Luego de un quiebre en la mesa de negociación con las alumnas feministas movilizadas de la Universidad de Concepción, la rectoría tomó la insólita decisión de arrendar colegios para retornar a clases.
El plantel concretó el arriendo de tres establecimientos en el centro de Concepción, con el objetivo de continuar con el calendario académico, interrumpido hace casi dos meses por las movilizaciones lideradas en contra del abuso y el acoso sexual y por una educación no sexista.
Las estudiantes de la Facultad de Educación se enteraron a través de un correo electrónico de que las clases serían reanudadas el pasado lunes 25 de junio a partir de las 17 horas en los colegios La Providencia, San Agustín y Salesiano. Las otras carreras también retomarían sus clases de forma gradual.
Desde el plantel justificaron la decisión asegurando que necesitaban dar continuidad a los beneficios estudiantiles. Esto, debido a que en marzo, las instituciones beneficiadas con la gratuidad deben entregar un informe sobre los estudiantes y la pérdida de clases arriesga la mantención de la ayuda estatal.
Las estudiantes cuestionaron la medida y aseguraron que «es una falta de respeto que se esté ocupando dinero que tiene la U para este tipo de situaciones y que después, en la mesa de negociación, se nos diga que la universidad no tiene plata (…), cuando realmente tienen el dinero suficiente para arrendar liceos e invalidar la democracia estudiantil», recalcó la estudiante Patricia Mancilla, quien participa de la movilización.
Debido a las manifestaciones de las estudiantes en paro, las clases no pudieron ser reanudadas ayer en los colegios arrendados. De hecho, desde el Colegio San Agustín anunciaron que no seguirán prestando sus dependencias debido a la falta de seguridad para la comunidad. Pese al quiebre, ambas partes mostraron disposición de retomar las conversaciones.
A través de la página en Facebook de las Mujeres Autoconvocadas Udec, las estudiantes llamaron a sus compañeros a participar de las actividades y aseguraron que rectoría está mintiendo: «Nosotras si queremos negociar pero fueron ellxs quienes quebraron la mesa de negociación, puesto que son intransigentes a nuestras demandas y están acostumbradxs a desvalidar, deslegitimar e invisivilizarnos por ser mujeres», recalcaron.