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No más mentiras, no más toque de queda: Vecinos burlan censura en Torres de Tajamar

Por: Elisa Montesinos | Publicado: 13.10.2020
No más mentiras, no más toque de queda: Vecinos burlan censura en Torres de Tajamar |
Tal como tiempos de dictadura, en que creadores, profesionales de la prensa y la población en general buscaban formas para sortear la censura, una prohibición de colgar pancartas y lienzos en las Torres de Tajamar dio inicio a #estonoesunlienzo, un creativo proyecto para proyectar mensajes desde las ventanas.
No más mentiras
No más toque de queda
No más represión
Fuera Rozas
Fuera Piñera

Todas las noches a eso de las 22 horas la comunidad de Torres de Tajamar tiene su propia franja a través de la proyección de mensajes propuestos por los vecinos en el cabildo del conjunto residencial. Estos van pasando letra por letra desde el interior de las ventanas y puden ser vistos desde el exterior. Una creativa manera de manifestarse surgida desde una comunidad activa que durante el tiempo de pandemia ha realizado rifas para ayudar a vecinos y trabajadores, usado los espacios comunes para crear una huerta, además de crear un fanzine. Ahora se organizan una vez más para burlar la censura.

«Hace un par de semanas, la administración nos obligó a bajar todo tipo de lienzos que se levantaron luego del estallido, aduciendo un reglamento muy antiguo y desactualizado. Nosotros levantamos un proyecto visual, que consiste en emitir los contenidos desde las mismas ventanas», señala la realizadora audiovisual Florencia Doray.

Tomado de @CabildoTajamar

La medida tomada por la administración de la comunidad Torres de Tajamar se debió a los reclamos de algunos vecinos que alegaban que los carteles podían afectar la plusvalía del conjunto arquitectónico de cuatro edificios inaugurados en 1967 en Providencia. Quienes tenían lienzos en sus balcones fueron obligados a bajarlos. Fue entonces que el ingenio del vecino y arquitecto Roberto Meyer ayudó a sortear el impasse, poniendo en su ventana una instalación audiovisual que bautizó como #estonoesunlienzo.
«La idea se multiplicó entre los integrantes de esta comunidad, que tiene un precioso huerto donde los niños son los absolutos reyes; que hace rifas para apoyar a sus trabajadores; que presenta proyectos de mejora para este clásico de la arquitectura nacional; que se organiza para hacer ejercicio juntos y jugar y que ahora cada noche, a las 22 horas, tiene su propia franja, visible desde hartos cientos de metros a la redonda. No sé. A mí me parece que esas cosas sí afectan la plusvalía», señala Florencia, quien realizó un video sobre estos mensajes lumínicos.

Lo público y lo privado

«Hace un par de semanas la administración del edificio notificó que de no retirar los lienzos que llevaban instalados varios meses y que contenían consignas ciudadanas, haría efectivas multas por estar usando la fachada del edificio, que es de propiedad colectiva. La comunidad obedeció, retirando los lienzos y acordando que cualquier manifestación de discurso debía hacerse respetando las regulaciones del conjunto y dentro de los espacios privados de cada uno. Este fue mi diseño; es una instalación de video retroproyectada, algo muy simple, que proyecta un texto blanco, sobre un fondo negro, calzando en altura con el módulo de la ventana, de forma que no más de dos o tres letras son visibles simultáneamente», explica Roberto Meyer.
En una cita al pintor Magritte Meyer empezó a proyectar el texto #estonoesunlienzo sobre una superficie de papel colocado al interior del vidrio, «haciendo esta instalación ocurrir estrictamente dentro del espacio privado», explica.
El resto de los vecinos se entusiasmaron y el propio Meyer los ayudó a que se pudiera replicar desde otras ventanas. Quienes tenían proyectores los ofrecieron y otros prestaron las ventanas. En el Cabildo Tajamar la comunidad acordó ciertas consignas a difundir. «Resultó algo muy potente visualmente por el papel del conjunto como referente urbano, es un edificio que desde su diseño fue pensado para ser visto a la distancia», dice el creador de la iniciativa.
«La experiencia ha sido muy gratificante para todos y ahora último hemos recibido comunicaciones de otros cabildos de otros barrios que quieren replicarla. Eso nos tiene muy felices. No hemos recibido ninguna reacción negativa, probablemente porque hemos evitado en lo posible que nuestra actitud se pueda interpretar como beligerante. Muy por el contrario, consideramos necesario y propio de una sociedad sana, determinar los espacios de libertad y ejercerlos», finaliza el arquitecto.
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