento global, empuja las temperaturas al alza. Sin embargo, la Agencia Norteamericana de la Atmósfera y el Océano (NOAA) estima que El Niño debería remitir durante el próximo trimestre.

“De hecho, la NOAA estima que hay un 55% de probabilidades de que en la segunda mitad del año se desarrolle La Niña, fenómeno que tiende a moderar las temperaturas, así que las anomalías relativas que se esperan para la segunda mitad del año deberían ser menores a las actuales. En otras palabras, la segunda mitad del año debería ser menos calurosa que la primera mitad”, afirmó Cordero.

La Niña

Sin embargo, la transición entre El Niño y La Niña podría no ser inmediata, y dependerá de la evolución de la temperatura del mar en el Pacífico tropical. Es por esto que si La Niña se inicia en invierno, se reducirían las posibilidades de lluvia para el resto del año.

Los especialistas coinciden en que La Niña podría traer el retorno de las condiciones de megasequía, que se habían aliviado levemente el año pasado con algunas lluvias.

Por ello, recomiendan tomar medidas de adaptación y mitigación, como el uso eficiente del agua, la diversificación de las fuentes de energía y la protección de los ecosistemas.