Todo partió porque la mediocampista y capitana de las campeonas mundiales, no quiso cantar el himno de su país en uno de los partidos de la cita internacional. Con este gesto, la jugadora protestaba por el racismo y la violencia policial en Estados Unidos. Silencio que le valió la crítica de los medios de su país y del mismo presidente Donald Trump.
Ante esto, Rapinoe aseguró que no le interesa compartir con el Presidente estadounidense. «No voy a ir a esa puta Casa Blanca», aseguró la futbolista, que aún no ganaba la Copa del Mundo.
A Trump le molestó esto y le dijo a la capitana norteamericana que mejor terminara «el trabajo antes de hablar». Rapinoe no pudo darle mejor respuesta al mandatario.
La centrocampista se coronó campeona del torneo internacional disputado en Francia, dejando a Estados Unidos como tetracampeón del globo, y bicampeon consecutivo, ya que las seleccionadas ganaron también el campeonato pasado en Canadá 2015.
Además, Rapinoe recibió los premios del Botín y el Balón de Oro del torneo, los que simbolizan que la capitana fue elegida mejor jugadora y también salió goleadora del certamen.
La jugadora anotó seis goles en la cita mundialista y el último de estos fue el penal que convirtió en la final ante Holanda, en la que Estados Unidos reafirmó todo lo que había hecho en las fases previas del torneo, donde fue ampliamente superior al resto de los equipos.