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“Chile Despertó” y “Nueva Constitución”: Las tomas de terreno que surgieron tras el estallido en Viña del Mar

Por: Claudio Pizarro | Publicado: 27.02.2020
“Chile Despertó” y “Nueva Constitución”: Las tomas de terreno que surgieron tras el estallido en Viña del Mar | Natalia Abarca/ Campamento Chile Despertó
En lo alto de la ciudad con más personas viviendo en campamentos de todo el país, se emplazaron ocho nuevos asentamientos que reúnen en conjunto a más de 1.200 hogares. Hasta el momento no están formalmente registrados como campamentos, lo que les impide contar con luz eléctrica y agua potable. Ubicados en una zona no habitacional, su caso desnuda las condiciones materiales que los llevaron a optar por esta solución: altos precios de la vivienda, encarecimiento de la vida, sueldos precarios y una pobreza invisibilizada por años. Sus dirigentes critican la realización del Festival y apuntan directamente a la administración de Virginia Reginato.

Parece el reverso de una postal color sepia. Porque esta Viña del Mar -la otra Viña del Mar- no tiene nada que ver con esa ciudad rodeada de flores que mira orgullosa al océano pacífico. Acá, en la punta del cerro, en Achupallas, no hay pasto, ni margaritas, ni flores de colores.

-El suelo es agrícola ganadero- dice Natalia Acosta, apuntando un maicillo color ocre que se extiende por cerros y quebradas.

Natalia es la presidenta del comité de vivienda de la toma “Chile Despertó”, una de las ocho tomas de terreno que nacieron después del 18 de octubre en lo alto de Viña del Mar en pleno estallido social.

-Mucha gente adulta se queja de la rebeldía de los jóvenes, pero no es rebeldía. ¡Si fueron los jóvenes los que despertaron a Chile! Por eso no podía tener otro nombre que este- explica.

Pese a que sabe que el suelo no es habitable, Natalia asegura que “la necesidad es más poderosa”. Al frente de la estructura que está recién levantando, cuenta que hace poco llegó una señora que echaron a la calle con sus hijos.

-¿Cómo le vas a decir que no se venga?- se pregunta.

Y aunque no tienen luz, agua potable ni alcantarillado, y se ubican literalmente en la punta del cerro, el hacinamiento, el alza de los arriendos y una pobreza invisibilizada por largos años, los ha obligado a llegar hasta acá buscando nuevos horizontes.
-Mis hijas crecieron en arriendos o viviendo de allegadas, tienen sus hijos y no quiero que pasen por lo mismo que yo- argumenta.

Natalia asegura que hasta han llegado profesionales a tomarse un terreno “porque no tenían como pagar un arriendo». El déficit habitacional, según datos del Ministerio de Vivienda y Urbanismo del año 2017, se estima en alrededor de 450 mil viviendas. Los allegados, en tanto, sumarían más de 180 mil.

El ritmo y la cantidad de tomas de terreno resultan difíciles de precisar en números debido a su permanente dinamismo, sin embargo, existen estimativos que pueden ilustrar tanto la realidad nacional como la regional. La última actualización del Catastro  de Campamentos, realizado por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, en 2019, arrojó que en Chile existen 802 asentamientos irregulares, conformados por 47.050  familias. La Región de Valparaíso es la que cuenta con mayor cantidad de campamentos (181) y mayor cantidad de familias (11.228).

El mismo estudio señala que 3 de cada 10 hogares optaron por la toma de terreno como vivienda, debido a que los arriendos les resultaban difíciles o imposibles de pagar.

UNA FECHA HISTÓRICA

-¿Por qué dicen que la gente se desbordó, si lo que la gente pide es lo justo y lo que necesita?- vuelve a preguntarse Natalia.

La dirigenta agrega que los pobladores buscan comprar el terreno, pero con ayuda del Serviu. “Ellos colocan una mitad y nosotros la otra. Queremos darle una solución y no un problema», agrega.

Natalia nunca olvida que está donde está producto del estallido social. Al lado de su campamento, se emplaza la toma «Nueva Constitución», fundada en los días posteriores al 15 de noviembre pasado, cuando desde el Congreso Nacional anunciaron el acuerdo por la paz y la Nueva Constitución, teniendo como principales resultados la realización del plebiscito del próximo 26 de abril.

-Consideramos que fue una fecha importante para nuestro país y aprovechamos de agarrarnos de eso, para que así todas nuestras generaciones que vengan sepan el valioso momento en que se creó su comunidad- cuenta Soledad Alvarado (42), Presidenta del comité de vivienda  que lleva el nombre de la nueva carta fundamental.

Según estimaciones de Alvarado, la toma Nueva Constitución reúne a 239 familias y los ocho asentamientos nuevos sumarían alrededor de 1200 en total. Chile Despertó y Nueva Constitución, si bien funcionan de forma autónoma, son parte de un conglomerado de 8 tomas de terreno en la que conviven: Alto Los Pinos, Entre Vientos, Cerro Colorado, Mirador de Los Pinos, Terrazas de Santa Julia y Cumbres de Cuarzo, además de las dos mencionadas. En base al estimativo de 3,4 personas por hogar según ONG Techo, los ocho campamentos reunirían más de 4 mil personas que anhelan levantar su vivienda en lo alto de Viña del Mar.

Soledad cuenta que el motivo por el cual la municipalidad no envía suministro de agua potable por medio de camiones aljibe, se debe a que aún ninguno de los comités de las tomas de terreno están constituidos de manera oficial «a la espera que venga la ministro de fe para que nos constituya como comité individualizado».

Sobre el municipio, Natalia Abarca remarca que «la municipalidad no quiere nada con las tomas de terreno y no entiendo la razón. Es que cuando uno va a pedir ayuda y dices que eres de una toma, lo único que hacen es pasarte un cajón con mercadería y nada más».

FESTIVAL, UN SÍMBOLO DE POSTERGACIÓN

Diversas han sido las manifestaciones en contra de la realización del Festival de la canción de Viña del Mar durante los últimos días. Natalia Acosta adhiere a las críticas: «No se debió haber realizado considerando la crisis social, económica y política que estamos viviendo».  Patricia, vecina de la toma Entre Vientos, cree que el certamen «es un símbolo de la postergación y ocultamiento de los problemas que sufren las tomas de terreno por parte de la municipalidad».

Natalia asegura que la situación en las tomas que habitan «es dramática». «Hay personas que salen a robar para mantener a sus hijos y eso el gobierno debe enfrentarlo, porque pueden llegar incluso a matar por necesidad», agrega.

Lo representantes de los distintos comités saben que viven en un terreno privado con serios riesgos de deslizamiento. Pero también saben que no tienen otra opción: ¿Qué le vamos a hacer, si no tenemos un techo?», dicen.

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