Foto Periodismo| Computador o celular en mano y al parque: El boom del internet en Cuba

El parque, como llaman en Cuba a las plazas, es el lugar elegido para que ETECSA (Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A) emplace sus redes de wi-fi, siendo éste el único sitio donde la ciudadanía puede conectarse. Este sistema no es gratuito y sólo funciona mediante la compra de tarjetas con claves de conexión, algo similar al antiguo método de recarga de celulares .

El valor de las tarjetas es de 2 CUC (Peso Convertible Cubano equivalente a USD 1-1) y sólo sirven para una hora de navegación. Se adquieren en los puntos de ventas autorizados del Gobierno, pero pueden ascender a 3 CUC si se compran fuera de horario a un revendedor clandestino. Incluso en ciertos parques, ya existen jóvenes que han aprovechado las deficiencias del sistema, al lograr alcanzar una conexión que les permite proveer de señales de wi-fi, con un tipo de navegación mucho más estable que la oficial, a otros usuarios desde su propios ordenadores por tan sólo 1 CUC la hora.

El acceso a la red se realiza únicamente por internet satelital lo que sumados a la falta de componentes tecnológicos por un férreo bloqueo impuesto por Estados Unidos,
hace que los costos de conexión sean elevados. No obstante hay programas de gobierno como Joven Clubs de Computación y Electrónica que permiten que estudiantes y expertos cuenten con acceso gratuito, sólo si éste es con fines de investigación, conocimiento y cultura. Este tipo de navegación está limitado a dominios .cu, ya que se busca asegurar el uso local del recurso.

Asimismo, otra manera formal de obtener conexión es a través de una cuenta denominada Nauta, la que puede ser recargada electrónicamente desde el extranjero. La mayoría de los cubanos que se conectan a internet recargan sus dispositivos por medio de un tercero (familiares que residen en EE.UU y Europa principalmente), considerando que el sueldo mínimo no alcanza los 25 USD.

Las enunciaciones más comunes que se escuchan en estos parques tienen relación con la emoción del reencuentro “virtual” de la familia, la planificación de viajes o el envío de dinero. Es recurrente encontrarse con grupos familiares completos que se juntan por las tardes para conectarse y charlar con su otra parte fuera de la isla. Más del 40% de la población tiene un familiar directo que vive fuera del país, siendo éstos últimos en su mayoría opositores al Gobierno.

Los profesionales, médicos e investigadores cuentan con un sistema de intranet privado (al que pueden acceder desde sus hogares y lugares de trabajo) proveído por el Gobierno o el ministerio de Salud, debido a que es fundamental para sus carreras y el desarrollo del país que continúen en constante formación.

Aunque la nostalgia se refleja día a día en los rostros, la virtualidad no deja de dar un tinte de esperanza y, a su vez, fortalecer la vida social en los barrios, ya que gracias al Internet los parques son tomados por sus vecinos. Mientras en el resto del mundo la conexión se ha vuelto un acto íntimo e «individualizante», en Cuba el navegar es aún un acto social que después de la hora de conexión siempre hay un tiempo para la charla cara a cara.