La economía naranja es un modelo productivo que pone el énfasis en el valor intelectual de los bienes y servicios. En resumen, son todas las actividades económicas que surgen del conocimiento de sus creadores y que están relacionados al arte, cultura, ciencia, tecnología, turismo, publicidad, diseño de software. Es la riqueza que se genera a partir de la creatividad, es por esto que también se conoce como economía creativa.
Según datos de la Unesco, este tipo de economía representa el 3% del producto interno bruto mundial y emplea alrededor de 30 millones de personas alrededor del globo. La innovación constante, producciones únicas y el uso de las nuevas herramientas digitales son otras características de este tipo de economía marcado por el valor de las ideas.
El concepto nace al alero de John Howkins en su libro titulado “La economía creativa: Cómo las personas hacen dinero de las ideas”. «Es una economía o sociedad en la que la gente se preocupa y reflexiona sobre su capacidad de generar ideas, en la que no se limita a ir a la oficina de 9 a 5 para hacer un trabajo rutinario y repetitivo, como se lleva haciendo desde hace años, ya sea en el campo o en las fábricas», afirmó.
Aunque el concepto no es nuevo en América Latina, el expresidente colombiano, Iván Duque fue un gran impulsor de este tipo de economía, donde incluso llegó a escribir un libro titulado La Economía Naranja: Una oportunidad infinita. En nuestro país, el tema ya fue tratado el 2019 cuando el Frente Amplio lo incluyo dentro de los conceptos a instalar dentro de su agenda legislativa.
Un tema que genera relevancia en los países del «Sur Global», frente a la explotación de las materias primas, como otras formas de generar valor y complejizar su economía. Un ejemplo exitoso de esto, de un país fuera de esta parte del mundo es el caso de Corea del Sur que ha sabido instalar en una colaboración pública-privada a su industria musical, conocida como K-Pop, en todos los rankings de éxito y convertirse en una potencia cultural.
Es así que una actividad enmarcada en la Economía Naranja puede ser desde una webserie producida para Youtube, una canción de reggaetón que da la vuelta al mundo, un exitoso streamer de Twich o la idea para producir una mayonesa vegana.