La rebeldía le costó caro al portero Chelsea, Kepa Arrizabalaga, quien se negó a ser reemplazado en la final de Copa de la Liga disputada ante el Manchester City.
Su acción, que generó la ira de su entrenador Maurizio Sarri, quien ordenó el reemplazo del español que supuestamente se encontraba con complicaciones, derivó en una multa por parte de los directivos del elenco.
El golero deberá pagar una suma cercana a los $175 millones por su acto de «desobediencia». Sin embargo, el dinero no será para el club sino que se será donado a una fundación de beneficencia.
«Fue un malentendido. En ningún momento fue mi intención desobedecer al entrenador. Había sido atendido dos veces por los médicos y él creyó que no estaba en condiciones de seguir», comentó el jugador.
Kepa sostuvo que habló la situación con el entrenador y explicó que su acto no fue una insubordinación. «Entiendo que en la televisión y en los medios se hable sobre esto, pero estoy aquí para explicarme y para decir que no fue mi intención ir contra el técnico. No fue insubordinación, solo quería decir que estaba bien», aclaró.
Esto también fue confirmado por el mismo técnico Sarri, quien señaló que «en esa situación hubo un gran malentendido. Creí que tenía un problema y que necesitábamos un cambio. No lo descubrí hasta que el médico me lo dijo en el banquillo unos minutos después».