Aníbal Mosa continuará por los próximos tres años en el directorio de Blanco y Negro, esta vez en el cargo de director, luego de realizarse este martes la junta de accionistas de la concesionaria que administra a Colo Colo.
Por medio de votación electrónica se realizó la elección de los nuevos integrantes de la directiva de la sociedad anónima del ‘Cacique’. El nuevo directorio quedó integrado de la siguiente forma:
- Bloque Mosa: Aníbal Mosa, Paul Fontaine y Eduardo Loyola.
- Bloque Vial: Alfredo Stohwing, Diego González, Ángel Maulen y Carlos Cortés.
- Club Social: Edmundo Valladares y Edison Marchant.
En la cita, además, quedó oficializada la salida de Harold Mayne-Nicholls, quien oficiaba como vicepresidente ejecutivo de ByN.
El próximo paso será definir quién será el sucesor de Aníbal Mosa en la presidencia de la concesionaria, donde suena con fuerza la opción de Edmundo Valladares, timonel del Club Social y Deportivo Colo Colo.
Dura crisis económica
El presidente de Blanco y Negro, Aníbal Mosa, reveló este martes fuertes pérdidas económicas en Colo Colo a la hora de entregar el balance del año 2020, principalmente por no contar con recaudaciones por partido desde marzo del año pasado.
Durante la junta de accionistas, el aún timonel de la concesionaria declaró que “los estados financieros al 31 de diciembre del 2020 muestran que la sociedad arrojó pérdidas por un monto de 4.051 millones de pesos, que serán contabilizados de la cuenta y pérdidas acumuladas, por lo que en esta oportunidad no es posible ni corresponde en la conformidad a la ley efectuar repartos y bienes”.
“Estos 4.000 millones están explicados por todo lo que significa el borderó para nosotros, que es un ingreso muy importante y eso nos golpeó fuertemente, el no poder jugar con público y tener una parálisis total de nuestro borderó durante el año 2020. Esa es un poco la explicación”, complementó.
Al momento de abordar las acciones a ejecutar para poder disminuir esta millonaria pérdida, el empresario puertomontino indicó que “ya hemos tomado medidas desde hace más o menos cuatro o cinco meses atrás. Bajamos considerablemente la plantilla y rejuvenecimos un plantel que tiene cinco o seis años menos de promedio”.
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“Las medidas se han ido ajustando dentro de lo que significa el gasto mayor que tiene la institución, que es el plantel, pero también se han ido reduciendo en la parte operacional, porque tenemos el estadio cerrado y la operación se ha achicado muy fuerte”, sentenció.
Recordar que, esta deuda, se explica también por haber tenido el año 2020 la plantilla más cara del fútbol chileno, de aproximadamente 600 millones mensuales. Por ello, se tomó la decisión de no renovar a jugadores con sueldos altos, como Jorge Valdivia, Esteban Paredes, Carlos Carmona, Juan Manuel Insaurralde, entre otros.